Después de tres meses de protestas desencadenadas por la muerte de Mahsa Amini, arrestada supuestamente por usar mal el velo islámico, Irán anunció el fin de la Policía de la Moral.

Irán ha anunciado que suprimirá la Policía de la Moral, según informó el fiscal general del país, Mohamad Yafar Montazerí. Se trata de la fuerza policial que vigilaba la vestimenta de las personas y detenía sobre todo a mujeres que no se cubrían la cabeza de acuerdo con los códigos dictados por el sistema de la República Islámica.

Esa policía “no tiene nada que ver con el Poder Judicial”, preciso Montazerí al hacer el anuncio en declaraciones difundidas anoche por la agencia local iraní de noticias ISNA, lo que se estima ha sido una victoria del movimiento de protesta popular que se ha registrado en el país desde hace tres meses.

Montazerí explicó que el poder judicial continuará con su supervisión respecto al comportamiento a nivel comunitario y señaló que la vestimenta de las mujeres sigue siendo muy importante, sobre todo en la ciudad santa de Qom, ubicada al sur de Teherán.

“El mal hiyab (velo islámico) en el país, especialmente en la ciudad santa de Qom, es una de las principales preocupaciones del poder judicial así como de nuestra sociedad revolucionaria, pero cabe señalar que la acción judicial es el último recurso y las medidas culturales anteceden a cualquier otra”, justificó Montazerí en un discurso en una reunión con clérigos en Qom.

El centro teológico de Irán es la ciudad de Qom, donde llegan peregrinos y seminaristas de todo el mundo. Allí están situados los principales seminarios y centros de estudios teológicos del país.

Irán vive protestas generalizadas desde el pasado 16 septiembre, tras la muerte bajo la custodia policial de la joven kurda de 22 años Mahsa Amini, que había sido arrestada precisamente por la Policía de la Moral por llevar supuestamente mal puesto el velo islámico.

Durante los tres meses de protestas se ha ido incluyendo la reivindicación del fin de la República Islámica.

“No se trata de protestas, esto es una revolución”, “no queremos una República Islámica”, “muerte al dictador”, son algunos lemas que gritan los y las manifestantes en las protestas callejeras o por las noches desde las ventanas de sus casas y también escriben en los muros de los edificios desde el pasado mes de septiembre.

Según el Consejo de Seguridad de Irán, desde el comienzo de las protestas han muerto “más de 200 personas”, pero distintas ONGs extranjeras, como Iran Human Rights, con sede en Oslo, señalan que el número de muertos es de 448, debido a la fuerte represión policial.

Además, al menos 2.000 personas han sido acusadas de diversos delitos por su participación en las movilizaciones, de las que seis han sido condenadas a muerte.