«Desde principios del mes, Afganistán ha sido sacudido por una tercera y terrible ola de Covid-19, la cual ha colapsado el sistema sanitario justo cuando la nación se ve afectada por el recrudecimiento del conflicto debido a la retirada de la tropa OTAN. La situación es dramática: los hospitales que atienden a los pacientes covid no tienen más camas, no existen unidades de cuidados intensivos apropiadas, hay una enorme dificultad para encontrar oxígeno, solo una mínima parte de la población ha sido vacunada y el combate en curso en 26 de las 34 provincias hacen que la adquisición de insumos médicos sea mucho más complicada». Así lo ha dicho Marco Puntin, coordinador del Programa EMERGENCY en Afganistán, sobre la propagación de la pandemia en el país asiático.

Según el Ministerio de Sanidad, hasta hoy, 23 de junio, 107 857 personas han dado positivo a la COVID-19 y 4366 han muerto en total. Sin embargo, la semana pasada ha circulado la noticia de que los dos hospitales más grandes (el Afghan Japan y el Mohammad Ali Jinnah) han tenido que cerrar sus puertas por la falta de camas. De acuerdo con el Comité Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, en el último mes los positivos han aumentado en un 2400 por cierto.

Actualmente, el gobierno ha decretado el cierre de escuelas, universidades y mezquitas en 16 provincias. No obstante, los funerales aún están permitidos a pesar de ser focos de contagio. «Las cifras oficiales son, en su mayoría, subestimadas —explica Puntin— desde el inicio de la pandemia, se han hecho tan solo 541 735 hisopados de una población de 40’233,260 de personas. Las pruebas se realizan sobre todo en las principales ciudades del país, pero estas no alcanzan para las zonas rurales; ni siquiera para los pacientes que presentan síntomas».

Desde que empezó la crisis, EMERGENCY ha implementado protocolos de seguridad en toda su estructura sanitaria, los cuales incluyen la división de espacios y la separación de residuos infecciosos y no infecciosos para reducir el riesgo de contagio. El virus está tan extendido que se han detectado algunos pacientes positivos, incluso, entre los heridos que han ingresado a sus hospitales, pero las medidas que han adoptado han permitido controlar la situación y evitar la expansión de brotes.

«En este contexto, el país solo podrá dejar atrás la pandemia mediante una campaña de vacunación adecuada, pero la falta de dosis y la difusión de noticias falsas, como la infertilidad que provoca la vacuna, han paralizado el intento de inmunizar a gran parte de la población», continua Puntin. Según el Centro de Investigación sobre el Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins, solo el 0.38 % de la población afgana ha sido vacunada.

Hasta ahora, Afganistán ha recibido tres lotes de vacunas que no bastan para inmunizar únicamente a los trabajadores de los sectores fundamentales. Las primeras 500.000 dosis Covishield entraron en el país en febrero gracias a una donación que hizo India. Después, otras 486.000 dosis se recibieron mediante el mecanismo COVAX. Hace unos días, las últimas dosis en llegar fueron 700.000 de la vacuna de origen chino Sinopharm, con la que se pretende inmunizar a la población mayor de 50 años. «Son cifras ridículas si se comparan con una población como la de Afganistán», concluye Puntin.

Como ocurre en la mayoría de los países de ingreso bajo, estos números no son suficientes. Según la coalición de la People’s Vaccine Alliance, de la que EMERGENCY es miembro, la iniciativa COVAX que busca distribuir vacunas a los países más pobres está en crisis, pues a finales de mayo se habían distribuido 77.’000.000 de dosis (un tercio de las previstas para esa fecha). Al ritmo de distribución actual, COVAX suministrará 250.000.000 de dosis a finales de este año, lo cual cubre solo el 10 % de la población de los países beneficiarios.

EMERGENCY está presente en Afganistán desde 1999 con tres centros quirúrgicos. Dos de ellos para las víctimas de la guerra en Kabul y Lashkar Gah. Otro en Anabah- Valle de Panjshir, al igual que un centro pediátrico y una maternidad en la misma localidad. Además de una red de 44 puntos de primeros auxilios.


Traducido del italiano por Gabriela Armas