Cualquier montaña de gran elevación que esté más cerca de la latitud 0° (ecuador) tendrá una distancia al centro del planeta mayor que las cumbres que están más alejadas, dice el investigador Jean-Mathieu Nocquet.

El famoso Everest, ubicado en la cordillera del Himalaya, en la frontera entre China y Nepal, ostenta el título de ser la montaña más alta del mundo, con sus 8.848 metros sobre el nivel del mar (msnm).

En efecto, es el monte con más altura del mundo «respecto al nivel del mar», dice, en entrevista con RT, Jean-Mathieu Nocquet, investigador del Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD, por sus siglas en francés).

Pero, su situación cambia, si se habla de la distancia desde el centro de la tierra; ahí, el récord lo tiene el volcán Chimborazo, ubicado en la provincia homónima, en la región Sierra de Ecuador.

El Chimborazo, con 6.263,47 msnm —2.585 metros menos que la montaña chino-nepalí—, se encuentra a 6.384,4 kilómetros de distancia del centro terrestre y, entonces, es el punto más alejado del núcleo del planeta.

En contraste, el Everest tiene dos kilómetros menos que el Chimborazo, respecto a la distancia que lo separa del centro del planeta.

¿Cuál es la explicación?

La confirmación de la distancia del Chimborazo al centro de la tierra la hizo una expedición franco-ecuatoriana en febrero de 2016, con la ayuda de un GPS (Sistema Global de Posicionamiento, por sus siglas en inglés).

La expedición se realizó con motivo de la celebración de los 280 años de la primera misión geodésica francesa en Ecuador, entonces la Real Audiencia de Quito, que estuvo encabezada por Charles-Marie de La Condamine; una de las dos expediciones que autorizó Francia, la otra fue enviada al Polo Norte.

Esas misiones comprobaron la Ley de gravitación universal de Isaac Newton, que decía que la tierra no es una esfera perfecta, sino que tiene una forma elipsoidal y, por lo tanto, es achatada en los polos. «Es decir, que la distancia del centro de la tierra al polo norte es menor que la distancia del centro al ecuador», explica Nocquet.

En concreto, el radio del centro de la tierra a los polos es 21 kilómetros menos que la distancia del núcleo del planeta a la línea ecuatorial.

Dicho de otra manera, el diámetro de la tierra es mayor en el centro del planeta y va disminuyendo conforme se aleja.

Chimborazo y Huascarán

Nocquet precisa que el Chimborazo o cualquier montaña de gran elevación que esté más cerca de la latitud 0° (ecuador) tendrá una distancia al centro del planeta mayor que las cumbres que están más alejadas, como el caso del Everest, que se encuentra a más de 27 grados latitud norte.

Aunque la expedición de 2016 conocía los resultados de las investigaciones hechas a partir de 1736, querían conocer el radio máximo de la tierra o la distancia más alejada del núcleo del planeta, y lo comprobaron ese año con el Chimborazo.

Las llamas pastan bajo el volcán Chimborazo de Ecuador, 18 de julio de 2014. / Guillermo Granja / www.globallookpress.com

Además del Chimborazo, al Everest lo aventaja otra montaña, el segundo punto más alejado del centro del planeta, que es el Huascarán, en Perú, con 40 metros por debajo del coloso ecuatoriano.

Potencialmente activo

El Chimborazo es un volcán que está «potencialmente activo», término para referirse a los volcanes que entraron en erupción hace menos de 10.000 años.

Su última gran erupción data de, aproximadamente, 1.200 años antes del presente, informa, en entrevista con RT, Patricia Mothes, del área de Vulcanología del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IGEPN), ente encargado de monitorear los 31 volcanes potencialmente activos, activos y en erupción de los 84 colosos continentales que tiene Ecuador, más los que se encuentran en las Islas Galápagos.

«Es posible que se hayan registrado otras erupciones, también, pero chiquitas», añade la investigadora. Al respecto, el IGEPN señala que la más reciente pudo haber tenido lugar entre el inicio del siglo V y finales del siglo VII.

Volcán Chimborazo, provincia de Chimborazo, Ecuador. / Karol Kozlowski

En cuanto a estructura, el Chimborazo se trata de un complejo volcánico con tres picos o «tres edificios sucesivos». Su área abarca un diámetro de 20 kilómetros.

Las consecuencias del calentamiento global

En la actualidad —dice Mothes— «su glacial está sufriendo por el calentamiento del entorno natural y empieza a tener grietas, que pueden convertirse en una vía para que comience a derretirse el agua y esta empiece a formar bolsones (acumulación)».

La investigadora comenta que en 2015 y 2016 hubo «aluviones muy importantes, que afectaron a varias poblaciones, vías del tren y el paso del poliducto (de Petroecuador)», que atraviesa la zona.

«Todo fue en temporadas de sol muy fuertes, aparentemente hubo derretimiento del glacial; charcos de agua temporales que se habían formado se rompieron y bajaron violentamente, acarreando muchos escombros con ellos y afectaron a zonas pobladas», precisó. Entre los lugares afectados estuvieron las comunidades de Santa Rosa, San Rafael y Santa Lucía de Chuquipogyo de la parroquia San Andrés, del cantón Guano, en la provincia de Chimborazo.

Volcán Chimborazo, provincia de Chimborazo, Ecuador. / Karol Kozlowski / www.globallookpress.com

En el volcán, el IGEPN mantiene instaladas estaciones sísmicas, dice la experta, para tener una vigilancia permanente.

«Mi delirio sobre el Chimborazo»

Este volcán también es conocido porque sirvió de inspiración para que el Libertador Simón Bolívar escribiera, hace casi 197 años, su única obra con un fin esencialmente poético: «Mi delirio sobre el Chimborazo».

Bolívar narra su onírica llegada a la zona del volcán, al que denominó el «dominador de los Andes», siguiendo los pasos de la expedición liderada por La Condamine; aunque también seguía el camino del geólogo alemán Alexander von Humboldt.

Pintura inspirada en el poema «Mi delirio sobre el Chimborazo» de Bolívar, realizada por Tito Salas. / sociedadbolivarianadelecuador.org.ec

«Yo venía envuelto en el manto de Iris, desde donde paga su tributo el caudaloso Orinoco al Dios de las aguas. Había visitado las encantadas fuentes amazónicas, y quise subir al atalaya del universo. Busqué las huellas de La Condamine y de Humboldt; seguilas audaz, nada me detuvo; llegué a la región glacial, el éter sofocaba mi aliento. Ninguna planta humana había hollado la corona diamantina que pusieron las manos de la Eternidad sobre las sienes excelsas del dominador de los Andes«, reza parte del texto.

Más adelante, escribe Bolívar: «Y arrebatado por la violencia de un espíritu desconocido para mí, que me parecía divino, dejé atrás las huellas de Humboldt, empañando los cristales eternos que circuyen el Chimborazo. Llego como impulsado por el genio que me animaba, y desfallezco al tocar con mi cabeza la copa del firmamento: tenía a mis pies los umbrales del abismo».

Edgar Romero G.

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