Por David Adler/Ctxt

La Internacional progresista, que agrupa a partidos, sindicatos y movimientos sociales de todo el mundo, celebra su primera cumbre para cartografiar la crisis, reclamar un futuro compartido y fortalecer un frente planetario

 

Se acerca noviembre y los ojos del mundo se dirigen a Estados Unidos. Con los incendios arrasando California, las crecientes protestas en Wisconsin y un presidente que incita a la violencia en Washington, las próximas elecciones han sido calificadas por los partidos Demócrata y Republicano como las más importantes en la historia estadounidense. “El carácter del país está en el voto” les gusta decir, pidiendo a sus partidarixs salir a votar.

Pero en estas elecciones está en juego mucho más que el carácter nacional. Desde el clima hasta la covid-19, los resultados de esta contienda determinarán el destino para las generaciones venideras más allá de las fronteras de Estados Unidos. Y es este asombroso poder, no el propio Donald Trump, el que define nuestra crisis actual.

Hay una paradoja en el corazón del sistema internacional. Por un lado, hay un amplio reconocimiento de que los desafíos de nuestro siglo –el clima, el capital y la pandemia viral– son de escala planetaria. Por el otro, hay un conjunto cada vez menor de actores preparados para abordarlos.. Nacionalistas autoritarios como Trump, Modi y Bolsonaro son algunos. Pero también lo es el CEO de Amazon, Jeff Bezos, que expande su imperio extractivo por el mundo. Y también lo es Bill Gates, que da forma a la salud pública desde su cuenta bancaria personal.

Lo que está en juego en las elecciones no solo refleja las diferencias entre Donald Trump y Joe Biden. También refleja la fragilidad de un sistema internacional en el que unxs pocxs pueden arruinar el mundo por capricho. Y, si no abordamos este desequilibrio de poder subyacente –entre el norte y el sur,  entre Estados Unidos y sus vecinos, lxs ultra ricxs y el resto– estaremos siempre al borde del precipicio.

En mayo, se lanzó la Internacional Progresista con el objetivo de construir un frente común, y hacer un llamamiento a las fuerzas progresistas de todo el mundo para que se unan a esta lucha.

Desde entonces, este frente ha crecido y ya incluye a sindicatos, partidos y movimientos que representan a millones de personas de todo el mundo, desde la Alianza Nacional de Movimientos Populares en la India y el Congreso de los Pueblos en Colombia, hasta el Movimiento de los Pueblos sin Tierra en Namibia.

Juntxs, lxs miembros de la IP han lanzado campañas internacionales para la cancelación de la deuda en el Sur Global, han desarrollado una visión política para el mundo después de la covid-19 y han construido una agencia de noticias para la traducción y difusión de perspectivas críticas excluidas por los principales medios de comunicación de todo el mundo.

La pandemia de covid-19 ha pospuesto los planes para una reunión del Consejo en Reikiavik, Islandia. Pero la pandemia también ha acelerado las crisis de la democracia, la desigualdad y el colapso ambiental, lo que obliga a las fuerzas progresistas en todas partes a actuar con rapidez y decisión.

Por eso, la Internacional Progresista convoca su Cumbre inaugural este fin de semana (19-20 de septiembre): para delinear nuestra actual crisis, reclamar nuestro futuro compartido y fortalecer nuestro frente planetario.

La Cumbre reunirá a miembros del Consejo para ayudar a establecer una dirección estratégica para el próximo año. Incluye a miembros como Aruna Roy y Vanessa Nakate, que participaron en los eventos de lanzamiento en mayo, y nuevxs miembros como el Dr. Cornel West y Natália Bonavides, que se han incorporado desde entonces.

La Cumbre convocará movimientos de todxs los miembros para compartir sus luchas y dar forma al futuro de su iniciativa. Los temas bajo revisión van desde “Construir una nueva internacional” hasta “Construir poder durante la covid-19”.

Y la Cumbre invitará al público a unirse a la conversación. Las sesiones de mañana incluyen conferencias magistrales de Noam Chomsky, Yanis Varoufakis y Naomi Klein, e incluyen mesas redondas sobre temas como el futuro de la democracia en América Latina y las perspectivas del postcapitalismo en el mundo.

La Internacional Progresista todavía está en formación. El viaje hacia un nuevo internacionalismo –uno que sea lo suficientemente poderoso para evitar la extinción– acaba de comenzar. Pero la Cumbre marca un paso importante en ese viaje –no solo para vencer a Donald Trump, sino para construir un nuevo mundo que sea libre de la necesidad de temerle.

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