Por José Gabriel Feres*

Con la satisfacción del trabajo realizado, cerraron el domingo recién pasado al atardecer en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile en la comuna de Ñuñoa, los dos días de Plenario del Congreso del Frente Amplio, que reunieron a mas de 300 delgados representantes de sus distintas orgánicas, políticas y sociales, a nivel comunal y de sus equipos temáticos.

Este plenario es la culminación de un proceso anunciado en el primer semestre de 2018 e iniciado hace seis meses, en abril de este año, con la conformación de 120 Unidades Congresales Comunales (UCC) y otras temáticas, a lo largo de todo el país, en las cuales, con la participación de mas de 3.500 personas se analizaron, discutieron y acordaron aspectos referidos a: «El rol del Frente Amplio en el proceso transformador de Chile»; «Prioridades programáticas»; «La comuna que queremos» y «Orgánica del Frente Amplio y vinculación con los movimientos sociales».

En los intercambios en las Unidades Congresales, durante los meses de abril a agosto de este año, se llegó a 36 temas de consenso entre todos los tratados y a otros 12 en los cuales había más de una opción, que son los que se discutieron y definieron en estos dos días de plenario.

Por otra parte, también durante el plenario, se recibieron de los miembros acreditados más de 40 propuestas de voto político referidos a los mismos temas tratados previamente, los que fueron puestos a votación durante los dos días de reunión.

Uno de los temas que generaba expectativa en el medio político y de prensa, era la postura que se tomaría sobre el tipo de relación a establecer con otras fuerzas de oposición en las próximas elecciones de concejales, alcaldes y gobernadores. A este respecto, se ratificó lo ya acordado previamente en la Mesa Nacional del conglomerado, en cuanto a que la principal tarea del Frente Amplio en este momento es su fortalecimiento, para cumplir con su propósito de constituirse como una opción al “duopolio” que ha gobernado nuestro país durante estas últimas tres décadas. Con este encuadre se acordó no suscribir pactos electorales a nivel nacional con fuerzas ajenas al proyecto frenteamplista. Pero, a su vez, “fortalecer el proyecto del Frente Amplio a nivel nacional” por supuesto no significa perder la capacidad de estudiar la posibilidad de acuerdos puntuales, en lugares donde veamos coincidencia con otros en un proyecto transformador que vaya en la misma dirección; o bien, en lugares en que conjuntamente con alguna otra fuerza de oposición se pueda detener el avance de esa derecha extrema que está intentando surgir en nuestro país, al igual que en muchos otros países del mundo.

Mas allá de este acuerdo durante el congreso, tenemos que considerar que el surgimiento del Frente Amplio en nuestro país durante el año 2017, ha sido catalizador de un proceso de desarticulación de los bloques políticos llamados de “centro izquierda” y estamos presenciando un reordenamiento de estas fuerzas. Si bien muchas ellas son responsables de la mantención y, en muchos casos, de la profundización del modelo neoliberal en nuestro país, una tarea a realizar es rescatar en esos partidos, después de una adecuada autocrítica por parte de ellos, aquellos principios que les permitan retomar una dirección transformadora.

Por otra parte, volviendo al Congreso del FA, es destacable el clima fraterno con el cual se desarrolló todo el proceso y, particularmente, los dos días de intenso trabajo en que se realizo el plenario. Si bien hay coincidencia en la valoración del avance que significa este Congreso en la construcción de esta opción, también hay conciencia de la gran tarea que se tiene por delante.

Un ejercicio verdaderamente inédito en el escenario político actual, una experiencia de «democracia real» que no está presente en la acción de los partidos, ni de los conglomerados políticos en el Chile de hoy y que replica lo ya efectuado para la campaña presidencial última con «el programa de tod@s».

No queremos pecar de un optimismo excesivo, pero lo vivido durante todo este proceso, participativo y diverso, en el cual convergen sustratos ideológicos, historias, miradas, generaciones, mujeres y hombres, comprometidos todos con el cambio, alimenta la esperanza de que pueda haber condiciones para construir una opción de desarrollo y estilo de vida que reemplace los valores instalados por el capitalismo -y en particular por el neoliberalismo- del individualismo y la competencia, por otro cuyos bases sean la fraternidad, la colaboración y el bien común.

Apostamos a que somos cada vez mas -y no soló los organizados política y socialmente, sino que fundamentalmente grandes capas de la población- en los que crece la convicción, de que: “el progreso de unos pocos termina en progreso de nadie» y que «sólo habrá progreso, si es de todos y para todos”.

*Vice-presidente Partido Humanista