Por Sol Pozzi-Escot

La talentosa periodista, escritora y actriz Patricia Denegri ha publicado su primer poemario, titulado “Cuarto Sacramento”. En este, reflexiona sobre todos esos aspectos de la vida que esconden arte y poesía.

-¿Qué significa para ti el título de tu poemario?

-El cuarto sacramento es el de la confesión. Este libro es una especie de confesionario, sin necesariamente serlo. Yo creo que cada libro que escribe cualquier persona es un confesionario, porque estamos confesando nuestros pensamientos, sentimientos… Muchas veces nosotros vemos, sentimos, pensamos, pero no lo decimos, se queda con nosotros. Pero al hacerlo público, de alguna forma significa confesarlo públicamente.

-La idea de confesión evoca la idea de verdad. ¿Qué relación ves entre las ideas de verdad y de poesía?

-Un poema debe salir con sentimiento, debe salir con eso que se necesita para que pueda llegar a un lector y la única forma de escribir es con la verdad. Yo creo que la apreciación que uno puede dar de un poema depende de qué tan honesto es. Lo que se escribe y se siente tiene que ser honesto, de lo contrario no resulta.

-Llegamos así al tema de la universalidad de la poesía: muchos pueden conectar con un yo lírico que se expresa en un poema. ¿Cómo entiendes el intercambio que sugiere la poesía?

-Yo pienso que un ser humano, acá, en China o en cualquier lado, es igual. Los seres humanos vivimos de acuerdo a nuestras culturas, espacios, pero por dentro somos iguales, todos nos hemos enamorado, todos hemos perdido seres queridos. Si se escribe con verdad, eso va a llegar a calar en cualquier persona. Ahí es cuando la palabra, el sentimiento, se hace universal.

-En uno de los poemas, escribes “Fui caminando por la vida y la boca que encontré jamás pronunció palabra”. Llama la atención la idea del recorrido, ¿la poesía te permite plantearte un camino para la vida?

-Este poema lo escribí cuando tenía 26 años, y lo que sucedió es que yo he vivido, hasta cierto tiempo, en una burbuja. Este poema está en la segunda parte del libro, llamada “Descubrimiento” y corresponde al momento en que me doy cuenta de que la gente no siempre comete malas acciones por equivocación, sino que existe la mala leche, la traición, cosas que yo no podía creer. La edad nos lleva a perder esas ilusiones, esas fantasías y yo escribo sobre lo que estaba encontrando, todo lo que se me iba presentando y yo no entendía. Te das cuenta que sales de un mundo fantástico y llegas a la realidad, que no es mala, pero es distinta.

-En la tercera parte del poemario, “Entendimiento”, escribes “A veces me río de mí, pero jamás me burlo”. ¿Cuál es la importancia de tener esta ironía, este sarcasmo en relación a uno mismo?

-Yo creo que debemos reconocernos en lo malo y en lo bueno también. Reconocernos y no mentirnos a nosotros mismos. Muchas personas vivimos mintiéndonos todo el tiempo y no es la idea: la vida es corta, yo prefiero ir con la verdad. Reconozco las veces que meto la pata, me averguenzo de cosas que hago a veces y por eso digo que me río de mí, pero no me burlo, porque tengo aprender a comprenderme a mí misma, que soy un ser humano y tengo derecho a equivocarme.

-¿Crees que la poesía permite descubrir cosas, aprender o volver a conectar con aquello que uno tiene dentro pero aún no ha sido iluminado por la poesía? ¿La poesía esconde un conocimiento? 

-Yo creo que sí. A veces, te viene una sensación y cuando la estás transformando en palabra, las letras te invitan a continuar, a ir abriéndonos por dentro y va saliendo más, hasta que termina en una cosa redonda, una cosa completa. Yo creo que el arte tiene vida y que nosotros, cuando hacemos arte, estamos conversando. Creo que una palabra te lleva a otra, conectando con tus sentimientos, sensibilidades, emociones.

-El amor como tema también está muy presente en el poemario. ¿Cómo concibes el amor expresado a través de la poesía?

-Creo que tengo muchas influencias y una de ellas es la trova. Muchas de estas canciones son específicamente del amor y nada más. El amor es algo que para mí siempre ha estado presente. Qué bonito fuera si todo se hiciera con amor. ¿Por qué un poema sale bien? Porque se hace con amor. ¿Por qué uno está feliz en una relación? Porque está el amor. Para mí, todo debería ser con amor.

-Hablando de ese amor, el reconocido pintor Gino Ceccarelli, tu esposo, ilustró el poemario. ¿Cómo fue ese trabajo entre los dos?

-Hace unos años hablé con Gino sobre mi interés de publicar el poemario y le pregunté si podía ilustrar y me dijo que sí. Gino leyó mis escritos y en base a lo que lo inspiró, creó estas ilustraciones, que son 12.