Como Comité de Derechos Humanos de la Coordinadora Feminista 8M queremos denunciar y condenar abiertamente los últimos hechos de violencia política sexual y hostigamiento que ha vivido la doctora Leonor Olate, activista y médica del machi Celestino Córdova, quien también ha sido sistemáticamente perseguido por el Estado chileno. Este caso es motivado por actos propios del racismo y del fascismo, al tratar de impedir que profesionales de la salud sigan solidarizando con presos políticos mapuches y que las mujeres nos volvamos las protagonistas del cambio que los pueblos reclaman. Juntas y sin miedo, brindamos todo el apoyo a nuestra compañera, que en el último tiempo ha sido perseguida, amenazada y agredida gravemente debido a su compromiso con el pueblo mapuche.

Aunque nos horroriza, no nos extraña este tipo de maniobras ya que están en línea con el permanente y sistemático terrorismo de Estado que practica el gobierno, grupos políticos y civiles de derecha contra quienes ejercemos nuestro legítimo derecho a la participación política y la protesta. Estas prácticas de horror, intensificadas cuando los pueblos se levantaron en rebeldía con la revuelta popular de octubre, han sido parte del operar permanente, sistemático e histórico del Estado en territorio mapuche, en una lucha que ha durado siglos. Sabemos que las luchas de los pueblos en defensa de su territorio y el agua, por la semilla antigua, por la verdad, por la justicia y por la memoria amenazan el régimen de desigualdad que por tantos años ha sostenido su poder. Sabemos también que les incomoda particularmente cuando mujeres y disidencias protagonizan estas luchas, como es el caso de la Dra Olate. Y es así como, dolorosamente, debemos denunciar una vez más la persecución y violencia política de la que somos víctimas quienes decidimos comprometernos políticamente y, específicamente, la violencia político sexual que se dirige a nuestros cuerpos y que busca disciplinarnos y desmovilizarnos.

Fue esta misma violencia político sexual la que suscitó el eco en todo Chile y el mundo del grito “¡El violador eres tú!” que denunció la violencia patriarcal que instituciones como la justicia y fuerzas armadas ejercen de forma sistemática contra mujeres y disidencias. La performance creada por la colectiva Las Tesis evidenciaba precisamente lo que hoy denunciamos: el Estado ejerce una violencia sistemática como herramienta de opresión, disciplinamiento, posesión y orden. Y frente a esto, el mismo Estado opresor persigue a las integrantes de esta colectiva, hoy denunciadas ante la Fiscalía por Carabineros de Chile por incitar la animadversión contra esta institución, basándose en «supuestas víctimas de la acción policial». Carabineros de Chile, nuevamente, cuestiona la veracidad de miles de denuncias por violencia política sexual que niños, mujeres y disidencias han hecho, al igual que negó la existencia de las violaciones sistemáticas a los derechos humanos que han cometido desde octubre en un clima de absoluta impunidad. Por ello, solidarizamos también con Las Tesis, quienes también son perseguidas debido a su protagonismo político.

Y es que la razón del eco mundial de este grito es precisamente la incuestionable veracidad de la violencia patriarcal que ejercen instituciones sobre nuestros cuerpos, sobre todo, la violencia que pretende corregir y disciplinarnos políticamente. Fue esta la violencia que se ejerció en recintos como “la venda sexy” durante la dictadura, violencia político sexual que se dirigió específicamente a compañeres y compañeras militantes que se encontraban resistiendo la dictadura. Y es por esta memoria, feminista y rebelde, que identificamos en el actuar de carabineros de chile, fuerzas armadas y cómplices civiles, las mismas prácticas y objetivos: castigar doblemente a mujeres y disidencias, primero por ser cuerpas incorrectas, segundo, por meterse en política. Es mediante estas tácticas que pretenden desmovilizarnos y evitar que formemos parte del cambio que necesitamos para la vida que queremos, una vida que valga la pena vivir.

Hoy Leonor, logró realizar una visita médica al Machi Celestino Córdova, que cumple 47 días en huelga de hambre, y nuestra compañera constató el grave nivel de deterioro físico y psicológico que presenta el Machi, tras la negación por parte del estado chileno, de devolver a Celestino a su rewe. Así como Leonor seguirá atendiendo como médica al machi Celestino, mujeres y disidencias no nos dejamos amedrentar; ya no volvemos a la segunda línea nunca más. Estamos en alerta y haremos todo lo posible para que se respeten los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Chile, los cuáles se vienen violando desde hace años y meses.

El pasado 8 de marzo demostramos toda la fuerza que tenemos para conseguir la vida que queremos. De la misma forma, pueblos indígenas, mujeres, disidencias, encontramos una resistencia común puesto que sabemos que para construir la vida que queremos, tenemos que enfrentar y combatir el mismo sistema de opresiones. ¡Libertad al Machi Celestino Córdova! ¡No más persecución política a quienes ejercemos nuestro legítimo derecho a la protesta! ¡No más violencia político sexual!

Si tocan a una, nos levantamos todas.

 

Daniela Fernández Romero, Comité de Derechos Humanos CF8M

Javiera Figueroa Machuca, Comité de Derechos Humanos CF8M

Lidia Yáñez Lagos, Comité de Derechos Humanos CF8M