Por Instituto Tricontinental de Investigación Social

En la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, abrió la sesión con el comentario descabellado de que la Amazonía —que ha estado incendiándose por semanas— “prácticamente no se ha tocado” y que “un medio mentiroso y sensacionalista” ha estado avivando las llamas de noticias falsas.

La Amazonía, 60% de la cual está en Brasil, no es el “patrimonio de la humanidad”, dijo Bolsonaro. Es territorio brasileño, dijo, y si Brasil quiere talarla, que así sea. Se han producido protestas alrededor del mundo contra los incendios, ya que es bien sabido que el Amazonas es uno de los mayores sumideros de carbono del planeta. Si se alcanza un 25% de deforestación en el Amazonas, entonces la selva tropical habría alcanzado un punto de no retorno. En ese momento, la vegetación pierde su capacidad de regenerarse y probablemente transformaría la selva en una sabana. Estamos de nuevo en la era de la locura, al borde de la destrucción de la Amazonia, una era que exige ser valientes y audaces.

¿Qué está sucediendo en la Amazonía?

  • El 19 de agosto el cielo de São Paulo, la ciudad más poblada de Brasil, se oscureció en la mitad de la tarde. Residuos y humo de los incendios en la Amazonía nublaron la ciudad. Estos incendios fueron provocados el 10 y 11 de agosto por los ruralistas en la región de Novo Progresso y Altamira (en el estado de Pará). Estos ruralistas incluyen a grandes terratenientes, agricultores propietarios de tierras, acaparadores de tierras, comerciantes de tierras, madereros y agroindustriales, en su forma más desarrollada. Durante estos días, organizaron “días de fuego” para demostrar su apoyo al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
  • Los incendios encendieron alarmas mundialmente. Dentro de Brasil, individuos, organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos e institutos de investigación —con sus diferentes maneras— criticaron los incendios en el Amazonas y sus implicaciones. Se han producido protestas alrededor del mundo contra los incendios, ya que es bien sabido que el Amazonas es uno de los mayores sumideros de carbono del planeta. Si se alcanza un 25% de deforestación en el Amazonas, entonces la selva tropical habría alcanzado un punto de no retorno. En ese momento, la vegetación pierde su capacidad de regenerarse y probablemente transformaría la selva en una sabana.
  • La destrucción de la Amazonía podría llevar a un aumento de las temperaturas y a una mayor inestabilidad climática. Es por eso que los incendios se volvieron un asunto mundial tan rápidamente.

¿Qué explica el aumento de incendios forestales en la Amazonía en 2019?

  • El Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM, por su sigla en portugués) registró que los incendios en el Amazonas durante los primeros ocho meses de 2019 superaron por un 60% el promedio de incendios de los últimos tres años en el mismo periodo de ocho meses. El número total de incendios en estos ocho meses del año es de 32.728.
  • El IPAM señala que estos incendios fueron producidos tanto por el uso deliberado de fuego para despejar el bosque, como por el impacto que tiene la deforestación en la creación de matorrales secos que son detonantes para incendios forestales. “Las diez municipalidades amazónicas que registraron los números más altos de incendios”, escribieron los investigadores del estudio, “fueron las que tienen también los índices más altos de deforestación”.
  • Desde que Jair Bolsonaro ganó la presidencia de Brasil, los ruralistas han dejado claro que ellos definen la política gubernamental respecto a los bosques, la tierra, la explotación forestal y la agricultura. La elección de Ricardo Salles como ministro de Medioambiente de Bolsonaro envió un mensaje claro a los ruralistas. Salles tiene vínculos fuertes con los ruralistas, mucho más fuertes que cualquier vinculo con el movimiento ambientalista. Tanto Bolsonaro como Salles han dejado claro que sirven a los intereses de los ruralistas más que a las sólidas políticas y agencias medioambientales del país.
  • La dominación de los ruralistas sobre la política en Brasil y su capacidad para debilitar el marco regulatorio dentro de un corto periodo de tiempo son responsables de los incendios forestales en la Amazonía.

¿Qué está haciendo el gobierno de Bolsonaro que perjudica al medioambiente?

  1. Debilitar a las agencias regulatorias. El gobierno de Bolsonaro ha comenzado a recortar los presupuestos de las agencias medioambientales, tales como el Instituto Brasileño de Medioambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA). El gobierno redujo el 24% del presupuesto de IBAMA desde R$363,3 [US$89,9] millones a R$279,4 [US$68,2] millones.
  2. Debilitar las protecciones legales. El hijo de Bolsonaro, el senador Flávio Bolsonaro, redactó un proyecto de ley con el senador Márcio Bittar (PL 2.362/2019) que eliminaría la protección de 167 millones de hectáreas de bosque, esto es, cerca del 30% de la cubierta forestal de Brasil. El intento de destruir las barreras legales para los ruralistas permanece sano y salvo.
  3. Debilitar el Fondo Amazonía. En 2008, bajo el gobierno del ex presidente Lula Inácio da Silva —quien permanece en prisión como preso político—, se creó el Fondo Amazonía para recaudar fondos para monitorear, prevenir y combatir la deforestación, así como para apoyar proyectos de conservación de la Amazonía y de uso sustentable de sus recursos. El gobierno de Bolsonaro intentó reasignar recursos del Fondo Amazonia a los ruralistas, como compensación por la pérdida de cubierta forestal. El gobierno usó alrededor de R$1.500 millones [US$366 millones] del Fondo Amazonía para financiar las operaciones y la lucha contra incendios de IBAMA, además del uso de ese dinero para financiar a las empresas que están operando en el Amazonas. Este cambio en las prioridades del Fondo ha alarmado a los principales donantes, Noruega y Alemania. Debido a los incendios en la Amazonía este año, los donantes del fondo han suspendido sus aportes.
  4. Debilitar la protección de la tierra. El gobierno de Bolsonaro casi ha alentado a los ruralistas a usar métodos ilegales para acaparar tierras en la región del Amazonas. El nivel de violencia contra líderes de movimientos populares ha aumentado. Se está inculcando una cultura de impunidad hacia la violencia (como lo demuestra el indulto otorgado
    a agentes de la policía que participaron en masacres, como la del 17 de abril de 1997 en la que se mató a 21 miembros del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra en Eldorado dos Carjás en Pará).

¿Qué es posible en la Amazonía?

  1. Garantizar los derechos de las personas que viven en la selva tropical sobre sus propios recursos y sus vidas. Garantizar los derechos de
    los pueblos indígenas, los quilombolas (afrobrasileños que viven en comunidades rurales, inicialmente creados por quienes escaparon de la esclavitud) y el campesinado. Ellos son quienes tienen más en juego en la preservación del medioambiente.
  2. Defender la soberanía nacional y popular sobre los recursos naturales contra los intereses de las empresas multinacionales.
  3. Crear redes en Brasil y alrededor del mundo para defender al pueblo del Amazonas y del Cerrado (la sabana tropical).
  4. Fortalecer los lazos entre los pueblos de los varios países que están en la región amazónica. Estos países incluyen a Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Surinam y Venezuela.

 

Con sedes en Buenos Aires, Johannesburgo, Nueva delhi y Sau Paulo, el ITIS busca mantener el legado de la Conferencia Tricontinental de 1966 y colaborar con los movimientos sociales que se enfrentan al colonialismo y el imperialismo. Su director es Vijay Prashad.

Fuente:

https://www.thetricontinental.org/es/incendios-en-la-amazonia-brasilena/

 

El artículo original se puede leer aquí