Asegura que es un grave error que la investigación, producción y distribución estén bajo el control de las farmacéuticas

Augura dificultades para salir de la pandemia si los Estados siguen supeditados al poder de la industria farmacéutica

 

La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha advertido en medio del caos generado por el incumplimiento de los plazos en la entrega de las vacunas, que especular con ellas es un crimen contra la humanidad y que dejar que las grandes empresas farmacéuticas controlen la investigación, producción y distribución de las vacunas es un grave error, dado que los intereses y beneficios de esta industria siguen estando por encima de la supervivencia de la humanidad.

Para la organización, “la vacuna debe ser considerada un bien público y el manejo del proceso en todas sus fases debe estar bajo el control de instituciones internacionales y administraciones públicas que garanticen el acceso a las vacunas para todos y todas, ciudadanía y países, no solo por una cuestión de justicia y equidad, sino por imperativo sanitario”.

La aparición de nuevas cepas del virus, como en el Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, explica la asociación, es una prueba de ello: “mientras el virus persista en algunos países, la amenaza de un resurgimiento de la epidemia con nuevas formas es un riesgo para todo el mundo”.

La APDHA recuerda que la Unión Europea ha invertido 2.700 millones de euros en investigación pero las empresas farmacéuticas siguen “controlando con arrogancia» todo el proceso, saltándose incluso los acuerdos firmados con la UE. Será muy difícil salir de esta pandemia si los Estados e instituciones internacionales siguen supeditados al poder de las farmacéuticas, en contra de la salud e intereses del conjunto de los pueblos del planeta”.

Considera la organización que la salud y, en este caso, las vacunas deben ser un bien común de la humanidad, que ningún laboratorio podrá proporcionar los miles de millones de dosis necesarias y que, por ello, las empresas farmacéuticas y los institutos de investigación que trabajan actualmente en el desarrollo de vacunas deben compartir los conocimientos científicos, el know-how tecnológico y la propiedad intelectual de sus vacunas para que se puedan producir suficientes dosis seguras y eficaces en todo el mundo.

En septiembre, Oxfam denunciaba que el 51% de las dosis ya habían sido acaparadas por los países más ricos, que representan solo el 13% de la población mundial. Lo que temía Oxfam en septiembre se ha hecho realidad, sentencia APDHA: un sistema de dos niveles que deja a millones de personas sin acceso a las vacunas. “Si seguimos así, los países más pobres simplemente no podrán vacunar a su población antes de 2022”, vaticina la organización.

Para Oxfam, «cerca de 70 países pobres sólo podrán vacunar a una de cada diez personas contra la Covid 19 el año que viene, mientras que los países ricos, por el contrario, han comprado suficientes dosis para vacunar a toda su población casi tres veces para finales de 2021. Los beneficios de la industria farmacéutica deben dejarse de lado durante esta pandemia sin precedentes. Está en juego la supervivencia de la humanidad y de la economía», afirma la organización internacional.

Por todo ello, la APDHA considera que hay que plantearse la creación de una industria farmacéutica pública al servicio del interés general. Asimismo se ha sumado a la Iniciativa Ciudadana Europea. Protección frente a la Covid-19 para tod@s y hace un llamamiento a todas las personas preocupadas por la situación actual, para que firmen la petición No Profit on Pandemic, de manera que las vacunas y tratamientos sean considerados un bien público global, accesible a todos y todas de manera gratuita, se pueda hacer frente a esta crisis sanitaria mundial que se ha cobrado ya más de 2 millones de víctimas y se respete el derecho a la salud de todas las personas.