En 1960, 17* países africanos logran independizarse. Las esperanzas puestas en el continente son inmensas. Pero el contexto internacional impondrá sus limitaciones: neocolonialismo, Guerra fría, globalización neoliberal pesaran sobre los nuevos Estados en un momento en que el continente se enfrentaba a un crecimiento demográfico muy fuerte y a una urbanización descontrolada.

¿Qué conclusiones se pueden sacar en estas condiciones de los últimos sesenta años? ¿Han cumplido las independencias sus promesas? ¿Cómo ha evolucionado la situación política y económica? ¿Cómo se han transformado las sociedades civiles? ¿Han encontrado su lugar las mujeres y los jóvenes?

Pressenza entrevistó a Amzat Boukari-Yabara, doctor de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, historiador y activista panafricano.

Concluimos en esta quinta y última parte, examinando el tema de la mujer. 

* Dahomey (ahora Benín), Alto Volta (ahora Burkina Faso), Camerún, República Centroafricana, Chad, Congo-Brazzaville, Congo-Kinshasa, Costa de Marfil, Gabón, Mali, Madagascar, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal, Somalia, Togo.

 

Las mujeres desempeñan un rol esencial tanto en la transmisión de la cultura como en la esfera económica de las sociedades precoloniales y coloniales. Desde la independencia, el continente se ha urbanizado mucho y el nivel de la educación ha progresado.

¿Cómo ha evolucionado el lugar de la mujer africana en la economía, la sociedad, y la cultura?

En efecto, las mujeres eran centrales en las sociedades pre coloniales donde encontramos algunas sociedades matrilineales. Las mujeres tenían el control de los mecanismos de poder y de sucesión, el nombramiento y la destitución de gobernantes. Muchas mujeres, ya sea reinas o guerreras, también ejercían el poder. Es mirando la historia de relatos de los fundadores o la historia de las resistencias a la colonización que las encontramos, como las reinas Nzinga1, Pokou2, Yennenga3, la reina madre Yaa Asantewa4, la Emperatriz Taytu5, Sarraunia6 o las Amazonas de Dahomey7. Las mujeres siempre han participado en las actividades económicas y políticas, tanto en la guerra como en la agricultura y el comercio. La colonización no era posible sin quitarle el poder a las mujeres, especialmente el económico, y sin destruir las sociedades en las que las relaciones al patriarcado y matriarcado eran lo suficientemente sofisticadas para administrar las relaciones sociales en relativa armonía. Excluidas de la historia colonial, las mujeres continuaron a resistir y las encontramos ya sea en los movimientos de independencia, ya sea como activistas o como combatientes, pero a menudo de manera invisible.

Este desequilibrio debe ser corregido y es uno de los puntos fuertes de la nueva historiografía africana. Los trabajos sobre el género, pero también sobre la juventud y las dinámicas sociales están en pleno auge. También hay un trabajo de reequilibrio en la historia sobre las instituciones. Es cierto que relativamente pocas mujeres han accedido a la magistratura suprema, como la presidenta de Liberia Ellen Sirleaf-Johnson o de Etiopia Sahle-Work Zewde, o incluso  la diplomática ruandesa Louise Mushikiwabo quien dirige la Francofonía. Sin embargo, las mujeres están cada vez más presentes y se presentan a las elecciones. También podemos recordar que un año antes de la reunión a Addis-Abeba de los s « Padres » de la Organización de la unidad africana, las « Madres » se reunieron para fundar en 1962 la Organización panafricana de mujeres.

Si bien en cierto que cada vez hay más mujeres que acceden puestos, las desigualdades continúan debido a que la gran mayoría de las mujeres siguen confinadas en los estratos desfavorecidos y marginados.  Las estructuras sociales intentan más o menos de adaptarse y de promover la inserción de las mujeres en el mundo profesional, pero en realidad y no es de extrañar, se le pide a las mujeres sobre todo que se conformen con un entorno, y no al entorno de avanzar hacia una mayor feminización del trabajo  Las políticas de paridad o de cuotas no están muy desarrolladas, aunque en países como Ruanda o Etiopia poseen un cuadro de políticas que asume el reto de la paridad gracias a una política ascendiente de feminización de los puestos directivos  Existen textos a nivel de la Unión Africana acerca de la promoción de la igualdad entre hombre y mujeres, sobre los derechos de la mujer o sobre el género, pero la realidad es diferente en la medida en que el patriarcado no ha sido descolonizado.

Para hacer este trabajo de desconstrucción tenemos muchas referencias. Figuras como la de Funmilayo Ransome-Kuti, Jeanne Martin Cissé, Aoua Keita, Jacqueline Ki-Zerbo, Andrée Blouin, o Amy Ashwood Garvey, Suzanne Césaire y, por supuesto, las hermanas Nardal, son poco conocidas aunque han jugado un papel importante en toda esta historia. También pueden inspirar a las jóvenes de hoy en día que buscan un modelo, además de los que pueden representar artistas comprometidas como Miriam Makeba. La historia se escribe cada vez más por mujeres, y la littératura africaine o de la diáspora puede apoyarse en fuertes plumas como le de Léonora Miano, Ken Bugul, Tanella Boni, Hemley Boom o Chimananda Ngozi Adichie. La mejora de la educación aumenta mecánicamente el nivel de educación de las mujeres, incluso si siguen siendo discriminadas escolarmente.

No obstante, en los últimos años, la mujer como grupo social ha adquirido mayor autonomía, y se ha convertido en objetivo de las políticas de educación y salud. La cuestión del liderazgo femenino es un tema del trabajo del gobierno y de medidas para incitarla, en particular en el sector político y empresarial. Se trata a menudo de mejorar el acceso a la educación, de acompañarlas en la planificación familiar para permitirles una mayor autonomía y al mismo tiempo reducir la mortalidad materna, combatir el VIH, y dándoles una mayor autosuficiencia económica, ya sea mediante la integración profesional o dándoles acceso a tierras agrícolas o al crédito. Las instituciones financieras internacionales están interesadas también en orientar su contribución a la economía informal. En el diario vivir, las mujeres africanas mantienen un papel central en la economía, en particular en el sector informal, y también gestionan estructuras de micro crédito o tontinas que les permiten una autonomía. Podemos citar el caso de las famosas Nana Benz, mujeres comerciantes entre Nigeria y Ghana que a menudo mueven cantidades vertiginosas de dinero controlando los mercados.

El papel de las mujeres es también fundamental en la medida en que son a la vez modelos de conducta y victimas de estereotipos. Si la vuelta a peinados naturales es a menudo apreciada, la práctica de la despigmentación sigue siendo un problema de salud pública. Hay otras cuestiones: la violencia hacia las mujeres que viven en medio de un conflicto. en particular en el Congo oriental. Es por esto que el premio Nobel de la Paz otorgado al Dr. Denis Mukwege tiene un significado especial. Otro problema es el de las redes de trata de seres humanos que llevan a jóvenes africanas a las aceras europeas o a situaciones domésticas poco envidiables en los países del Golfo. Esta situación de abuso plantea verdaderos desafíos, así como la feminización de las ciudades cuestiona las formas de modernidad africana. Por lo tanto, las mujeres están en el centro de la emancipación de África ya que, como Thomas Sankara lo decía, son doblemente dominadas por el hecho de que el hombre africano que las domina es él mismo dominado. Por mucho que logren acceder a puestos de poder, la política que deben aplicar no mejora necesariamente las condiciones de vida de la mayoría de las mujeres. El desafío de una revolución copernicana y de un cambio de paradigma para toda África no se puede afrontar sin apoyar las mujeres en su papel central en las relaciones intergeneracionales.

 

Notas

1-Nzinga fue reina de Ndongo y de Matamba en lo que hoy es Angola, en el siglo XVII

2-La reina Abla Pokou, una princesa ashanti, estuvo en el origen del reino de Baule, en lo que hoy es Costa de Marfil, en el siglo XVIII.

3-La princesa Yennenga estuvo en el comienzo del primer reinado Mossi, en lo que hoy es Burkina Faso, en el siglo XII.

4-La reina madre Yaa Asantewa, del imperio Ashanti, lidero la resistencia el colonizador británico a comienzos del siglo XX en lo que hoy es Ghana.

5-La emperatriz Taytu, emperatriz de Etiopia de 1889 a 1913, tuvo un papel importante en la preservación de la independencia de su país de los intentos de colonización italianos.

6-Sarraunia Mangu dirigio la resistencia al colonizador francés en 1899 en la región de Matankari al suroeste del actual Niger.

7-Las « Amazonas de Dahomey » son mujeres guerreras del reino de Fon de Dahomey, en lo que hoy es Benin, en los siglos XVIII y XIX.

 

Serie completa: Hace 60 años, la independencia de África. ¿Qué conclusiones?

  1. Una democracia inacabada
  2. La dependencia económica, todavía
  3. Sociedades movilizadas
  4. Una juventud bajo presión
  5. Las mujeres en el corazón de la emancipación

Traducción del francés por Beatriz Barros