Por Thais Iervolino

En entrevista a la CLADE, la coordinadora general de la Campaña Nacional por el Derecho a la Educación de Brasil, Andressa Pellanda, habla sobre el proceso de lucha que resultó en la inserción en la Constitución del país del Fondo de Mantenimiento y Desarrollo de la Educación Básica (Fundeb), que contempla el Costo Alumno-Calidad (CAQ)

Aprobada por unanimidad en el Senado Federal de Brasil este último martes (25), la Enmienda Constitucional 108/2020 crea e incluye el nuevo Fondo de Mantenimiento y Desarrollo de la Educación Básica (Fundeb) en la Constitución Federal del país. Más que eso, la enmienda garantiza que sean parte de este nuevo Fundeb el Costo Alumno-Calidad (CAQ), mecanismo que une calidad, y control social y financiero adecuado a la educación brasileña, y el Sistema Nacional de Evaluación de la Educación Básica (Sinaeb).

El hecho es histórico y es considerado por educadoras y educadores, activistas, docentes, organizaciones y movimientos sociales como una de las más importantes victorias en términos de la garantía de los derechos humanos en los últimos tiempos.

Uno de los principales actores responsables por este marco en la educación brasileña fue la Campaña Nacional por el Derecho a la Educación de Brasil. Miembro de la CLADE, la Campaña es la red más grande, amplia y plural en defensa del derecho a la educación en Brasil y fue la responsable de formular los argumentos técnicos y políticos, y de coordinar una amplia y decisiva movilización, que culminó en una victoria para la educación pública brasileña.

Para abordar con mayor profundidad la importancia del hecho, conversamos con Andressa Pellanda, coordinadora general de la Campaña. En la entrevista, Andressa hizo un análisis del contexto político, social y educativo del país, de la lucha de toda la comunidad educativa para lograr conquistar un Fundeb con CAQ y de los próximos pasos para que se garantice el derecho a la educación en Brasil.

¿Cuál es el contexto político y educativo de Brasil?
Andressa Pellanda – Brasil vive un contexto muy difícil, tanto en materia educativa como en términos políticos y democráticos. Desde 2015 hemos vivido turbulencias, golpes e inestabilidades políticas y económicas que han impactado decisivamente en los derechos sociales de la población de Brasil y han comprometido la garantía de esos derechos que antes estaban en camino hacia la universalización.

La educación no queda por fuera de este contexto. Desde el gobierno de Michel Temer [2016-2018] hemos vivido un proceso de privatizaciones muy intensas en nuestra educación, de recortes enormes en el área, especialmente después de la aprobación de la Enmienda Constitucional 95/2016, que impone una política de austeridad absurda en las áreas sociales y que no fue anulada ni en el contexto de COVID-19, a pesar de las recomendaciones nacionales e internacionales que defendían más inversiones en las áreas sociales y también en la educación.

Con el gobierno de Bolsonaro, la educación en Brasil pasa a vivir una situación todavía más oscura, ya que sus ministros y toda la agenda de gobierno deja al margen el eje principal de la educación en Brasil, que es el Plan Nacional de Educación, sustituyéndolo con estructuras de censura, de militarización de escuelas, de privatización y de una política de Estado mínimo para el área.

No es un escenario fácil, es uno de los peores y quizás el peor escenario que hemos vivido desde la redemocratización y, por lo tanto, ha sido muy complicado actuar por el derecho a la educación en Brasil, no solo por esta situación sino también por el debilitamiento de los espacios de participación social, de la propia democracia.

¿Cuál es la importancia de la votación del Fundeb con el CAQ?

Andressa Pellanda – Ante este contexto, el logro que conseguimos con la votación por unanimidad del nuevo Fundeb en el Senado Federal, después de una votación casi unánime en la Cámara de los Diputados, representa una gran victoria de la sociedad, de la comunidad educativa, especialmente de la Campaña Nacional por el Derecho a la Educación de Brasil, ya que  defender el financiamiento adecuado de la educación en Brasil ha sido una de nuestras banderas más importantes.

Esta conquista es una victoria todavía más importante porque a través de la Enmienda Constitucional 108/2020 logramos incluir en la Constitución Federal el Fundeb con el Costo Alumno-Calidad, que es un mecanismo construido por la Campaña hace 18 años. Una vez en la Constitución, ya no hay manera de impedir que el CAQ se realice en nuestras escuelas.

La realidad que el Costo Alumno-Calidad trae para nuestras escuelas es la valorización de los profesionales de la educación, mejores condiciones de trabajo, formación adecuada para estos profesionales, infraestructuras adecuadas en las escuelas, para que todas ellas tengan baños, bibliotecas, clases de recursos multifuncionales, gimnasios de deportes, laboratorios de ciencias y con todos los materiales necesarios para que haya una estructura de escuela de calidad en todas las regiones del país. También está previsto en el mecanismo que esta escuela tenga garantizados los recursos para su gestión democrática, como la construcción de proyectos político-pedagógicos, y la infraestructura y formación adecuada de docentes para garantizar la educación inclusiva.

Además, el CAQ incluye el control de los recursos para la educación, haciendo que los recursos de complementación, provenientes del gobierno federal, puedan llegar a los lugares que los necesitan.

El Costo Alumno-Calidad trae la dignidad para cada escuela del país, con independencia de la región en la que viva el estudiante, además de garantizar que haya justicia educativa, justicia social en nuestros centros educativos. Por ello es que fue tan importante que se votara un Fundeb con el Costo Alumno-Calidad.

¿Cuáles fueron las otras conquistas que el Fundeb trajo para el derecho a la educación en el país?
Andressa Pellanda – Además del CAQ, logramos que fuera incluido en Fundeb el Sistema de Evaluación de la Educación Básica [Sinaeb], que ya está en el Plan Nacional de Educación, pero que nunca había sido puesto en práctica, además de la construcción de un nuevo sistema de distribución de los recursos para la educación, que es un sistema híbrido que trae más garantía de equidad, sin que ninguna red de enseñanza sea perjudicada.

Además, este nuevo Fundeb también garantiza que el mínimo de 70% de los recursos sean dedicados a los profesionales de educación, ya sea para su formación, salarios, etc., valorándolos más.

En nuestro sistema educativo, la oferta de la educación básica es de responsabilidad de las municipalidades y de los Estados, pero hay una demanda de que el gobierno federal colabore técnicamente y financieramente, de manera activa, para la garantía del acceso y calidad de la educación básica. Con el nuevo fondo, logramos garantizar nuevos recursos del gobierno federal.

¿A partir de la votación, cuáles serán los próximos pasos para que el derecho a la educación en Brasil sea garantizado?
Andressa Pellanda –  La reglamentación del Fundeb necesita ser realizada en secuencia, de manera de garantizar el funcionamiento pleno de la Enmienda Constitucional 108/2020, relativa al Fundeb, profundizando algunos elementos que esta presenta.

En este contexto, será necesario que el CAQ sea parte de esta reglamentación, ya que el mecanismo es el responsable de proveer las bases para las condiciones adecuadas de calidad de la educación brasileña. Además, es fundamental que el CAQ sea parte de la Ley del Sistema Nacional de Educación, cuya votación ha tardado en ser debatida y aprobada pero que ahora, después de la votación del Fundeb, puede ser realizada con más facilidad y calidad.

¿Además de la votación del Fundeb, cuáles son las otras áreas de actuación de la Campaña este año?
Andressa Pellanda – Hemos actuado en algunas agendas intersectoriales, con un trabajo muy cercano a otros actores de la sociedad civil, como el Foro Brasileño de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional, el Movimiento de los Trabajadores sin Tierra (MST) y la ActionAid Brasil para garantizar y mejorar los procesos de distribución de la alimentación escolar en este contexto de pandemia, que ha perjudicado la seguridad alimentaria de niños y niñas brasileños.

Otro trabajo que hemos hecho es junto al Foro Nacional de Erradicación y Prevención del Trabajo Infantil que, a través de la plataforma “Cada Criança” [Cada niño/niña], lucha para garantizar prioridad y protección absoluta a las niñas, niños y adolescentes bajo el lema “toda niña y niño debe ser libre y tiene derecho a la educación”.

También hemos dedicado muchos esfuerzos en el sentido de garantizar la equidad y la no discriminación en las políticas educativas que han sido desarrolladas en este periodo de pandemia. Con la suspensión de las clases en las escuelas y la intensificación de las actividades remotas, hemos luchado mucho contra la privatización de la educación en esta agenda y en otras.

Por último, pero no menos importante, hemos actuado por una educación que sea diversa y por espacios de participación democráticos frente a este momento oscurantista de la política brasileña, caracterizado por la censura, la militarización, el conservadurismo y la discriminación. Junto con otras organizaciones, hemos formado un grupo que ha actuado a nivel jurídico para declarar acciones de inconstitucionalidad referentes al movimiento de “Escuela Sin Partido” en el Supremo Tribunal Federal y que hasta ahora obtuvo victorias.

Este año es un año muy duro por la pandemia y por el escenario político y económico en Brasil y en el mundo, pero seguramente es un año que será recordado como el año en que garantizamos un Fundeb permanente, con el Costo Alumno-Calidad, y que también vencimos en el Supremo Tribunal Federal los ataques discriminatorios de “Escuela Sin Partido”.

Son victorias de la Campaña, construidas por todas y todos, con el liderazgo incansable de nuestro coordinador general hasta este año, Daniel Cara. Sin todo su trabajo y estrategia, no hubiéramos llegado a este resultado.