El siete de agosto fue un día doblemente histórico para Colombia porque asumió el primer gobierno de izquierda, con Gustavo Petro a la cabeza, y en la vicepresidencia, la primera mujer afrocolombiana feminista, de izquierda, activista, abogada y defensora de los derechos medioambientales, Francia Márquez.

Pero ¿quién es Francia Márquez?, ¿por qué esta mujer se encuentra ahora en el centro de la política internacional?, ¿qué agenda política despliega una mujer racializada y de procedencia humilde quien nos hace pensar en lo urgente de construir una democracia que conjugue la justicia social, el feminismo y los derechos ambientales?, ¿qué representa una mujer como Francia Márquez para los sectores olvidados por el Estado colombiano y, en particular, para las mujeres indígenas, las afrodescendientes, palenqueras, raizales y campesinas?

Francia Márquez nació en el Cauca, un lugar asolado y controlado por jerarquías raciales. Su trayectoria vital como activista, académica y mujer afrodescendiente representa el sentir de los sectores marginados y precarizados de Colombia y, al mismo tiempo, la alegría y la esperanza de un futuro distinto condensado en su famosa frase “vivir sabroso”, que reclama el derecho que cada persona tiene a disfrutar y a gozar de la vida.

Francia representa una lucha histórica: la de los pueblos afrodescendientes e indígenas en Colombia que han sido constantemente ultrajados por un sistema extractivista y patriarcal y a los cuales se les ha declarado la guerra porque sus vidas nunca fueron investidas de futuro por la nación. Hoy, estos sujetos/as heridos por la soberbia de la historia colonial y racial de Colombia aparecen bajo la figura de Los nadie, vidas que importan y traen consigo las claves de una profunda y necesaria transformación basada en el cuidado de la vida y los territorios e insisten en rescatar de esa memoria viva de los pueblos los vínculos existentes entre la ancestralidad y el futuro.

Los nadie es un manifiesto político y un reconocimiento a quienes han sido despojados, violentados y borrados por un Estado paramilitar, clasista y racista. Los nadie le otorga un nombre a quienes no tienen y nunca han tenido existencia en el imaginario político de Colombia. Los nadie encarna de manera poética una resistencia poderosa que hace temblar los cimientos de una política conservadora y tradicional y, al mismo tiempo, permite reimaginar una forma de hacer política a favor de la vida.

Francia se inspira en las luchas del pueblo afro y la filosofía del ubuntismo, donde las distintas formas de existencia se interrelacionan de manera solidaria, recíproca e interdependiente y propone un camino para repensar nuestras sociedades y avanzar hacia una vida plena, libre de violencia y discriminación. Su propuesta política desafía las bases de un modelo racista, extractivista y patriarcal que ha tenido consecuencias nefastas para la sociedad colombiana y propone trabajar en conjunto por transformar a Colombia en una potencia mundial de la vida. Su trabajo valiente y comprometido construye una red subterránea que entrelaza a millones de nadie en distintos países de América Latina que poco a poco van despertando y reconociéndose como ocurrió hace unos años en Chile ese viernes de octubre cuando los nadie nos miramos a la cara asombrados y esperanzados por un futuro posible.