Cuando el presidente Biden anunció recientemente al mundo que «Israel tiene derecho a defenderse», fue una puñalada en el corazón de todos los verdaderos amantes de la libertad y la democracia, y todos quienes desean lo mejor para los palestinos, y otros como ellos, que han sufrido y soportado durante décadas bajo una u otra forma el duro régimen del apartheid. Es algo que uno no desearía jamás ni a su peor enemigo.

El doble discurso que el presidente de los Estados Unidos, Biden, profesa actualmente sobre la debacle que se está produciendo en Israel y en la invadida Palestina no es nada más ni menos que por el puro y duro fascismo y racismo sionista-americano.

En lugar de pedir a los palestinos que intenten calmarse. «¡CALMA!», decir a los políticos y ciudadanos israelíes, que apoyan el apartheid sobre los palestinos, que «tienen derecho a defenderse», es un insulto a la inteligencia humana y a la premisa del derecho internacional

¡Qué insulto a la dignidad humana y al derecho de los seres humanos, de todos los seres humanos, en todas partes, a vivir como un pueblo libre! En lugar de ir a Israel, el enviado de Estados Unidos debería estar ya ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, exigiendo que se envíen inmediatamente tropas de la ONU a Jerusalén y Gaza para evitar más derramamiento de sangre innecesario, hasta que el Primer Ministro Netanyahu e Israel puedan ser llevados ante la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad.

Para vergüenza de Biden y de todos los políticos y ciudadanos estadounidenses que permanecen en silencio y acompañan a los sionistas judíos que ahora marchan por las calles de la “ocupada” Palestina, gritando impunemente  «Muerte a los árabes» ¿qué es lo que sigue: una sangrienta guerra civil israelí-palestina?

Estados Unidos acaba de pasar por su propio desastre con el Movimiento Black Lives Matter. Movimiento que llamó la atención del mundo sobre  la nación que una vez peleó una guerra civil  por la esclavización de los negros africanos y, que, de hecho, se preguntó por qué la fundación de los propios Estados Unidos nació originalmente, no como una democracia, sino como un régimen de apartheid en sí mismo, que fundamentalmente creía en la esclavización y la degradación de todos aquellos pueblos negros y marrones que no eran colonizadores blancos conquistadores.

Debido a tanto odio enfermizo, violencia e ignorancia sobre lo que hay que hacer ahora para resolver de una vez por todas el enigma de Israel como estado, es realmente vergonzoso en este momento de la historia, llamarse a uno mismo estadounidense o israelí de nacimiento.

 


Jerome Irwin es un escritor canadiense-americano quien hace tiempo, en la universidad, estudió Criminología mientras trabajaba en uno de los departamentos de policía locales en Estados Unidos. Durante décadas , Irwin ha tratado de manera especial de llamar la atención del mundo sobre los problemas de degradación e insostenibilidad del medio ambiente causados por una serie de cuestiones ambientales, ecológicas y espirituales, que existen entre las filosofías mundiales en conflicto con los pueblos indígenas y no indígenas. 

Irwin es el autor del libro «The Wild Gentle Ones; A Turtle Island Odyssey» (www.turtle-island-odyssey.com), una odisea espiritual entre los pueblos nativos de Norteamérica que ha dado lugar a numerosos artículos relacionados con: El Movimiento Fenian de Irlanda; el Movimiento de Resistencia Indígena contra el acceso al oleoducto en Dakota; el AIPAC, Israel y el Movimiento anti-BDS del Congreso de los Estados Unidos; la histórica batalla por Palestina, el asedio de Gaza, así como; las numerosas violaciones que constantemente cometen los intereses industriales, corporativos, militares y propagandísticos contra el alma colectiva del mundo. 

 


Traducido del inglés por Tamia Donoso 

El artículo original se puede leer aquí