Escúchame. No pienses que tengo el ánimo de ofender. No quiero insultar a nadie. Pero si quiero sincerarme y pido tu oído abierto como cuando éramos niños -te hablo de antes de tornarnos calculadores, desconfiadas, mezquinos y temerosas. ¿Recuerdas?

Te contaré por qué apruebo la nueva Constitución propuesta en Chile.

Está por ejemplo La Regla de Oro…espera, escucha, dice: “Trata a los demás como quieres ser tratado”. Encuentro que esa es una regla hermosa porque lleva el reconocimiento de la dignidad de todos y también de la mía y la tuya. Esta regla me humaniza, te humaniza a ti y nos humaniza a todos. Porque, fácilmente yo podría haber sido tú o él, o ella, o cualquiera de aquellos a quienes a veces juzgo y condeno duramente -a quienes muchas veces desprecio.

También está este principio, fíjate que sabio es: “Ir contra de la evolución de las cosas es ir contra uno mismo.” El mundo y las cosas y nosotros todos vamos siempre cambiando y vamos en una dirección evolutiva, a veces con tropiezos y algunos traspiés -pero, querámoslo o no, la dirección mayor es siempre evolutiva. Reconozco que muchas veces me es difícil descifrar las formas en que se presenta esa dirección, pero eso sí, me queda claro que no hay forma de volver al pasado ni forma de perpetuar el presente.

Finalmente, al decir que Apruebo, me guía también este otro principio, que para mí es un reto porque me obliga a ensanchar la mirada, dice: “No importa en que bando te hayan puesto los acontecimientos. Lo que importa es que comprendas que tú no has elegido ningún bando.” Piensa en cómo no hemos elegido nada -ni donde nacer y en que circunstancias, con qué género, en qué cultura, en qué nivel socio-económico o dentro de qué religión. No hemos elegido nada. ¡Ni siquiera hemos elegido nacer! ¿Entonces, de qué me orgullezco tanto y con qué derecho tantas veces juzgo y castigo a otro? ¿Qué se yo de sus penurias y esperanzas, inmersa como estoy en mi pequeñísimo pedazo de realidad que defiendo como el único y el mejor?

Yo Apruebo, porque quiero ponerme a la altura de los tiempos y abrirme al futuro -porque quiero ser mejor persona para los demás y para mí y porque aspiro a reconocer claramente que yo existo porque tú existes.


(los principios citados provienen del libro La Mirada Interna que puedes encontrar en silo.net)