POEMA

 

 

 

 

 

Enredos que forman la vida

Enredos que atraviesan las cuerpas

Enredos que se entrecruzan en el ADN

Enredos que enredan la muerte

 

Así los enredos van originando historias

porque nos unen,

nos hacen interactuar como sistemas abiertos,

nos hacen cambiar de nubosidad, 

nos develan verdades pasajeras,

nos abren a nuevas dificultades.

 

Son enredos los que tejen bordados

y los que se unen para dibujar paisajes.

Son enredos los que forman cordones

por donde se alimentan los fetos.

Son enredos los que tejo en la cabeza,

a través de telarañas que forman octágonos.

 

La vida es la que se enreda con la muerte

La muerte es la que se enreda con la resurrección

La resurrección es la que se enreda con el pecado

El pecado es el que se enreda con la mujer

La mujer es la que se enreda con el génesis

Y el génesis es el que se enreda con la religión.

 

El género enredado en el sexo

El sexo desenredado de lo femenino

La feminidad enredada en estereotipos

Y los estereotipos enrollados con la construcción social.

 

Así es la vida

porque la vida por sí misma, ya es un enredo.

Es estar abajo, es un no ser, es un estar.

Es un juego de palabras que encierran opresiones,

que alimentan humillaciones,

pero en el desenredo se encuentra la liberación.

 

Enredarse no es el problema,

cuando juntos crean sinergia.

Enredarse no encierra misterios,

cuando la mente no se cercena.

Enredarse conlleva a redar 

A caminar

A transformar

A colaborar

A ser un alguien después de entrecruzarse.

 

Enredarse te une a otros sistemas

Al enredarte portas tu cuerpa cargada de identidad

Te enredas, 

te abres a nuevos aciertos,

pero nunca la identidad la desenredas.

 

Hoy ya enredadas, 

nos desenredamos 

y nuestras vidas ruedan cargadas de enredos.

Enredos que han de empoderar nuestra identidad,

desenredar nuestra esclavitud

para volver a enrollar la libertad de ser.