En Ucrania, el equipo de ingenieros de la planta de energía nuclear de Zaporiyia ordenó el cierre de emergencia de un reactor nuclear, en medio de informes que advertían sobre intensos ataques de artillería cerca del lugar.

Solo uno de los seis reactores nucleares de la planta está actualmente en funcionamiento.

La compañía energética estatal de Ucrania afirma que los bombardeos también dañaron un suministro de energía. Esto obligó a que uno de los reactores de la central tuviera que depender de un suministro de emergencia con generadores diésel para evitar una catastrófica fuga radiactiva.

Tanto Rusia como Ucrania se han culpado mutuamente por los últimos enfrentamientos en torno a la planta, que está bajo control ruso desde marzo.

Los enfrentamientos retrasaron la llegada del equipo de inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica de la ONU que acaba de arribar a la planta de Zaporiyia. El director general de dicho organismo, Rafael Grossi, habló con la prensa en la ciudad de Kiev justo antes de unirse al convoy de inspectores.

Rafael Grossi: “Mi misión es de carácter técnico. Es una misión que intenta evitar un accidente nuclear y preservar esta importante central nuclear, la más grande de toda Europa, no solo de Ucrania”.

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