Activistas de derechos humanos lograron generar un tsunami en términos de movilización social. Luther King Jr. y Nelson Mandela tienen mucho que contribuir en los debates de como enfrentar el racismo estructural que abruma a la sociedad brasileña. Al revisar sus trayectorias, nos podemos equiparar con estrategias de activismo no violento. En este artículo vamos a examinar estas dos trayectorias, de Martin Luther King Jr. y Nelson Mandela, y así, exponer qué nos pueden enseñar estos dos íconos de la no violencia.

Un joven de apenas 17 años fue torturado por guardias de un supermercado en São Paulo. Azotado, humillado y filmado, el joven había sido detenido por los guardias después de hurtar un chocolate. Las imágenes de la intensa violación de derechos humanos se apoderaron del país, y abrieron el debate sobre el racismo estructural que aún persiste en Brasil. La tortura grabada demuestra cuán retorcida es la situación brasileña actual. Un guardia de un supermercado agrede, y todavía, genera pruebas de esta agresión con las imágenes de una filmación.

Según el periódico “O Brasil de Fato”, el episodio no estuvo aislado, existen relatos de otras prácticas abusivas hechas por los guardias del lugar. El acto de barbarie fue condenado por diversos sectores de la sociedad civil brasileña, incluyendo a figuras de gran renombre como la pensadora feminista Djamila Ribeiro. En una entrevista para “The Guardian”, la filósofa afirmó que «este episodio prueba como el racismo en Brasil está institucionalizado» y «como la violencia afecta de forma severa esta fracción de la población».

Fomentar la veganza puede no ser la mejor solución

Nelson Mandela estuvo más de 20 años preso en Sudáfrica. Una gran parte de este tiempo permaneció en una pequeña celda en la isla Robben aislado del mundo, sus amigos y familiares. ¿Cuál fue su crimen? Luchar por el fin de la segregación racial institucionalizada que existía en el país sudafricano. Allí existía espacios para negros y blancos. La ley de servidumbre establecía los espacios en los que los negros podían transitar y a los que no tenían acceso, esto era una nefasta violación sistemática de los derechos civiles.

Mandela logró salir de prisión, y se convirtió en el presidente de uno de los países más ricos de África. Con los poderes presidenciales pudo haber perseguido ferozmente a los blancos, capturarlos, hacerlos sufrir, y quitarles todo lo que tenían. En lugar de eso, Mandela tomó una política de reconciliación. Garantizando que gobernaría a todos los sectores, con esto aseguró la estabilidad política del país, y disminuyo las tensiones en la población. Si esto no se hubiese hecho, era posible que una guerra civil ocurriera con consecuencias inimaginables en materia de pérdidas humanas.

Es posible hacer una revolución sin el uso de armas

Para una gran parte de la izquierda, la frase de arriba es un delirio. «Un sueño de una noche de verano» (parafraseando a Shakespeare). Aún así, es posible realizar cambios profundos sin recurrir a la violencia física. El proceso de descolonización de India, liderado por Mahatma Gandhi es uno de los ejemplos. El otro ejemplo es la lucha del pastor protestante Martin Luther King en Estados Unidos, autor de la famosa frase «Tengo un sueño»

A pesar de que oficialmente no existía esclavitud en Estados Unidos de esa época, en el período posguerra de la Segunda Guerra Mundial, existía segregación racial del tipo en el que se determinaban los espacios para blancos y negros, en los estados sureños. Los negros permanecían atrás . Por ejemplo, habían asientos destinados para blancos y negros en el autobús. Rosa Parks se hizo conocida por rehusarse a ceder su lugar a un blanco, junto a Luther King organizó un boicot en los autobuses. Una acción poderosa que resultó en una decisión de la Suprema Corte Americana para prohibir la segregación racial en los autobuses.

Luther King organizó boicoteos y marchas de proporciones faraónicas, con su poderoso discurso que involucraba y unía a las personas diferentes, incluyendo a blancos que no convivían bajo el sistema de exclusión.

Los ejemplos citados demostraron como es posible hacer frente a los episodios perversos como el de la tortura. Algo que es inaceptable y deplorable. Además de la investigación policial que se implementó para esclarecer el caso, es importante destacar que el estado brasileño debe desarrollar políticas públicas destinadas a la mejoría de las condiciones de vida de la población negra y garantizar sus derechos constitucionales como el de la igualdad.

 


Traducción del portugués por Erika Rodriguez