Por Dolores Pizarro Vidal

Un buen momento para conmemorar los 70 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas, asumidas en 1948, promoviendo el respeto a estos derechos, asegurando su reconocimiento y protección a nivel nacional e internacional. Es que un día 10 de Diciembre, es bueno no perder la memoria y muy por el contrario reafirmar un nuevo contrato a niveles jamás vistos en los nuevos tiempos, para que en un entendimiento común todos los individuos del orbe comprendan que los Derechos Humanos, por si mismos e intrínsecamente no pueden ser vulnerados.

Es bueno también no olvidar el origen de los DD.HH. en Chile y su vínculo con la Vicaria de la Solidaridad, al amparo de la Iglesia Católica y organizada por el Arzobispado de Santiago, quien protegiera eficaz y ampliamente los Derechos Humanos en el régimen dictatorial y particularmente violento con quienes se le oponían. Esta funcionó entre los años 1976 y 1983. Esta Vicaría, no solo motivó y organizó a las mujeres de los detenidos desaparecidos en el bordado en arpillera… fue un punto clave de contención para todos los casos de tortura, persecución política, exilios, asilos, detenidos y desaparecidos, etc.

La investigación textualmente dice:

…”El origen de la Vicaría de la Solidaridad Después de los hechos acontecidos el 11 de septiembre de 1973, Chile vivió un tiempo de incertidumbre, centrado en el miedo y la muerte producto de los hechos de “guerra” que vivían, pero, también, del futuro económico y sociopolítico. “Se inicia la segunda mitad de septiembre la quema de libros, los bombardeos de los tanques en el centro de la ciudad y de patrullas blindadas en las poblaciones”. La OEA, en uno de sus informes, expresa que “aproximadamente mil quinientas personas fueron muertas inmediatamente después del Golpe” (Timmermann, 2007: 3). La tensión del ambiente se agudizaba con la casi nula información que se tenía de lo que sucedía en el país, limitados los derechos básicos de la sociedad y los derechos de las personas que estaban en contra del nuevo régimen establecido. La Iglesia da a conocer un comunicado emitido por la Conferencia Episcopal, pocos días después del golpe militar. En este afirma: “Pedimos moderación frente a los vencidos. Que no haya innecesarias represalias, y que se tome en cuenta el sincero idealismo que inspiró a muchos de los que han sido derrotados. Que se acabe el odio, que venga la hora de la reconciliación”(Cavallo, 1994: 292-293)…”

Triste es comprobar que el actual escenario chileno a partir del estallido social, no difiera tanto del texto, aún cuando estamos a 46 años de esos horrendos sucesos históricos… Y no aprendimos nada… y lo esperamos todo. En mi opinión al esperar todo, el cambio y “la alegría ya viene”, es que el pueblo chileno aguantó los 30 y algo años siempre con el optimismo de que debería ser mejor, confiando en sus autoridades, incluso llegó el momento en que no importó siquiera el partido político, siempre siendo positivos y manifestando un afán de dar oportunidades por iguales. Bueno al parecer la codicia fue más fuerte en las altas esferas. Tal como en el mundo entero, los individuos y ciudadanos despertaron.

Al volver a la Democracia, la Vicaria cerró sus puertas y los DD.HH. tomarían un lugar importante en nuestra Constitución y legislación conocida como “Programa de Derechos Humanos” creado por DS N 1.005 del Ministerio del Interior (1997) con el objetivo de continuar la tarea de la Corporación de Reparación y Reconciliación, sucesora de la conocida como “Comisión Retting” (1990). A su vez, el área jurídica del Programa de DD.HH. tenía y tiene como función fundamental la promoción de acciones judiciales que permitan determinar el paradero y las circunstancia de desaparición o muerte de las personas detenidas desaparecidas y ejecutadas políticas ocurridas entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990, prestando asistencia jurídica a los familiares de las víctimas de violación a los derechos humanos.

“La Ley Nº 20.405 que creó el Instituto Nacional de Derechos Humanos, establece en su artículo 10º transitorio, que nuestra repartición tiene la facultad para ejercer todas las acciones legales que sean necesarias, incluidas las de presentar querellas respecto de los delitos de homicidio o de ejecución sumaria, y de secuestro o desaparición forzada, en su caso.”

A partir de esta fecha ocurren dos cambios interesantes de analizar. En el año 2016 se publicó la Ley Nº 20.885, que crea la Subsecretaria de Derechos Humanos, mediante la cual se traspasa el Programa de Derechos Humanos desde el Ministerio del Interior y Seguridad Pública al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

La Subsecretaria de DD.HH. del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Chile, comenzó sus labores en enero de 2017, buscando promover la incorporación del enfoque de derechos en las políticas públicas de Chile, en el entendido que ello contribuye a mejorar las gestión del Estado y ayuda a prevenir que éste vulnere derechos humanos.

En el marco que Chile ha asumido obligaciones internacionales de DD.HH., reconocidas a través de la Constitución Política. (MERCOSUR – IPPDH/2014).

Actualmente entonces, tenemos un Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno de Chile, unidos en una sola institución. Eso nos haría pensar que sería eficiente para tomar acciones considerando que posee una potente herramienta como la de las políticas públicas sobre un tema que ahora, dado el contexto social, sería como la guinda de la torta.

Esto explica la “inclusión como política pública”, un tema que va mas allá de lo político y tiene que ver con algo tan sutil y que pareciera tan básico, pero que no se muestra visible y que comprende todas las peticiones de las agendas sociales en cualquier parte del mundo.

Específicamente la de Chile dice: (extracto solo algunos)

Asignación del máximo de los recursos disponibles

…“Asignación del máximo de los recursos disponibles. La distribución equitativa del gasto o la inversión que empieza priorizando a los grupos más desaventajados de la sociedad, así como una ejecución presupuestaria bien planificada, ­ flexible y transparente. Transparencia sobre el gasto e inversión en Proyectos Educativos Institucionales basados en los principios de equidad, no discriminación e inclusión; con estrategias de enseñanza y de aprendizaje ­ flexibles. Protocolos claros de retención y resguardo de los derechos a las estudiantes embarazadas, madres y padres, estudiantes migrantes, estudiantes LGBTI; promoviendo espacios de expresión y encuentro de diferentes culturas y grupos; y ocupándose por la accesibilidad universal en todas las áreas de la escuela/liceo, incluyendo las aulas, los pasillos, los baños, los jardines, las áreas de juego y el comedor, entre otros”…

En el Plan Nacional de Acción de Derechos Humanos y Empresariales 2017. (OCDE)

…”Este Plan consiste en “una estrategia política en constante evolución elaborada por el Estado para proteger los impactos negativos en los derechos humanos generados por las empresas en conformidad con los Principios Rectores de Naciones Unidas”: las empresas deben respetar la ley nacional y también deben respetar los derechos humanos internacionalmente reconocidos, estén estos protegidos por leyes nacionales o no” (PAN, 2017: 27). De este modo, los compromisos internacionales del Estado de Chile en este ámbito, así como las acciones contenidas en el Plan Nacional de Acción de Derechos Humanos y Empresas, deben ser conocidos y promovidos por funcionarios y funcionarias, al ejercer sus funciones cotidianas, para favorecer que las empresas respeten los derechos humanos, al tiempo que el Estado, como principal garante, cumple debidamente su rol de protección de los mismos…”

Cómo entonces buscamos razonar con estas grandes pero pequeñas minorías respecto de que la violencia, en cualquiera de sus formas, no es el modo para llegar a reales acuerdos…

La esencia de cada ser humano – y así lo entiende la filosofía – jamás será arrebatada, aún cuando volvamos a las prácticas de involución como es la violencia. Es inconcebible entonces que en pleno desarrollo del actual siglo XXI y el primero del III mileno, continuemos perdiendo nuestras magnificas energías en recordar la Declaración Universal de los DD.HH. a unos pocos que están a cargo de la seguridad, tienen el poder y la manipulación de los gobiernos de turno.