«… He estudiado un poco todas esas utopías sobre la creación de una lengua perfecta o desde la lengua original, la lengua de Adán, hasta las lenguas llamadas universales como el esperanto, el volapuk y otras, que no pretenden ser lenguas perfectas sino lenguas auxiliares. Y con este motivo, incluso he estudiado la gramática del esperanto para comprender de qué se trata. Y he llegado a dos conclusiones. Se trata de una lengua muy, muy bien hecha. Desde el punto de vista lingüístico, sigue en verdad unos criterios de economía y eficacia (lingüísticas) dignos de admiración. En segundo lugar, todos los movimientos en favor de lenguas internacionales han fracasado salvo el (del) esperanto, que va reuniendo un colectivo de personas en todas las partes del mundo, debido a que tras el esperanto late una cierta idea, un ideal; apunto que Zamenhof no sólo construyó un objeto lingüístico, sino que tras éste hay una idea (…), una idea de fraternidad, de pacifismo, y la fuerza de este ideal -por el que los esperantistas incluso han sido perseguidos bajo el nazismo y el estalinismo- conserva todavía la comunidad de los esperantistas. No se puede decir que haya fracasado. Pero hay que decir algo. El motivo por el que una lengua triunfa es siempre indefinible.»

De una entrevista en la radio Paris Première (27.febrero.1996) – gentileza de la Federación Española de Esperanto – prensaesp@esperanto.es