Un pequeño grupo de ciudadanos peruanos marchó hacia el denominado «triángulo terrestre», ubicado en el norte de Chile. Según declararon los propios convocantes de la «Marcha patriótica», la movilización expresa el «derecho de ejercer nuestra soberanía en el territorio». Sin embargo, el hecho ha tenido varias lecturas. Desde la mirada humanista, esto no contribuye en nada a la aspiración de una integración latinoamericana de los pueblos. Tomás Hirsch, vocero humanista y miembro del Equipo Coordinador Nacional del Partido Humanista, se refirió a esta situación en la siguiente entrevista.

¿Qué te parece la realización de la pequeña marcha en el denominado Triángulo terrestre?

Me parece absolutamente fuera de lugar y completamente absurda. Son la típicas acciones que van fomentando un nacionalismo burdo y barato,  organizadas por personas de cabeza caliente, y que no aportan absolutamente en nada a la integración y la paz entre nuestros pueblos. Así como rechazo esa actividad, rechazo también a los cabeza caliente de Chile, en especial a gente como el diputado Tarud, que es un provocador. Son sectores que claramente aspiran a que tengamos una situación de conflicto armado entre pueblos hermanos. Esta marcha que se hizo raya en la estupidez. No aporta nada en Perú y no genera ningún antecedente respecto de su soberanía. Simplemente exacerba los ánimos y pone en riesgo la vida de las personas, porque hablamos de territorios que están minados. Lo que los hace tremendamente peligrosos. Así que yo hago un llamado a todos los peruanos, tal como lo hizo el Gobernador de la Provincia de Tacna, a que comprendan que esta es una marcha que no contribuye en nada.

¿Cuáles son las verdaderas intensiones políticas ocultas en esta reivindicación?

Creo que esto no tiene un criterio economicista, esa es la opinión propia de quienes están mirando todo desde la economía. Esto es más bien la expresión de un sentimiento burdo, antiguo, prehistórico, del tipo nacionalista barato que busca exacerbarse en la población. Probablemente, los intereses que están detrás son el fomento de la venta de armas. Normalmente, tras estas operaciones se esconde gente que está vinculada a comisionistas de la venta de armamento, para los distintos países. Gente sin escrúpulos, irresponsable y que busca hacer negocios de los desastres que puedan suscitarse entre los pueblos.

¿De qué manera aportamos en la eliminación de nacionalismos anacrónicos y contribuimos en la construcción de una integración latinoamericana?

Con una palabra que está muy de moda en Chile, pero con la que hacemos muy poco: Educación. Educación es la palabra. Debemos educar, debemos entregar elementos a nuestros pueblos. Debemos enseñar lo que significa una América latina integrada y unida. Hay que mostrarles las posibilidades que aporta la diversidad de nuestros pueblos. Debemos mostrarles que la Amazonia, la cordillera, los glaciares, el mar o el desierto, no les pertenecen a ningún país en particular, sino que son patrimonios de toda nuestra América latina.