El asesinato ilegal del general iraní Soleimani es un acto de guerra de Estados Unidos que no puede ser tolerado. Independientemente de los crímenes de Soleimani, los Estados Unidos no tienen ningún derecho legal o moral para tomar tal acción unilateral, como en los recientes bombardeos de cinco instalaciones iraníes en Irak y Siria. Irak, Siria e Irán son naciones soberanas y estos ataques de los Estados Unidos fueron violaciones flagrantes del derecho internacional, que prohíbe tal agresión. El gobierno estadounidense también ha humillado e indignado al gobierno y al pueblo iraní. ¿Cómo reaccionaría Estados Unidos ante el ataque a sus instalaciones militares en Japón o Corea o ante el asesinato del General en Jefe del Estado Mayor Conjunto?

Se teme que el asesinato de Soleimani pueda ser el equivalente al asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo en 1914, que desencadenó la Primera Guerra Mundial. Una vez que se encienden los fuegos de la guerra, contenerlos no es nada fácil. Deberíamos haber aprendido del pasado que la GUERRA NO ES LA RESPUESTA.

Nuestra tarea ahora es hacer todo lo posible para evitar una escalada, una guerra más amplia, incluso una guerra nuclear, en respuesta a lo que sin duda será la represalia de Irán. Pedimos inmediatamente una acción urgente del movimiento por la paz mundial.

Los Estados Unidos están lejos de ser inocentes en Oriente Medio. Hemos sido testigos de 70 años de agresión estadounidense -militar, diplomática, económica, cultural y de otro tipo- para imponer la hegemonía/control de nuestro petróleo bajo sus arenas. Los pueblos del Oriente Medio siguen sufriendo el precio de los conflictos y las guerras por el poder. Merecen el apoyo del mundo para un nuevo proceso de paz. Donald Trump argumenta que el asesinato preventivo era necesario, pero hay que recordar que el Plan de Acción Integral Conjunto (el acuerdo nuclear iraní) sentó las bases para una resolución diplomática de las tensiones entre Estados Unidos e Irán. Fue la violación de este acuerdo aprobado por la ONU por parte de Donald Trump y John Bolton lo que abrió la trampa en la que el mundo podría caer ahora. En respuesta al asesinato de un contratista estadounidense por parte de la milicia, Trump y sus tropas bombardearon y destruyeron cinco objetivos militares en Irak y Siria, lo que dio lugar a una manifestación en la embajada de Estados Unidos, que las fuerzas estaban reuniendo para tomar represalias.

En lugar de comenzar una guerra con el asesinato de Soleimani, los líderes más racionales habrían tratado de revertir la espiral de la escalada militar a través de la diplomacia, no de la escalada asesina.

Rechazamos y aborrecemos totalmente las acciones temerarias, beligerantes y gravemente peligrosas de los Estados Unidos para acercar aún más al mundo a un conflicto mundial que, sin duda, incluiría el uso de armas nucleares. Más provocación no es la respuesta. En abril de 1982, la “Comisión Independiente sobre Cuestiones de Desarme y Seguridad” -también conocida como la “Comisión Palme”- introdujo la idea de que “los Estados ya no pueden buscar la seguridad a expensas de otros; sólo se puede lograr mediante esfuerzos de cooperación”. Este concepto de “seguridad común” es más necesario que nunca ahora que nos enfrentamos juntos a las amenazas existenciales del cambio climático y la guerra nuclear.

Además, el IPB pide al Consejo de Seguridad de la ONU que condene la agresión de los Estados Unidos. El IPB también insta a la UE a negarse a apoyar cualquier guerra, a declarar que está en contra de cualquier ataque militar a Irán y a no permitir que los Estados Unidos utilicen instalaciones militares y bases militares en el territorio de los Estados miembros de la UE.

¡Es hora de que el movimiento por la paz actúe! ¡Unámonos a través de todas las fronteras políticas y sociales para evitar esta desastrosa guerra!


Traducción del francés por Michelle Velez

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