Tal como había sido anunciado en las primeras jornadas de movilización, el 7 de marzo el territorio francés vivió lo que los sindicatos denominaron «Francia en suspenso». Las protestas se levantan contra de la reforma impulsada por el gobierno de Macron para elevar la edad de jubilación entre otros cambios, más profundos, en el sistema pensional francés.

Con más de trescientas manifestaciones a lo largo y ancho del país, la población vuelve a decir NO a la pretendida reforma que no solamente eleva la edad sino también los años de aporte de las personas trabajadoras. De acuerdo con diversas declaraciones, el número de manifestantes llegó a los dos millones, superando las movilizaciones de enero que, según estimaciones, llegaron al millón trescientas mil personas.

Esta vez, refinerías, carreteras, trenes y aeropuertos fueron bloqueados o, disminuyeron su actividad porque un porcentaje de sus trabajadores y trabajadoras plegaron a las manifestaciones. De acuerdo con declaraciones del secretario general de la CGT (Confederación General del Trabajo), las protestas no cederán hasta que el gobierno de paso atrás y el proyecto de reforma sea retirado. Según Martínez, «paralizarán Francia» hasta que logren su objetivo, al que han plegado no solamente sectores del propio Estados, como transporte, gas o energía, sino empleados y empleadas del sector privado.

Al momento, el proyecto está en el Senado y, además de elevar la edad mínima de jubilación, busca alargar el período de cotización. Economistas a favor de la reforma afirman que es indispensable porque, de lo contrario, el presupuesto estatal no la podrá sostener. Otros, en contra, no solamente consideran que el argumento utilizado es por lo menos incorrecto, dado que a través de otras políticas el Estado francés favorece la concentración de riqueza y condona impuestos a grandes fortunas, por ejemplo.

En el fondo, quizás, lo que reflejan las diversas posiciones en torno a esta reforma, es un debate en torno a tipo de sociedad y Estado que la población francesa quiere. Un debate en torno a la justicia social y a la defensa de los derechos alcanzados.