POEMA

 

 

 

 

 

 La corriente de un río se identifica porque todo va en un mismo sentido

Ese mismo sentido llamado normalidad,

es al que nos hemos acostumbrado a mirar y vivir.

 

No podemos imaginar un río que vaya en sentido contrario,

de izquierda a derecha.

No podemos pensar que las hojas de los árboles caídos,

fluyan en sentido opuesto a la corriente.

 

¿Cómo re-ingeniar nuestra inteligibilidad cerebral?

Haciéndole imaginar un escenario, 

donde las ramas caídas,

superen la ficción de la normalidad del río.

 

El río es el camino,

es la única verdad que conocemos

Otro río diferente,

no es más que un mito.

 

¿Por qué el río puede cegar nuestro carácter senti-pensante?

¿Por qué el río nos hace pensar que no existen otras formas de conocerlo?

¿Por qué el río nos hace concebir la normalidad en una sola dirección,

en una única forma de ser y actuar en el mundo?

 

Seguro, porque el río nos hizo sentir que la unidireccionalidad,

la universalidad de conocer y de saber,

son funcionales y únicos.

 

Pero un día la tormenta enfurecida nos demuestra,

que el río no parece tan pacífico como lo pensamos.

El río es un paisaje maravilloso que enamora, 

pero en su interior guarda extremas relaciones de sabiduría y poder.

Así, en la tormenta el río causa destrucción,

hasta desbordar su cauce.

 

El río nos demostró que cuando enfurece,

el poder humano desaparece,

y sólo sobrevive el que sale del río sin ahogarse,

porque el río nos hizo desafiarlo.

 

El río nos ha puesto los caminos para deconstruirlo,

Y deconstruirnos con él.

Hoy el río es la esperanza,

porque después de la destrucción de la normalidad,

los mundos utópicos se hacen más posibles.

 

Un mundo imaginado hoy es posible,

porque el río nos permitió meta ideologizar la normalidad,

normalidad a la que nunca deseamos regresar,

porque sabemos que hay otros mundos por fuera de ella.