POEMA

 

 

 

 

Una llamada a la Paz

Luces calladas

contemplan la noche

y el viento sonoro

retumba en los oídos

de caras amargas.

 

Aire de pólvora,

gritos que cierran

los ojos cansados,

niños que lloran

y truenos lejanos

que truncan vidas

cada mañana.

 

Flores marchitas,

fuego que arrasa

senderos abiertos,

caminos llanos

y rumbos inciertos.

 

Suena el tambor

con ganas de guerra,

botas que aplastan

corazones heridos,

sangre y dolor,

banderas huracanadas

con fuertes mástiles

de pura ambición.

 

¿Dónde está la evolución?

¿Dónde las canciones

de amor?

¿Dónde poder llorar

por un mundo mejor?

 

Se agota el tiempo.

Las voces de cristal

se rompen escondidas

tras el muro de la libertad.

 

Te hundiste

en el túnel del olvido,

angustiado,

sin voz ni aliento,

sin ganas de sentir

la luz que refleja

la felicidad.

 

La paz.

Qué simple palabra

y cuántas veces

mancillada,

Tan sencillo

como amar

y tan fácil

como odiar.

 

No sabemos caminar

sin que la violencia

nos siga como una sombra

en nuestro despertar.

 

Ya llora la luna,

y las estrellas cansadas

se ocultan

en el manto de la noche,

en la oscuridad

de nuestra mente,

y en el silencio

de la muerte