Entrevista realizada el jueves 05/03/2020 en el programa de Pichincha Universal, 4 Elementos Pressenza Internacional.

A tres días del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer queremos hacer una reflexión sobre el feminismo en tiempos de globalización. Lo haremos con dos activistas comprometidas, ambas argentinas, y de generaciones distantes, así que con reflexiones y activismos distintos. 

La primera es Rita Segato, antropóloga, una de las voces más incisivas, profundas y respetadas del pensamiento feminista actual. 

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Rita, partiendo justamente de afirmaciones tuyas, tu has dicho que el feminismo no puede y no debe construir a los hombres como sus enemigos naturales. ¿Te queríamos preguntar, por qué? ¿Y también si no son los hombres el enemigo, quien es este enemigo?

Justamente, es una pregunta compleja, justamente estoy elaborando sobre ese tema. Para mí, toda política del enemigo tiende al fascismo naturalmente y casi de forma inescapable. Yo creo que las reivindicaciones del feminismo, la lucha de las mujeres son para el beneficio de toda la humanidad. Si conseguimos trasformar el mundo de la forma en que nos estamos proponiendo, la derrota o, mejor dicho, ese mismo término derrota no es un término interesante, la desestabilización del patriarcado como primera pedagogía de la desigualdad y de la opresión, va a ser para el beneficio de todas las personas.

Entonces, el movimiento nuestro, el movimiento de las mujeres, nuestra reflexión teórico-política en su diversidad absoluta, en esta insatisfacción femenina frente a la vigencia que nos oprime, el curso que queremos darle a la marcha histórica será para el beneficio de todas las personas.

Es en este sentido que estoy diciendo que no puede haber un beneficio solamente para las mujeres porque además será un beneficio para todas las personas, construir un proyecto que solamente se base y se fundamente a partir de la existencia de un enemigo en común, porque si vemos en la historia, esa es la estructura de la estrategia y del método del fascismo. El fascismo es, antes que nada, una estrategia basada en la existencia de un enemigo, esa estrategia es peligrosísima también para el feminismo. Es un movimiento que en su gran diversidad lo que hace es ser propositivo, es  decir, es constructivo, muestra cómo debe ser un mundo mejor. Cuando se transforma en una política del enemigo corre peligro, corre peligro.

Rita, afirmaste también que vivimos en el mundo de la dueñidad y para los “dueños” el cuerpo de la mujer es un territorio para demostrar con crueldad e impunidad justamente que son dueños de estos cuerpos, si nos puedes explicar un poquito a detalle.

Es un territorio el cuerpo de las mujeres donde se expresa, de una forma bastante inequívoca, la existencia de los “dueños”, de una política de la dueñeidad y yo creo, por eso, que el patriarcado tiene una afinidad, una analogía muy fuerte con la fase presente del capitalismo, donde, como he visto muchas veces, hablar de desigualdad ya resulta poco, más que de desigualdad deberíamos hablar de dueñidad, de adueñamiento. Que es adueñamiento de enormes espacios territoriales del planeta, adueñamiento del Estado y adueñamiento de los cuerpos. Y esa capacidad de adueñamiento de los cuerpos se expresa, encuentra su forma de comunicación más perfecta en el adueñamiento de los cuerpos de las mujeres.

Con respecto a la actitud del movimiento de las mujeres, del movimiento feminista, tú has afirmado también que el victimismo no es una buena política para este movimiento, pero sí que las mujeres se salven entre ellas.

Cuando hablo de la búsqueda de justicia, lo digo de una manera precisa, la búsqueda de justicia es la búsqueda de que la sentencia de los jueces tiene varias consecuencias, en una forma muy rudimentaria, simplona, pensamos que la consecuencia de una sentencia de un juez es mandar a una persona, a un hombre tras las rejas, encarcelarlo. Para mí, el aspecto pedagógico de la sentencia de un juez es más interesante, porque si fuera el encarcelamiento por sí mismo no necesariamente conduce a la disminución de los crímenes, pero el carácter pedagógico de esta sentencia de los jueces, cuando dice que algo no se puede hacer o que algo es condenado por la sociedad y por la justicia, en este sentido digo que la denuncia y la búsqueda de la justicia es indispensable. Pero el victimismo es otra cosa, el victimismo es creer que solamente las mujeres y, por ser mujeres, estamos del lado de la victimización. Yo creo que es muy interesante ver que los hombres se victimizan a sí mismos. O sea, que los hombres son victimas del mandato de masculinidad que ellos mismos obedecen, por un engaño que los lleva a exponerse como carne de cañón, a exponer y deteriorar su humanidad, censurando su propia capacidad empática e imponiéndose una obligación de capacidad de crueldad, de capacidad de violencia. Yo creo que el mandato de masculinidad es una forma en que los hombres se victimizan entre sí.

Escuchándote Rita, hay dos cosas  que destaco y que nos engancha con la siguiente invitada, es el tema que tú has dicho que las luchas de las mujeres van en beneficio de todas las personas y la pregunta que me gustaría hacerte es si en estos tiempos de globalización, ¿crees que es posible que las luchas de las mujeres sigan llegando a todo el mundo y sean beneficiosas para toda la población?

Justamente, es ahora que esto es así. Justamente, en este momento la lucha de las mujeres puede conseguir hacer mella, mellar, averiar la maquinaria de la desigualdad, y de la acumulación, y del proyecto histórico del capital. Más que nunca.

O sea, ¿la globalización ha venido a reforzar el feminismo global, a darle alas, a darle fuerza, a darle amplitud?

Una demostración que salta a la vista es el viaje global a una velocidad enorme que hizo la performance de Las Tesis, por ejemplo. A una gran velocidad, sin el auxilio inicial de ningún medio masivo de información, es impresionante que como un reguero de pólvora dio la vuelta al mundo. Porque habla de un problema común que tenemos todas las mujeres y que es el problema de la violencia. En esto, mujeres de diferentes lenguas, diferentes civilizaciones, localizaciones geográficas distantes, de un día para el otro pasaron a realizar esa performance.

Curiosamente, ¿cómo se consiguió eso?  Si no fue promovido por ningún medio de comunicación, ahora los medios tratan ese fenómeno y lo intentan indagar, pero cuando cundió por el mundo fue por un camino propio, porque estaba expresando un problema común de todas las mujeres, quizás el único problema que todas las mujeres tenemos en común, que es la cuestión de la violencia ejercida sobre nosotras. De muy diversas formas, son diferentes tipos de violencias, por ejemplo, no todas las culturas son culturas violadoras, por ejemplo, ni son feminicidas, hay diferentes tipos de violencias. Pero es un problema global, ahí hay una constatación de un problema global que pasa a hablar de lo mismo, pasa a expresar el mismo problema.

Rita, tú hablas en todas tus reflexiones, has plantado la cuestión de que la pedagogía de este mundo de dueños, es una pedagogía de la crueldad. ¿Cuál es la pedagogía que necesitamos, la que se contrapone a esa pedagogía de la crueldad?

En qué consiste, mucha gente cita esta categoría como categoría de la crueldad, sin entender muy bien lo que quise expresar con ella. Una pedagogía de la crueldad es todo lo que nos habitúa, nos condiciona a ver la vida como cosa, es la pedagogía del consumo, también. Todo lo que nos enseña que el gozo consiste en la adquisición de cosas y los cuerpos son cosas, que la naturaleza es cosa, todo se transforma en mercancía, todo se transforma en comprable y vendible, todo puede ser referido a un equivalente monetario global, universal. La pedagogía de la crueldad es esto, tiene una dimensión moral, una dimensión afectiva y una dimensión económica, también.

Es aquello que nos enseña a cosificar la vida y cuando cosificamos la vida, automáticamente, cuando uno va a leer las definiciones que los psicólogos han dado a la personalidad de estructura psicopática, el psicópata es alguien que no mantiene relación, que no tiene vincularidad, que para él la vida es puramente instrumental y los otros, las otras, les otres, son cosas. Entonces, pasamos a habitar en un mundo donde estamos presionados a adquirir una estructura de personalidad psicopática, eso es la definición de esa idea de una pedagogía de la crueldad.

Por lo tanto, una pedagogía que descosifique, una pedagogía que lleve a ver el mundo como animado, no solamente a las personas, no solamente a la humanidad,  a los animales… Por ejemplo, estamos viendo un mundo que cada vez más mira videos o tiene animales, o cultiva la relación con animales, porque es donde está quedando residuo de no cosificación. Algunas personas sí cosifican a sus animales domésticos, donde estamos todavía queriendo, amando, mimando, donde la ternura aparece hoy es con relación a los animales y lo vemos en el gran publico que abre todos los días un video, una noticia sobre un animalito, sobre la gracia de un animalito. Ahí también entra el peligro de la cosificación, pero parecería que ese mundo animal nos está salvando un poco de una vida de relación con cosas, de relación con todo lo que es comprable y vendible.

Yo creo que la salida está en la ternura, creo que la salida está en el afecto, en la aceptación de la diferencia, de una postura pluralista que estimule y que pueda convivir con aquello con que no concuerda, con aquello que es diferente, y dotar a esa otredad de humanidad y vitalidad, su derecho a la existencia. Muchas son las claves para salir de la trampa cosificadora en la que el capitalismo nos ha colocado.

Muchísimas gracias Rita por esta entrevista, un abrazo