El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, pidió a los gobiernos del mundo gravar con más impuestos las “ganancias excesivas” de las compañías petroleras y destinar esos recursos a las personas más vulnerables, al presentar un informe sobre el impacto global de la guerra en Ucrania.

“Es inmoral que las compañías de petróleo y gas obtengan ganancias récord de esta crisis energética a costa de las personas y comunidades más pobres y con un costo enorme para el clima”, dijo Guterres.

Solo en el primer trimestre de este año, las ganancias combinadas de las empresas energéticas más grandes alcanzaron 100 000 millones de dólares, según el informe del Grupo de Respuesta Global a la Crisis sobre Alimentos, Energía y Finanzas, el cual estableció Guterres en marzo.

“Urjo a todos los gobiernos a gravar estas ganancias excesivas y a utilizar los fondos para apoyar a las personas más vulnerables en estos tiempos difíciles”, dijo Guterres.

Desde el pasado enero –la invasión de Ucrania por fuerzas rusas se inició el 24 de febrero- los precios mundiales de los alimentos han subido más de 50 %, los del petróleo crudo más de 33 %, los fletes marítimos 23 %, y el diferencial de los bonos soberanos de los mercados emergentes se ensanchó 47 %, dice el informe.

Este tercer informe del Grupo de Respuesta, “Impacto global de la guerra en Ucrania: crisis energética”, alerta de que el mundo atraviesa una crisis global alimentaria, energética y financiera en la que hasta 345 millones de personas de 82 países padecerán inseguridad alimentaria aguda para finales de 2022.

Asimismo, destaca que uno de los efectos de la conflagración en Ucrania será que 47 millones de personas más se sumen a las filas del hambre, padecida por más de 800 millones en el planeta.

Al criticar a las petroleras, Guterres afirmó  que “esta codicia grotesca está castigando a las personas más pobres y vulnerables, mientras destruye nuestro único hogar común, el planeta”-

Por eso pidió “enviar un mensaje claro” al negocio de los hidrocarburos y a sus financiadores, disminuyendo la demanda y elevando los impuestos para obligarlos a invertir en energías limpias.

Cuestionado en una conferencia de prensa sobre la popularidad que tendría ese tipo de gravamen, Guterres respondió: “Nada sería más popular que gravar las ganancias excesivas de las compañías de petróleo y gas y distribuir ese dinero entre las familias más vulnerables”.

“No veo ningún problema de popularidad en esto, habría un problema de cabildeo y el cabildeo es muy poderoso cuando se definen las políticas. Sabemos que eso pasa y que no es muy digno. Pero en cuanto a popularidad, les garantizo que sería extremadamente popular”, aseveró.

Junto con esa primera recomendación, el informe plantea que todos los países, en especial los desarrollados, deben gestionar la demanda de energía, su conservación, la promoción del transporte público y las soluciones basadas en la naturaleza.

Una tercera recomendación fue acelerar la transición hacia las energías renovables, que en la mayoría de los casos son más baratas que los combustibles fósiles.

Al respecto, Guterres dijo que las tecnologías de almacenamiento, incluidas las baterías, deberían convertirse en bienes públicos.

Los gobiernos “deben ampliar y diversificar las cadenas de suministro de materias primas y tecnologías de energía renovable, eliminar trámites burocráticos y cambiar los subsidios a los combustibles fósiles para apoyar a los hogares vulnerables, e impulsar las inversiones en energía renovable”, expuso Guterres.

La cuarta recomendación se refiere a incrementar el financiamiento privado y multilateral a gran escala para la transición hacia la energía verde.

Las inversiones en energía renovable deberían multiplicarse por siete para cumplir con el objetivo de cero emisiones netas de carbono, por lo que Guterres exhortó a los bancos multilaterales de desarrollo a asumir más riesgos al ayudar a que los países elaboren marcos regulatorios adecuados y modernicen sus redes eléctricas.

“Conmino a los accionistas de esos bancos a que ejerzan sus derechos asegurándose de que sean aptos para tal propósito”, añadió.

Lamentó que algunos de países desarrollados estén otorgando subsidios universales a las gasolineras, mientras que otros están reabriendo plantas de carbón, sostuvo que “justificar tales medidas, incluso de forma temporal, es difícil” y, si se toman, debe ser por tiempo limitado.

Criticó que los países industrializados instan a las naciones en desarrollo a invertir en energías renovables sin brindar suficiente apoyo social, técnico o financiero.

“Muchos de los países en desarrollo están viviendo con los severos impactos de la crisis climática. Lo que les falta son opciones concretas y viables. No hay lugar para la hipocresía”, concluyó Guterres.

 

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