POEMA ILUSTRADO

 

¡Sea ese Dios que cumple los sueños que él inflama!
Podré y podrás también
tus velas en el mar serán la imagen clara de mis sueños
romperé las cadenas que impiden y retienen nuestro encuentro.

Te supe en el relámpago al ver tus ojos claros en mi cielo
sentí tu mano alada
llamando al corazón desde lo inmenso.

Vi tus lágrimas yendo
bañando en cada letra que llamaba
escuché el repicar de tu labor constante
abriendo a capas cercos de memoria.

De todas las imágenes eres esa que antes contemplé
liberándote tomas
ese aire que late en tu sonrisa
y volando me invitas y me rozas.

Es tu beso en mi nuca la caricia que siempre se despierta
no me iré y si lo hago será porque te vienes
me quedaré a tu lado hasta que el sol deshaga todo rastro
del tiempo que no es nuestro.

Sígueme cantando que tus cantos atraviesan todo el frío.

¡Sea!
Qué se aparte la lógica lineal de lo previsto
y que la realidad se adapte cual manto boreal
que nos deje pasar sin violentar un hilo de su ropa.

Qué el tiempo se deslice a los costados
que el salto en ese mar que separa tu aliento de mi boca
sea un paso suave por colores fluidos y azulados.

¡Sea!
Aquello que queremos forjado por nosotros
sin saberlo
Aquí en la soledad llega tu río
trayendo el agua limpia que me alienta
y mis venas renacen en tu arena.

Cuando todo se aparta, cuando todo se aleja
queda el silencio nuestro en las miradas
y empieza lo que siempre hemos querido
y te hablo de ti sabiendo todo
te recorro y te hago y te respiro
y te traigo de ti viniendo en modos
soy tu fondo insondable y tu destino.

Es intenso este canto y es de vida
que emergiendo en tu ser pinta las olas
sopla pájaros nuevos en tus alas
y te borra las hojas del almendro
para hacer nuevas flores en tu pecho
extendido en un campo de amapolas.

Te enlaza a las espigas de tus huertos
y te lleva soplando hasta la roca.

En tus dedos mis dedos se reencuentran
y regresa tu nombre a mis sonidos
yo te ruego, te llamo y te despierto
tú me fundes me emerges y me lanzas
me separas de ti y me empujas lejos
¡Yo te rompo cristal sin esperanza!
Yo te vibro rubí miles de veces
forjo el oro que impide que te vayas.