Temprano esta mañana concurrieron al Palacio de La Moneda los dirigentes de la Mesa de Unidad Social, compuesta por más de 110 sindicatos, gremios y organizaciones sociales, convocados por el Ministro del Interior, Gonzalo Blumel, a conversar sobre la situación de crisis en que se encuentra el país.

Acá hemos transcrito las palabras con que el Presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, se expresara ante el Ministro en dicha reunión que fuera calificada por él mismo como «a ratos fue una reunión dura, áspera, en el sentido de cómo planteamos las cosas». Aguilar señaló que “la palabra negociación como transacción está desacreditada. Nosotros estamos disponibles a venir y exponer las demandas del mundo social y que sean ellos los que empiecen a dar respuestas concretas y gestos concretos”, para después puntualizar que «no estamos disponibles para una negociación a espalda de la gente». “Hay que dar respuesta a la ciudadanía”, puntualizó.

Tanto sus palabras ante el Ministro, como las de los demás dirigentes, apuntaron a hacer comprender las demandas sociales así como terminar con el feroz atropello a los Derechos Humanos que el Gobierno está cometiendo. Para enfatizar en esto último, es que Aguilar asistió a la reunión con el Ministro vendado en uno de sus ojos, recordándole permanentemente que han baleado a más de 200 personas en sus ojos, dos de las cuales han perdido completamente la vista de sus dos ojos.

 

«Yo quiero decir primero que claro, siempre es bueno conversar, por supuesto. De la conversación siempre puede salir algo positivo, pero lo primero a anotar es que han pasado 40 días –usted lo dijo al iniciar su intervención. Han pasado 40 días para que se dignen a conversar con esta mesa, con el movimiento social, con lo que nosotros representamos, el mundo organizado. Y eso, de alguna manera, yo encuentro que es una señal que espero esté cambiando, pero es una señal de esa arrogancia, de esa desconexión, de esa… yo lo llamaría –y perdone que sea fuerte pero esta reunión puede ser útil si es franca y directa, con respeto pero franca– un cierto menosprecio que tiene la elite de este país al mundo social.

Nosotros lo vivimos como profesores. Tuvimos un paro de 51 días y recién el día y recién el día 24 de ese paro la ministra se sentó a conversar con nosotros, después de hacer… bueno, todo lo que el país vio en ese momento. ¡El día 24 se sentó a conversar con nosotros!

Y ahora ustedes, en medio de este estallido social, el día 40. Bueno, podría haber sido el día 35, porque hace algunos días que ustedes querían y nosotros nos demoramos un poco, pero pongámosle que fue el día 35 que ustedes querían conversar con nosotros. Es un síntoma de esa arrogancia, de esa desconexión, de esa prepotencia que el mundo social siente, percibe.

Para nosotros los dirigentes sociales este estallido no fue una sorpresa. Para la elite fue una sorpresa. Nosotros lo veníamos alertando hace mucho tiempo. Es cosa de ver nuestro manifiesto cuando se conforma Unidad Social, lo que ahí diagnosticábamos y lo que decíamos. Decíamos que aquí se estaba incubando un conflicto severo por la desigualdad, por el abuso, por la prepotencia. No fue sorpresa para nosotros. Hay muchos síntomas de que esto estaba incubándose y ustedes nunca lo escucharon.

Los que dirigen este país nunca escucharon esos síntomas. Hay estudios académicos, hay investigaciones, hay encuestas, están los diagnósticos que hemos hecho el mundo social.

Las actuaciones abusivas y fuera de protocolo de carabineros las veníamos denunciando hace tiempo, no sólo ahora. Nosotros, ministro, tuvimos en el paro nuestro la denuncia de muchas situaciones graves de abusos de carabineros y nunca “nos pescaron”, lo voy a decir así, en términos poco académicos. No nos respondieron ni las cartas. Les mandamos carta al ministro Chadwick denunciando las situaciones y ni siquiera tuvimos un “acusamos recibo”, ni siquiera un “acusamos recibo”. De ese nivel de arrogancia eran.

Nosotros tuvimos en Copiapó unas profesoras detenidas que las desnudaron en la comisaría, las vejaron y las humillaron. Hicimos la denuncia correspondiente, nos enfrentamos cara a cara con el general Rosas en una sesión en la Comisión de Derechos Humanos del Senado, él quedó de darnos una respuesta, que iba a haber una investigación. Estoy hablando de hace más o menos 4 meses de esto, en Julio… todavía no nos llega la respuesta. Todavía no tenemos resultados de qué pasó con nuestras colegas que fueron desnudadas en la comisaría, humilladas y vejadas delante de varones.

El seguimiento de los dirigente, ministro. Se denunció que todos los dirigentes que estamos aquí presentes tenemos ficha de inteligencia, que tenemos seguimientos, y nosotros somos dirigentes públicos, abiertos, legales, que hacemos todo a cara descubierta y con las manos limpias y nos están siguiendo, nos tienen ficha. Todavía no hay una respuesta a eso, todavía no sabemos qué pasa. Ahora carabineros ¿sabe qué respondió a los tribunales? “No, esas cuestiones son secretas. No les podemos entregar esa información.” Le dijo a tribunales eso, que era secreto. ¡Nuestras fichas son secretas! O sea, yo no se qué habrán descubierto en los seguimientos que me han hecho a mí, pero seguramente han visto que voy a la feria, que voy al supermercado –porque soy un ciudadano común y corriente como todos–, que voy al cumpleaños de una prima, que voy al cumpleaños de un sobrino, que voy con mi hijo a jugar fútbol… Eso deben haber detectado los seguimientos porque eso es lo que hago en mi vida, aparte de la actividad pública y conocida por todos.

Lo que se debe entender acá, ministro, es que aquí había una anormalidad que en algún momento se hizo inaceptable para la gente. Esta anormalidad del abuso, de la prepotencia, de la violación a los derechos humanos, porque ya había violación a los derechos humanos. Nosotros las denunciamos y nunca nos pescaron. El asesinato de Catrillanca Chile lo lleva como un dolor muy fuerte en su alma… Esa anormalidad inaceptable no es a la que se puede volver, por cierto.

Yo quiero decir, ministro, con la misma franqueza, que esto partió con las evasiones del pasaje en metro. Y las evasiones del pasaje en metro fueron unos muchachos, 500 muchachos, 300 muchachos, fue creciendo, llegó a unos 3000 dicen, en un momento, cuando deciden cerrar el metro porque 3000 muchachos estaban evadiendo el pago de 260 pesos. Pero ocurre que aquí tenemos nosotros un presidente de la república que evadió por años el pago de las contribuciones de su casa en Caburga. ¡Por años! Entonces ¿con qué moral –lo digo educadamente pero con franqueza–, con qué moral si la máxima autoridad del país evadió el pago de sus obligaciones tributarias por años, y sólo cuando lo pillaron mandó pagar, con qué moral vienen ahora a criticar a los muchachos que se saltaban los torniquetes del metro? ¿Con qué moral? ¿Con qué moral vienen los que permitieron que Johnson evadiera cientos de millones de dólares en pagos tributarios? Si vamos a hablar de evasión, si vamos a cuestionar la evasión que hicieron los escolares… ¡hablemos de evasión! Hablemos en serio de evadir: de lo que es evadir obligaciones, de lo que es evadir responsabilidades.

Entonces ministro –y con esto voy cerrando porque por supuesto tienen que hablar todos–, la agenda social que usted dice –y celebramos que hoy día reconozcan que hay una deuda social muy grande–, tiene que ser una agenda profunda y audaz. La única manera de que aquí haya, efectivamente, un reconocimiento de la ciudadanía de que está habiendo un cambio, es que esa agenda sea audaz. Aquí Lucho seguramente va a profundizar, pero nosotros pensamos que en materia de pensiones tiene que ser realmente un giro. Nosotros decimos “terminar con las AFP”. Yo soy un trabajador que ha cotizado toda su vida en AFP. Mi mujer también. Mi mujer ha trabajado toda su vida de profesora, toda su vida, desde que egresó hasta el día de hoy y proyecta, según le dice su AFP, una pensión de 200.000 pesos. Eso proyecta según ese sistema que prometió que nos iba a dar al 2020 el 100% del sueldo activo en las pensiones. Ahí están los recortes de prensa del año 90.: “Chilenos tendrán el 100% de sus pensiones en el año 2020.” ¿Eso no es una estafa? ¿Eso no es un robo? Pensiones realmente dignas. Educación que deje de ser un bien de consumo como dijo el presidente de la república. La educación no puede seguir siendo un bien de consumo. El presidente de la república lo dijo, y cuando promulgó un proyecto de ley hace algún tiempo, el de admisión justa, dijo “hay que defender la industria educativa, la industria educativa tiene que defenderse”. Eso dijo el presidente. Sí, lo rechazó el congreso, pero lo que quiero recordar es cuando el presidente dice que “hay que defender la industria educativa”. Eso es lo que nosotros rechazamos, porque existe una industria educativa.

La agenda social, ministro y –cerrando– además de la agenda social que aquí los compañeros van a dar más profundidad seguramente al tema, la nueva constitución tiene que ser con una asamblea constituyente sin trampas, sin trampas. Porque el acuerdo que se generó en el congreso está lleno de trampas: la trampa del quorom, la trampa de que los representantes ciudadanos casi no van a tener posibilidades de ser elegidos, la trampa de que va a estar toda la asamblea constituyente cocinada previamente cómo va a funcionar, en circunstancias que nosotros estimamos que la asamblea constituyente es soberana y tiene que darse su forma de funcionamiento la propia asamblea. Si no ¿qué soberanía tiene ese órgano si le precocinan todo cómo tiene que funcionar?

Y el tema de los derechos humanos, ministro. Yo estoy aquí con mi ojo tapado, en simbolismo de Gustavo Gatica a quien voy a ir a ver después que termine esta reunión. Voy a ir a su casa a verlo. Gustavo Gatica quedó ciego porque estaba sacando fotos. Y usted, ministro, dijo que le manden la información, le pide casi rogándole a carabineros que le mande la información de quiénes fueron los responsables. Esos responsables, esos criminales –o el criminal, quien haya sido–, tendría que ya estar preso, y no esta burla de que sigue libre, sigue como si nada. Ayer, una muchacha hija de un asistente de la educación, apoderada de una escuela pública de San Bernardo, quedó ciega también porque le tiraron una bomba lacrimógena directo en la cara cuando estaba esperando micro.

O sea: yo en esto quiero ser super franco, ministro. ¿Cómo pueden decir que están preocupados por los derechos humanos si estas cosas siguen pasando? Nosotros estábamos con Pepe Pérez, el colega dirigente de la ANEF, estábamos varios en la Plaza de la Dignidad en una manifestación totalmente pacífica por “No más AFP” y nos llegó a medio metro una bomba lacrimógena que era un proyectil. Igual que un cohete, cayó a medio metro de nosotros que estábamos parados ahí, absolutamente pacíficos. En ese lugar no pasaba absolutamente nada. Los incidentes estaban a dos cuadras de donde estábamos nosotros, y nos tiran una bomba lacrimógena como un proyectil, casi como diciendo “¿Nos prohibieron los balines? ¡Ahí tienen! ¡Ahí va la bombita directo al cuerpo!” Con José Pérez, lo digo porque estábamos los dos juntos y nos cayó al lado, al lado, ministro, la bomba lacrimógena. Ese mismo proyectil impactó en la cara de la señora Campillai y está ciega ahora, como está ciego Gustavo Gatica que estaba sacando fotos. Entonces, no pueden decirnos que están realmente… no es creible que digan que están preocupados por los derechos humanos si sigue el general Rosas en su cargo, responsable directo de todo esto que está pasando, que le dice a su gente “no va a haber problema porque yo no voy a dar de baja a nadie aunque me lo ordenen”. ¿Cómo puede seguir en su cargo? ¿Cómo puede seguir en su cargo el general que dice que los que protestamos somos un cáncer y que con sus disparos “van a caer células malas y células buenas, lo sentimos”. ¿Cómo puede seguir en su cargo? ¿Qué gesto de que hay realmente preocupación por los derechos humanos si sigue en su cargo esa gente, y siguen disparando a los pacíficos?

Y si el ministro …… –que ahora parece que es ministro del interior porque está preocupado por la seguridad pública– dice que son los narcos y son los delincuentes… bueno ¡hagan algo con los narcos y con los delincuentes, si ustedes son los responsables de la seguridad! Pero lo que están haciendo no es contra los narcos y los delincuentes, porque ahí se arrancan. Están atacando a los manifestantes legítimos que están en la protesta social. Vienen criminalizando la protesta social hace rato. Por algo nos perseguían y nos vigilaban a los dirigentes, porque querían criminalizar, ha sido la política criminalizar la protesta social. Con los narcos se arrancan, con las bandas de delincuentes se arrancan… Dicen “Estamos sobrepasados”, “A lo imposible no estamos obligados”, dicen, y mientras tanto nos disparan bombas lacrimógenas y balines a los manifestantes legítimos. No es creíble que haya realmente preocupación por los derechos humanos mientras esas cosas sigan, ministro. Y por lo tanto para nosotros la agenda de una asamblea constituyente de verdad, la agenda social de verdad, profunda, estructural y la real protección a los derechos humanos y que paren los abusos a los derechos humanos y que haya inmediato juicio y castigo a los culpables, es la condición mínima, mínima para sentarse a conversar y poder establecer un diálogo real y no una foto simplemente para la prensa. Ese es nuestro interés.

Eso, ministro. Gracias.»