Por lo general, al Ecuador se lo recuerda por la línea  imaginaria que lo atraviesa, la línea del Ecuador. Punto de referencia en términos cartográficos. En las últimas semanas, el país también se ha vuelto una referencia en el mapa de las luchas sociales, demostrando que la movilización popular es vital para frenar a los gobiernos que explotan a los más necesitados para dar a los más ricos. Proyectando imágenes a futuro de los pueblos latinoamericanos que viven un contexto histórico-social muy parecido. Entre la cruz del neoliberalismo y la espada del desarrollismo ¿Este país ha señalado un nuevo norte a seguir?

Ecuador: más allá de la línea ecuatorial

Para comprender la crisis ecuatoriana, además de ubicarnos geográficamente, debemos situarnos históricamente. El territorio ecuatoriano fue dominado por los incas hasta 1533, año de la conquista española. Las armas de fuego, los caballos y el sarampión facilitaron el dominio  español. Este virus fue el responsable por la muerte de millones de personas en todo el continente americano, una enfermedad que vino de otro continente y de la que los nativos no pudieron protegerse porque carecían de defensas biológicas necesarias.

Durante el período colonial, inicialmente fue asignado como uno de los territorios del virreinato peruano. Luego, estuvo anexo al virreinato de Nueva Granada (formado por países como: Colombia, Venezuela, Panamá y Ecuador). Su independencia fue conquistada con la ayuda de personajes históricos como Simón Bolívar, volviéndose parte de la Gran Colombia. En 1830, se separó de esta, quedando bajo el mandato de Juan José Flores.

En el siglo XX, el Ecuador estuvo marcado por disputas políticas y dictaduras. Además de la consolidación del país como el mayor exportador de banano del mundo y miembro de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo). A pesar de su inmensa riqueza, a fines del siglo XX, el Ecuador se dolarizó. Lo que significa que ha abandonado su propia moneda local y ha adoptado el dólar estadounidense. Un cambio drástico y difícil de revertir, que priva al país de su autonomía, haciendo imposible la creación de políticas económicas como el cambio de la tasa de interés. Lo cual genera impactos drásticos en el control de la economía.

El epicentro de la crisis

En 2006 Rafael Correa gana las elecciones, el candidato de izquierda adopta importantes políticas sociales en su país, lo que garantiza la elección de su sucesor Lenin Moreno, quien se encuentra en el epicentro de la última crisis política ecuatoriana. Moreno, del grupo político de Rafael, abandona el plan del gobierno publicitado durante las elecciones y adopta una política alineada con los intereses del Fondo Monetario Internacional (FMI). Aquí es dónde empieza la crisis.

Moreno adopta una serie de políticas neoliberales (como Macri o Bolsonaro, por citar dos ejemplos) que culminaron en la reducción de los derechos sociales históricamente conquistados por el pueblo ecuatoriano. Entre ellos el subsidio a la gasolina.

¿Un nuevo Norte para las luchas sociales en Latinoamérica?

 La respuesta al programa neoliberal entreguista de Lenin Moreno vino de las calles. Los pueblos originarios tomaron las calles de Quito, la capital del país. El acto hizo que el gobierno desistiera y que la capital del país cambiara. Los pueblos indígenas de todos los rincones del Ecuador emergieron diciendo al unísono un gran «NO» a las medidas que profundizan el caos social, el hambre, la miseria y las malas condiciones de vida para los pobres.

La reciente crisis ecuatoriana demuestra la importancia de la participación popular para detener las atrocidades que cometen los gobiernos neoliberales instalados en Latinoamérica. El miedo de los más poderosos fue tan grande que se vieron obligados a negociar con los manifestantes y derogar el Decreto 883 en una comisión supervisada por la ONU y la Iglesia. El poder es del pueblo, y el pueblo puede deterner al poder tirano que, solo gobierna para velar los intereses de una élite egoísta y retrógrada .


Traducción del portugués por Erika Rodriguez