El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva presentó oficialmente su candidatura a la Presidencia del país de cara a las elecciones brasileñas del mes de octubre, en un acto con miles de seguidores en Sao Paulo.

Con la presencia de los líderes de la mayoría de partidos de la izquierda brasileña, Lula da Silva lanzó oficialmente su candidatura a la presidencia de Brasil.

A sus 76 años, Lula, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, aspira volver a la presidencia de Brasil al frente del Partido de los Trabajadores. Para ello se unió con el que fue uno de sus rivales políticos, el exgobernador de Sao Paulo Geraldo Alckmin, ante el que Lula logró la reelección en 2006 y que aspira a ser el vicepresidente del país.

Alckmin se afilió en marzo al Partido Socialista Brasileño tras 33 años en el Partido de la Social Democracia Brasileña y posteriormente se unió a la candidatura de Lula en un intento de atraer votos de centro y de la derecha brasileña.

Con COVID-19, Alckmin fue la gran ausencia en el acto, aunque apareció en una gran pantalla para pedir el voto a Lula en las elecciones.

En su discurso, Lula adoptó un tono moderado y conciliador, en un país muy polarizado, y dijo que Brasil necesita calma y unión para superar el grave momento que atraviesa, con el aumento de la inflación y el desempleo y los efectos causados en la economía por la pandemia y el conflicto entre Rusia y Ucrania.

«El grave momento que el país atraviesa, uno de los más graves de nuestra historia, nos obliga a superar eventuales divergencias para construir juntos una vía alternativa a la incompetencia y al autoritarismo que nos gobiernan. Es necesario unir los divergentes para poder enfrentar los antagónicos», declaró Lula da Silva.

Lula defendió el legado de su gobierno y la soberanía brasileña, cuidando de las riquezas minerales y de las florestas, en clara alusión a las altas cifras de destrucción que presenta la Amazonía, y aseguró que no pretende ofrecerle un ministerio a su sucesora en el cargo, Dilma Rousseff, porque según él «su grandeza no cabe en un ministerio».

«Es más que urgente restaurar la soberanía. Pero esto no se resume a la importantísima misión de resaguardar nuestras fronteras. Es también defender nuestras riquezas minerales, nuestras florestas, nuestros ríos, nuestros mares, nuestra biodiversidad. Nuestra soberanía y democracia son constantemente atacadas por la política irresponsable y criminal del actual gobierno», afirmó Lula.

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