Entrevista con Carlos Sánchez Mato, ex concejal del Ayuntamiento de Madrid con Manuela Carmena y coautor de ‘919 días, ¡Sí se podía! Como el Ayuntamiento de Madrid puso la economía al servicio de la gente’

Por Antonio Segura/ Redacción Vallecas VA

Carlos Sánchez Mato (Madrid, 1970) publicó junto a Eduardo Garzón el pasado mes de octubre ‘919 días, ¡Sí se podía! Como el Ayuntamiento de Madrid puso la economía al servicio de la gente’, un libro donde cuenta la experiencia de su paso por la política municipal dentro del Gobierno de Ahora Madrid, encabezado por Manuela Carmena. Este economista, vinculado a las asambleas locales de Izquierda Unida en Vallecas, presentó su trabajo en El Espacio de Puente de Vallecas el 17 de diciembre. En esta entrevista con Vallecas VA asegura que su juventud estuvo ligada al barrio “cuando peleábamos contra la droga en los años 90 en barrios como el mío, Aluche, y al lado de muchas madres que lucharon como jabatas contra la heroína que se llevó a muchos de sus hijos”. En esta época explica que fue voluntario de Proyecto Hombre, una organización que tenía un piso de «monos» donde pasaba el síndrome de abstinencia con los jóvenes para que empezaran el tratamiento de desintoxicación. “Trabajábamos en colaboración con la gente de Vallecas y ahí nacieron muchas amistades de esas de las de toda la vida. Tengo el orgullo de considerarme hermano de Javier Baeza, que desde la parroquia San Carlos Borromeo demuestra cada día cómo entendemos el ser cristianos la gente de los barrios”, añade.

P: ¿Cuál es la razón que les empujó a escribir un libro sobre la experiencia como concejal de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid?

R: Fundamentalmente hemos querido desmontar el mantra neoliberal muy extendido que ha situado a la izquierda como herramienta incapaz de gestionar de forma eficaz los recursos públicos. Se atribuye a la derecha la habilidad de hacerlo con eficacia y de resolver los excesos en que la izquierda cae cuando plantea cómo redistribuir el crecimiento económico. Desde 2015 a 2019, por primera vez en nuestro último periodo democrático, la izquierda ha tenido la responsabilidad de gobierno nada menos que en la capital de España. Y esa oportunidad ha permitido rebatir con contundencia esos argumentos tantas veces repetidos. Por eso creíamos importante dejar constancia de las políticas económicas exitosas que pusimos en marcha. De eso va el libro. De demostrar que otra política económica era y es posible.

P: ¿Qué significa poner la economía al servicio de la gente? ¿No es lo que hacen todos los que gobiernan?

R: Ojalá todos los que gobiernan pusieran los intereses generales por delante de los de las élites. Desgraciadamente no es así. El mérito de nuestra política económica del Ayuntamiento de Madrid no fue presentar superávit y reducir la deuda. El éxito residió en haber complementado ese fenómeno con una distribución de los tributos más equitativa y con un crecimiento enorme en las inversiones en infraestructuras (el doble) y en inversión social (un 73% más).

P: ¿Qué encontraron cuando llegaron a dirigir el Ayuntamiento de Madrid, una de las capitales más importantes del mundo? ¿Qué es lo que más les llamó la atención?

R: Nos encontramos con una ciudad híper endeudada. Madrid era la ciudad con más deuda de toda Europa ya que había recurrido a los préstamos de una forma masiva y desproporcionada en relación a su dimensión, lo que puso claramente en riesgo su sostenibilidad financiera. Y para colmo, no lo hizo para mejorar los servicios públicos ni el bienestar de la mayoría social, sino para financiar proyectos faraónicos que en la práctica sólo beneficiaban a una pequeña parte de la población.

P: ¿Qué es el techo de gasto y qué supuso en esos primeros momentos?

R: Una limitación de crecimiento del gasto público que nos impone el gobierno independientemente de cómo estemos gestionando cada administración pública o las necesidades que existan. Madrid con nuestra gestión consiguió superávit (más de 4.500 millones de euros) y reducimos la deuda un 52% (casi 3.000 millones de euros). Era de sentido común que reclamásemos mejorar los servicios públicos y gastar más y mejor en inversiones en los barrios y en gasto social.

P: ¿Es cierto lo que dicen en el libro de que el ‘renting’ de los vehículos policiales salía a precio de limusinas?

R: Pues sí. Salían a precio de oro. Ni más ni menos que 53.520 euros para cada coche patrulla o 130.362 euros para los vehículos de investigación de incidente. El precio por kilómetro fijado en este contrato de alquiler era superior a los 3 euros, cuando el precio normal de mercado rondaba los 40 céntimos de euros. En definitiva, 7,5 veces más caro.

P: ¿Las remunicipalizaciones son posibles? ¿Qué se hizo en este sentido?

R: No solo son posibles. Son imprescindibles para prestar de manera más eficaz y eficiente los servicios públicos. Fuimos capaces de hacer mucho menos de lo que nos hubiera gustado, pero la municipalización de Funeraria demostró de forma clara cómo se gestiona lo público por parte de quienes creen en lo público. Como prueba, un dato demoledor: mientras que la empresa funeraria tuvo en su último año de gestión privada pérdidas de 230.000 euros, en su primer año de gestión pública registró beneficios por valor de 4,1 millones de euros de beneficios. Otro dato clarificador: mientras que desde 1993 a 2016 (23 años de gestión privada) se invirtieron 24 millones de euros en construcción y habilitación de cementerios, la empresa municipal de gestión pública ya ha puesto en marcha inversiones por valor de 39 millones de euros.

P: La derecha acusa a la izquierda de subir los impuestos cuando gobierna, ¿qué hizo Ahora Madrid con el IBI?

R: Se lo subimos al 0,7% de los contribuyentes y se lo bajamos al 99,3%. Especialmente a los inmuebles de barrios en los que la crisis había pegado más fuerte y los valores de los mismos se habían deteriorado más. Gracias a la revisión catastral que pusimos en vigor, una cuarta parte de las viviendas tuvo rebajas entre el 20% y el 40% en la contribución urbana.

P: ¿Qué se hizo en relación a la economía social desde el Ayuntamiento?

R: La economía social y solidaria está ampliamente reconocida por contribuir al desarrollo local, aumentar la cohesión en la sociedad, fomentar la participación social, favorecer el desarrollo personal de sus miembros y democratizar las empresas, por lo que el fomento de su desarrollo en el menor plazo posible es una iniciativa de interés público. Las entidades de la economía social muestran mayor resistencia en términos de empleo en periodos de inestabilidad económica. Por eso era importante potenciarla. Elaboramos en colaboración con el sector una estrategia marco para dar protagonismo a la economía social y solidaria y no especulativa, a la innovación productiva, a su dimensionado tejido empresarial, al talento y la cualificación de sus trabajadores, logrando así fomentar el empleo estable y de calidad en la ciudad de Madrid.

P: ¿Qué quedó por hacer?

R: Muchas cosas. Cuatro años es un plazo muy corto para reequilibrar la ciudad y para que la periferia olvidada de Madrid tuviese la atención que merece. Mucha más inversión social empezando por un amplio parque de vivienda para alquiler social creo que es lo más importante que quedó por hacer.

P: ¿En qué consistió y en que debió consistir la Auditoria Ciudadana de la Deuda?

R: La auditoría no sólo busca detectar las prácticas ilegales, sino que también busca identificar las prácticas ilegítimas –aunque sean legales– para poder mejorar los servicios y prestaciones que ofrece el Ayuntamiento a la ciudadanía. Por ejemplo, quizás dedicar miles de millones de euros a grandes proyectos faraónicos –como hizo Gallardón– pueda ser legal, pero desde luego es ilegítimo cuando hay necesidades mucho más apremiantes como la pobreza, el paro o los cuidados a niños y adultos dependientes que no cubre el Ayuntamiento de Madrid. ¿Cuántos empleos se podrían haber creado o cuántas escuelas infantiles podrían haberse construido con todo el dinero despilfarrado en los fallidos Juegos Olímpicos, por ejemplo? Conocer toda esa información es imprescindible para articular recomendaciones a los gobiernos del futuro y mejorar así la distribución de la renta y la riqueza. Esto es también objeto de la auditoría. Nuestra investigación detectó quebrantos por importe de 8.428 millones de euros.

P: M-30, Madrid Nuevo Norte… ¿quién ha ganado con esos proyectos?, ¿se podría haber hecho de otra manera?

R: Evidentemente quienes hacen grandes negocios con esas operaciones son esas personas que no precisan presentarse a elecciones para tener el poder en una ciudad como Madrid y para los que gobiernan muchos de los que sí se presentan. En el soterramiento y en el contrato de mantenimiento de M-30 grandes empresas como Ferrovial y ACS, los del Pino y Florentino Pérez. Y en Chamartín todos los caminos empiezan en Francisco González y acaban en BBVA pasando por Villarejo.

P: ¿Qué hizo el PP con la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo?

R: Regalar la vivienda social de Madrid a los fondos buitres dejando en la estacada a las familias que allí vivían de alquiler y al conjunto de madrileños y madrileñas que habían pagado con sus tributos la construcción de esos pisos. Ana Botella y su equipo de Gobierno permitieron un negocio enorme a Blackstone. Vendieron por 128 millones de euros unas viviendas que valían 260 millones al menos y que ahora el fondo buitre valora en el doble de esa cantidad.

P: La trama Púnica, Madrid Destino, las caballerizas… ¿qué conclusiones saca el libro de esta forma de gobernar del PP en Madrid?

R: Pues que no han hecho otra cosa que lucrarse a costa de lo público. Una verdadera banda organizada para saquear las cuentas de todas y todos.

P: Era consciente Montoro de que estabais demostrando que se podía gobernar de forma efectiva y más eficientemente, con otra política que no fuera la de desmantelar lo público y el enriquecimiento particular con su gestión?

R: Es evidente que no solo estábamos mostrándole al mundo todos los chanchullos que habían realizado y llevando a los tribunales a los corruptos, también estábamos dejando muy claro que había alternativa a las políticas del Partido Popular, desastrosas para la ciudad. Eso pasaba por hacer más justos los tributos incrementándoselos a las grandes empresas y bajándoselos a la mayoría de la gente y multiplicando los recursos destinados a políticas sociales y de inversión, reduciendo la enorme deuda que heredamos fruto de su gestión. Lógicamente no podían permitirlo y actuaron con todas las armas a su alcance.

P: Por último, ¿en qué consistió el acoso y el derribo del ministro Montoro al Ayuntamiento gestionado por Ahora Madrid?

R: Desde los recursos judiciales para intentar parar las inversiones, al bloqueo de nuestra autonomía para poder incrementar nuestro presupuesto, y hasta el recurso a las cloacas del Estado fue usado por el Partido Popular que se querelló junto al conocido comisario Villarejo contra nosotros. Fuimos capaces de sortear todas sus maniobras y demostrar que era posible aplicar nuestras políticas con éxito. Lamentablemente Manuela Carmena accedió al chantaje y a las presiones y claudicó ante Montoro.

La botella con una leyenda muy especial de Vallekas que le ha acompañado en toda su andadura de cargo público.

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