Por: Zenaida Espinosa Cabrera

Tristemente ser líder social y ambiental en Colombia sigue siendo una sentencia de muerte. Y es que la promoción del modelo económico extractivista se ha prestado para  el hostigamiento y asesinato de quienes ejercen como defensores ambientales. 

En Colombia ni los menores de edad están exentos de la violencia; así sucedió esta semana con el niño Francisco Vera Manzanares, un menor de 11 años quien ha ganado reconocimiento en el país, ya que a su corta edad se ha convertido en la voz de los niños y las niñas que defienden el ambiente del calentamiento global en Colombia; así se describe en su Twitter: “Tengo once años y un propósito: unirnos por el cuidado de nuestro planeta”. Francisco, pese a su edad y quien vive en Villeta municipio del Departamento de Cundinamarca junto a sus padres y su abuela, ha participado en debates contra petroleros, también intervino en el Congreso de la República el 17 de diciembre de 2019 para pedir a los congresistas que legislaran en contra del fracking, el testeo animal, los plásticos de un solo uso y el maltrato animal. Por su lucha en el cuidado del medio ambiente y los páramos del país, ha sido galardonado en diferentes ocasiones; preside la Fundación Guardianes por la Vida, que ya cuenta con miles de simpatizantes en Colombia, España, México y Argentina.

Sin embargo, Francisco fue tendencia en Twitter el 16 de enero,  tras recibir una  gran cantidad de mensajes de apoyo y de solidaridad por parte de todos los sectores del país, incluidos líderes políticos y sociales, así como de la ciudadanía en general. Francisco fue amenazado a través de las redes sociales, después de publicar un video en el que hablaba del regreso a clases que, por motivo de la pandemia, continuarán en la virtualidad y que para muchos en el país es una misión casi imposible, debido a la falta de recursos, acceso a la tecnología y la conectividad. .

No es la primera vez que el menor recibe amenazas, pues en otra ocasión le escribieron que “mejor no siguiera hablando sobre esos temas porque podía aparecer con las botas al revés”, de acuerdo a su madre en entrevista concedida al diario El Tiempo el año anterior.

Ver: El niño ambientalista que no juega a ser grande

Luego de estas amenazas, la Defensoría del Pueblo decidió priorizar su caso y activar una ruta de atención e instó a las autoridades para seguir de cerca el caso. Sin embargo, genera indignación que un menor necesite protección del estado por defender el medio ambiente; ¿Qué nos pasa como sociedad? La violencia aborrece el futuro de las generaciones venideras, parece no haber otra explicación.

Este hecho no deja de ser muy preocupante, pues se suma a hechos como el  asesinato de Gonzalo Cardona Molina, líder ambientalista, quien durante décadas se había convertido en el guardián del Loro Orejiamarillo (ave altamente dependiente de la palma de cera y que se ubica en las altas montañas de los Andes de Colombia y Ecuador); además de trabajar durante 15 años en la Fundación Proaves, Cardona Molina ejercía como guardabosques de la reserva Roncesvalles, en el Departamento del Tolima, donde siempre defendió el amor por la naturaleza y enseñaba como respetar el medio ambiente. El líder había desaparecido tres días antes y su cuerpo fue hallado sin vida, semidesnudo en zona rural de Tuluá, Valle del Cauca, el pasado 12 de enero.  

Ver: Así va la investigación por crimen del guardián de loro orejiamarillo

La situación de violencia contra  los ambientalistas no es nueva; en el 2020 fueron asesinados varios de ellos, entre los que estuvieron Yamid Alonso Silva Torres, en el municipio de Guicán, departamento de Boyacá y en la ciudad de Cali, Valle del Cauca, Jorge Enrique Oramas, de quien Pressenza publicó el perfil sobre su activismo y su asesinato.

Ver: Interrumpen el sueño de un líder ambiental

En agosto de 2020 la ONG británica GLOBAL WITNNESS en su informe ‘Defendiendo el mañana’, ubicó por primera vez a Colombia como el país con más líderes ambientales asesinados en los últimos años, con 64 muertes en 2019 y superando incluso el 2018, donde se reportaron 24 defensores ambientales asesinados.

Colombia también se encuentra a la espera de que el Gobierno acceda a la firma del Acuerdo de Escazú, convenio internacional que plantea la protección del medio ambiente, la participación y la justicia ambiental que, además, conlleve a la protección de los defensores ambientales y de derechos humanos.

Ver: Colombia encabeza listado mundial de ambientalistas asesinados