Por Patricio Ascuí

A lo mejor usted es uno de los afortunados en conseguir un cupo de atención en el Consultorio de la Reina, en Santiago de Chile. Deberá llamar a las 6:40 am a un servicio robotizado de llamadas para solicitar una hora de atención para ese día. ¡A las 6:41 ya no hay más cupos! ¡Extraordinario! En 1 minuto se tomaron todas las horas para todos los médicos para ese día. Entonces, usted se aguanta en la dolencia o consulta requerida y trata de llamar puntualmente a la 6:40am el día siguiente, pero el servicio robotizado dice que no atiende aún, entonces usted espera hasta la 6:41 am y ya no hay cupos! ¿Cómo tal proeza extraordinaria puede suceder? Pueden pasar varios días hasta que acceda a un cupo por el servicio de Call Center y siempre que pida una explicación le dirán lo mismo…¡pero si hay cupos! ¡Nadie ha alegado nada! Y exclamarán ¡qué raro! y harán una mueca de puchero, y ahí todo quedó en nada.

Antes de las 7 am, el consultorio comienza llenarse, hay pocas sillas y hace un frío congelante. Llega una madre con su hijo parapléjico en una silla de ruedas, un adulto mayor acompañado de su esposa que lo calma con sus problemas cognitivos. Ya se acabaron las sillas y hay que estar parado hasta las 8 am donde empiezan a llamar por número para inscribirse para una atención ese día. Le dicen que tal doctor ya no tiene horas, el otro tampoco, ahh… mire aquí hay una hora para las 4 pm… ¿quiere tomarla? Y ahora esa persona de tercera edad tendrá que conjugar todas sus obligaciones y deberes para ver si puede volver al consultorio a las 4 pm. Será otro taxi más ya que su artrosis no le permite caminar rápido o subirse a una micro. Otros pacientes anotan su nombre y pasan a la sala de espera interna. El frío allí es igual de intenso.

Luego de las horas de espera, llaman a su número y le dicen que vaya a la puerta asignada. Allí un joven médico, nuevamente le hace las mismas preguntas que le hiciera un médico anterior. Escribe en un computador algunas de las respuestas y le da nuevos medicamentos. Hay un médico aprendiz que solo aporta en restar tiempo en el paciente, porque el médico titular tiene que enseñarle como entrar los datos al computador, etc. La atención duró entre 10 y 15 minutos. Más de la mitad del tiempo estuvieron en el computador con el asistente. Esta ya es la tercera consulta por un dolor de articulaciones en las manos y espalda. El primer médico dijo que era gota. Dio remedios y exámenes para realizar. La segunda médico dijo que era artrosis, otros remedios y otros exámenes. El tercero, no recomendó los remedios asignados y derivó a kinesiología y alguna pomada para la piel. Como diría Condorito… ¡Plop!

Entonces vamos sumando estas preguntas:

¿Por qué hay que llamar a las 6:40 am? ¿Es para que la gente se esfuerce y no sea floja?
¿Por qué no hay sistema de fijar consultas por internet, en cualquier momento hora y día en que el paciente pueda hacerlo cómodamente?
¿Por qué no se puede continuar con un solo médico tratante que al paciente le genere confianza?
¿Por qué no hay evaluación por parte del paciente de la atención médica? ¿Del médico, recepción, etc. en forma anónima?

Lo más curioso es que la Municipalidad ha comprado autos y jeeps último modelo para seguridad, pero en el consultorio faltan tubos fluorescentes en el recinto y siempre está oscuro y frío. La Municipalidad gasta en traer a Lucho Jara a cantar, pero no hay buenas dependencias para los pacientes.

Por otra parte, el Hospital Militar…pagado y subvencionado por todos los chilenos, actúa como hospital particular privado en donde en sus amplias dependencias se pueden apreciar ceremonias militares que no corresponden a temas hospitalarios, sino más bien aprovechan sus dependencias para temas de celebraciones y promociones castrenses. Sus dependencias hospitalarias de primera categoría están vacías, camas vacías, pabellones vacíos, etc., porque no tienen suficientes pacientes.

En La Reina, no hay buena atención para pacientes pobres. Punto.

Un paciente