Los cambios ministeriales, que acaba de realizar el presidente Piñera, han sido calificados por dirigentes de la oposición como un “gabinete para el rechazo”. Creo se equivocan. Esa no es una adecuada caracterización; no es el rasgo fundamental del nuevo gabinete. Antes y ahora, la derecha, en su gran mayoría, está decidida a rechazar una nueva Constitución, porque la actual Carta Fundamental ha sido útil al empresariado y a los políticos que lo representan

En realidad, el rasgo que caracteriza al nuevo gabinete es la captura de Mario Desbordes por el presidente Piñera, para incorporarlo como ministro de Defensa. Con ello logra desactivarlo, como dijo la diputada Jiles.

Desbordes dio muestras de entender las protestas sociales del 18-0 y sobre todo tuvo sensibilidad frente a la desesperación y el hambre que ha sufrido la familia chilena, como consecuencia de la pandemia. Señaló que las medidas del gobierno para enfrentar la crisis económica y social no ayudaban a la familia chilena. Dijo que eran escasas e inoportunas y, en consecuencia, no había más camino que el retiro de los ahorros depositados en las AFP.

La comprensión de Desbordes sobre la nueva realidad que vive la sociedad chilena se puso de manifiesto, con valentía, en su discurso y sobre todo en la aceptación sobre el retiro de los fondos del 10% de las AFP. Su liderazgo arrastró a un sector importante de la derecha, lo que permitió alcanzar los 2/3 para su aprobación en el Parlamento. Ello le ha significado ataques brutales de los más duros de RN, en particular de Andrés Allamand y de Carlos Larraín
Ahora, con astucia, Piñera lo incorpora a su gabinete; lo ha desactivado. Y, en consecuencia, el diálogo de la derecha con la oposición se hace más difícil.

Pero, lo más preocupante tiene que ver con la Constituyente. Porque, el logro de los 2/3, a propósito del 10% de las AFP, con el apoyo de parlamentarios de derecha, insinuaba un interesante camino de diálogo para la elaboración de la nueva Constitución.

No será tan fácil para los constituyentes por el apruebo alcanzar la mayoría de los 2/3 para impulsar cambios sustantivos y, con toda seguridad, habrá que entablar negociaciones con sectores de “derecha reformista” para la transformación del país.

Sin embargo, ahora no estará Desbordes, para liderar esa derecha, y será más difícil acordar, por ejemplo, terminar con el Estado subsidiario y, también, establecer en la Carta Fundamental políticas sociales universales, nuevo modelo productivo, la recuperación de los recursos naturales, la descentralización política del país, entre otros aspectos fundamentales para una nueva estrategia de desarrollo.

El movimiento social estará expectante. El 18-O ya dijo a los políticos los cambios que anhela. Los parlamentarios, que aprobaron el retiro del 10% de las AFP estuvieron en sintonía con el movimiento social y, en ello, ayudó Mario Desbordes. Quizás en los próximos meses los caminos del diálogo se estrechen y sobre todo al momento de elaborar una nueva Constitución no sea tan fácil implementar las propuestas de transformación que exige la ciudadanía. Ya veremos.