La marcha global hacia la plena igualdad de las mujeres con los hombres, que ya enfrentaba una espera de 99 años, ahora puede demorar 136 como consecuencia de la covid-19, se destacó en un foro que precedió la apertura de la Conferencia de la Unctad en esta capital de Barbados.

“Cuando se trata de igualdad de género, no estamos hablando de una década perdida. Estamos hablando de casi cuatro”, afirmó Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), que inició este lunes 4 los trabajos de su 15 conferencia ministerial.

Un ejemplo del impacto diferente de la pandemia está en que el empleo de las mujeres en el mundo cayó 4,2 por ciento en 2020, en comparación con tres por ciento de los hombres, a raíz de que las mujeres se emplean más en sectores devastados por las restricciones ante el virus, como el turismo.

El reporte 2021 sobre la brecha de género del Foro Económico Mundial, que se reúne cada año en Davos, Suiza y proyectó el siglo largo de espera para alcanzar la paridad de género al ritmo actual, colocó la en primer lugar la diferencia en cuanto al empoderamiento político.

En los 156 países cubiertos por el índice del Foro de Davos, las mujeres representan solo 26,1 por ciento  de unos 35 500 escaños en los parlamentos, y solo 22,6 por ciento de más de 3400 ministros en todo el mundo.

“Cuando se trata de igualdad de género, no estamos hablando de una década perdida. Estamos hablando de casi cuatro”: Rebeca Grynspan.

Hasta el 15 de enero de 2021, en 81 países nunca ha habido una mujer jefa de Estado, y ese foro estimó que se necesitarán 145 años para lograr la paridad de género en la política.

La brecha de género en participación económica y oportunidades ha registrado mejoras marginales, pero de acuerdo con el índice de Davos aún puede tardar 267 años en cerrarse.

Ello porque aumenta la proporción de mujeres entre los profesionales calificados, al igual que los avances hacia la igualdad salarial, aunque lentos, pero se mantienen las disparidades generales de ingresos y la falta de mujeres en puestos de liderazgo, ocupando solo 27 por ciento de los puestos gerenciales.

En la reunión de Barbados se revisó el papel del libre comercio, que ha creado nuevas oportunidades para algunas mujeres pero marginado a otras, como por ejemplo las mujeres rurales, que a menudo no pueden competir con los productos importados, sobre todo en rubros que se beneficien de subsidios.

La vicesecretaria de la Unctad, Isabelle Durant, citó los ejemplos de dos acuerdos comerciales y regionales, el Mercado Común del Sur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), y la Comunidad de África Oriental, formada por Burundi, Kenia, Ruanda, Sudán del Sur, Tanzania y Uganda.

En esos acuerdos “los trabajos que han puesto a disposición de las mujeres se encuentran principalmente en tareas simples que no incluyen responsabilidades de gestión o supervisión. No están empoderando trabajos”, dijo Durant.

El ministro de Comercio y Desarrollo de Finlandia, Ville Skinnari, djo que “incluir consideraciones de género o referencias a las normas laborales fundamentales en los acuerdos comerciales es un paso importante hacia el establecimiento de un campo de juego más justo e inclusivo”.

Grynspan insistió en que “el objetivo final no debería ser solo tener más mujeres involucradas en el comercio, sino garantizar que se involucren en términos justos y que los países tengan políticas a nivel nacional para que esto suceda”.

También sostuvo que “a menos que solucionemos las desigualdades entre hombres y mujeres, la búsqueda de los ODS no es posible”, refiriéndose a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para ser alcanzados hacia 2030.

Al menos 53 de los 251 indicadores de los ODS hacen referencia directa a la igualdad de género. Sin embargo, a las mujeres no ocupan las posiciones que les corresponderían en las mesas de toma de decisiones de recuperación poscovid, de acuerdo con los participantes en el foro de Bridgetown.

Por ejemplo, de los 225 grupos de trabajo creados para diseñar e implementar los programas de salvamento de covid para los cuales se dispone de datos, las mujeres representan menos de una cuarta parte de los miembros y no están representadas en absoluto en 12 por ciento de esos grupos de tarea.

“Debe quedar muy claro para todos nosotros que la recuperación actual es insuficiente e insatisfactoria tanto para la sociedad en general como para las mujeres en particular”, concluyó Grynspan.

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