Tuvimos el agrado de poder conversar en profundidad, con tranquilidad y tiempo suficiente, con el señor Niu Qingbao, Embajador de China en Chile. Por la extensión de nuestra conversación, estamos publicando la entrevista separada en tres partes, facilitando así a nuestras audiencias la posibilidad de leer atentamente sus palabras y digerir sus contenidos, que para nosotros resultaron de sumo interés atendiendo al contexto mundial en el que nos encontramos.

Pressenza: Sr. Embajador, vivimos en una época de enormes y acelerados cambios, con crisis que afectan mundialmente los más diversos ámbitos – desde la salud al medioambiente, la economía, la distribución alimentaria, sin mencionar los conflictos bélicos – en la que cobra cada vez mayor importancia el entendimiento recíproco, el multilateralismo y la cooperación entre los pueblos. ¿Puede comentarnos cómo ve usted este momento y el rol de su país en particular, como articulador de políticas de colaboración recíproca?

Embajador: Gracias, me parece una pregunta muy importante.

Como usted ha dicho, actualmente el mundo no está en paz. Los cambios de este último siglo, nunca vistos, y la pandemia más devastadora en una centuria, se entrelazan y la recuperación económica marcha lenta y difícilmente. Los desafíos para la seguridad son cada vez mayores y el desarrollo mundial enfrenta reveces enormes.

Todos los países reclaman por la equidad y justicia internacionales y todos los pueblos anhelan el desarrollo y la cooperación.

Frente a ese mundo, para responder a los anhelos de los países por la lucha antipandémica, por el desarrollo y la seguridad, en los últimos años China ha formulado una serie de políticas y propuestas sobre la gobernanza global.

Le menciono cuatro ejemplos:

El primero es la construcción conjunta de una comunidad global de salud para todos. Poco después del brote de la pandemia en el mundo, en marzo de 2020, el Presidente chino Xi Jinping, formuló el concepto de una comunidad global de salud para todos y propuso cuatro medidas dirigidas a la lucha anti-epidémica mundial, a saber, librar una decidida guerra global contra el Covid-19, realizar un eficiente control correctivo internacional, brindar apoyo activo al rol de las organizaciones internacionales y fortalecer la coordinación internacional en materias de políticas macroeconómicas.

Más tarde, en mayo del año pasado, en la Cumbre Global sobre Salud, el Presidente Xi Jinping compartió cinco observaciones para impulsar la colaboración internacional anti-epidémica, que son: persistir en priorizar el pueblo y la vida, persistir en adoptar medidas científicas para dar una respuesta coordinada y sistemática, persistir en unirnos para promover la solidaridad y la cooperación, persistir en subsanar la brecha de inmunización con una actitud imparcial y razonable, y quinto, persistir en tratar tanto los problemas como sus causas para mejorar el sistema de gobernanza.

Y quiero decir que China no solo propone iniciativas con propuestas, sino que también hace contribuciones concretas. En mayo de 2020, en la 73° sesión de la Asamblea Mundial de la Salud, nuestro Presidente Xi Jinping anunció que en los siguientes dos años China ofrecería asistencia internacional de 200.000 millones de dólares y una vez que las vacunas estuviesen disponibles, las ofreceríamos como bienes públicos. Y hemos cumplido con nuestras palabras. Hasta fines del 2021 China ha compartido experiencias anti-epidémicas y propuestas de tratamiento con 180 países y más de 10 organizaciones internacionales y regionales. Hemos enviado 37 equipos médicos a 34 países. Hemos proporcionado una gran cantidad de insumos médicos a 150 países y 14 organizaciones internacionales. Además, China ha ofrecido más de 2.100 millones de dosis de vacunas a 120 países, convirtiéndonos en el país que ha ofrecido más vacunas al exterior. Por ejemplo, en la primera mitad del año pasado, cuando las vacunas eran muy escasas en todo el mundo, las vacunas Sinovac fue la única a la que Chile accedió de manera cuantiosa y esta vacuna de Sinovac permitió que Chile se convirtiera en uno de los países del mundo con un ritmo de vacunación más alto y con una más pronta reactivación de sus actividades económicas.

La colaboración anti-epidémica china-chilena no solo constituye un punto destacado en la cooperación pragmática bilateral, sino que también constituye un caso ejemplar para la cooperación anti-epidémica internacional y ha ofrecido una vívida interpretación del concepto de una comunidad global de salud para todos.

La segunda iniciativa que quiero presentarle es la iniciativa para el desarrollo global. Fue formulada por nuestro Presidente Xi Jinping en la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre del año pasado. Esta iniciativa llama a la comunidad internacional a reenfocarse en el problema del desarrollo y prestar atención a la situación especial en que se encuentran los países en vías de desarrollo y propone profundizar la cooperación en 8 ámbitos graves, que son el alivio de la pobreza, la seguridad alimentaria, la lucha anti-epidémica y las vacunas, el financiamiento para el desarrollo, el cambio climático y el desarrollo verde, la industrialización, la economía digital y la interconectividad en la era digital.

En junio de este año, el Presidente Xi Jinping, cuando presidía el diálogo de alto nivel sobre el desarrollo global, formuló la creación conjunta de un paradigma del desarrollo global marcado por beneficios generalizados, el equilibrio, la inclusión, la coordinación, la cooperación de ganancias compartidas y la prosperidad común. Y ha formulado 4 propuestas más concretas:

Primero, necesitamos crear juntos el consenso internacional sobre la promoción del desarrollo, hemos de colocar el desarrollo en el centro de la agenda internacional e implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Segundo, necesitamos crear juntos un entorno internacional propicio para el desarrollo. Hemos de construir una economía mundial abierta y edificar un sistema de gobernanza global y un entorno institucional más justo y razonable.

Tercero, necesitamos cultivar juntos nuevas fuerzas motrices para el desarrollo global. Nos es imperativo promover la innovación científico-tecnológica e institucional con miras a lograr un desarrollo global más robusto, verde y sano.

Y cuarto, necesitamos construir juntos la asociación para el desarrollo global. El Norte y el Sur han de avanzar hacia la misma dirección, para fomentar juntos la asociación para el desarrollo global, que sea unido, equitativo, equilibrado e inclusivo, sin dejar a ningún país ni a nadie atrás.

La tercera iniciativa que le presento es la iniciativa para la seguridad global. En abril de este año, en la conferencia anual del Foro de Boao para Asia, el Presidente Xi Jinping propone esta iniciativa como lo siguiente:

Primero, nos es menester persistir en la visión de seguridad común, integral, cooperativa y sostenible, y trabajar juntos para defender la paz y la seguridad mundiales.

Segundo, persistir en respetar la soberanía y la integridad territorial de todos los países. No intervenir en los asuntos internos de los otros países y respetar el camino del desarrollo y el sistema social elegidos de manera independiente por el pueblo de cada país.

Tercero, persistir en acatar los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, abandonar la mentalidad de Guerra Fría, oponernos al unilateralismo y desechar la política de grupos y la confrontación entre bloques.

Cuarto, persistir en tomar en serio las razonables preocupaciones de seguridad de todos los países, atenernos al principio de la indivisibilidad de la seguridad, construir una arquitectura de seguiridad equilibrada, efectiva y sostenible, y rechazar la búsqueda de la seguridad propia a expensas de las de los otros países.

Quinto, persistir en solucionar las discrepancias y disputas entre países de forma pacífica mediante diálogos y consultas, apoyar todo esfuerzo a favor de la solución pacífica de las crisis, rechazar el doble rasero y repudiar el abuso de las sanciones unilaterales y la jurisdicción de brazo largo.

Sexto, persistir en defender la seguridad en áreas tanto tradicionales como no tradicionales, en respuesta conjunta a las disputas regionales y problemas globales como el terrorismo, el cambio climático, la ciberseguridad y la bioseguridad.

La parte china cree que para los mercados emergentes y los países grandes en desarrollo, es menester asumir las responsabilidades e inyectar una fuerza activa, estable y constructiva para el mundo. Hemos de defender la justicia, la equidad y la unidad y oponernos a la hegemonía, a la matonería y a la separación. Hemos de hacer oír nuestra voz por la equidad y justicia, promover el verdadero multilateralismo y defender el sistema internacional centrado en las Naciones Unidas, así como el orden internacional basado en el derecho internacional. Abandonar la mentalidad de Guerra Fría y la confrontación entre bloques, rechazar el abuso de las sanciones unilaterales, en fin, hay que construir la gran familia que es la Comunidad de futuro compartido para el ser humano, en vez de círculos o bloques basados en el hegemonismo.

La cuarta iniciativa es la iniciativa de cooperación sobre seguridad alimentaria mundial. Después del estallido de la crisis de Ucrania, los países europeos imponen sanciones a Rusia nunca antes vistas en cuanto al alcance y a las fuerzas, lo cual ha perjudicado severamente la seguridad de las cadenas industriales y de suministro globales. Se observa una escasez y alza de precios de alimentos y los países en vías de desarrollo, especialmente los menos desarrollados, son los más afectados.

Frente a esa crisis alimentaria global, en julio de este año el Consejero de Estado y Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi, en la reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del G20, formuló la iniciativa de cooperación sobre seguridad alimentaria mundial, que incluye ocho puntos:

En primer lugar, apoyar la Organizaciones de las Naciones Unidas para que desempeñe un papel clave en la coordinación. Apoyar el trabajo de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas.

En segundo lugar, no imponer restricciones de exportación a las compras humanitarias de alimentos por parte del PMA.

Tercero, ofrecer condiciones favorables para la entrada sin contratiempos de los productos agrícolas rusos, ucranianos y bielorrusos en el mercado internacional.

En cuarto lugar, los mayores países productores de alimentos y exportadores netos deben liberar su propio potencial de exportación, reducir las barreras comerciales y técnicas, controlar la utilización de energía generada a partir de alimentos, con el fin de aliviar la escasez de alimentos en el mercado.

Quinto, las medidas de emergencia tomadas por países para el comercio de alimentos deben ser a corto plazo, transparentes, específicas y apropiadas, y adecuarse a las normas de la Organización Mundial del Comercio.

Sexto, apoyar al Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional, y la innovación y cooperación en ciencia y tecnología agrícolas entre países, y reducir las restricciones sobre intercambios de alta tecnología.

Séptimo, reducir la pérdida y desperdicio de alimentos.

Octavo, ayudar a los países en desarrollo a fortalecer su capacidad de producción, almacenamiento y de reducción de pérdida de alimentos en términos de capital, tecnología y mercado.

 

En los próximos días publicaremos las siguientes preguntas y respuestas desarrolladas en esta entrevista, realizada en Santiago de Chile.