Tras la triste demolición de viviendas en la comunidad palestina de Sur Bahir por parte de las autoridades israelíes, tres altos funcionarios de las Naciones Unidas emitieron el lunes una declaración en la que subrayaban que la medida era «incompatible» con las «obligaciones contraídas por Israel en virtud del derecho internacional humanitario».

La Corte Suprema de Israel ha dictaminado que las casas fueron construidas demasiado cerca de la barrera de separación situada en Cisjordania, violando así una prohibición de construcción.

“Entre otras cosas, la destrucción de la propiedad privada en el territorio ocupado solo es permisible cuando se hace absolutamente necesaria para las operaciones militares, lo cual no es aplicable”, dijo Jamie McGoldrick, Coordinador Humanitario de la ONU, Gwyn Lewis, Directora de Operaciones de la Ribera Occidental para el Socorro de la ONU y la Agencia de Obras para los Refugiados de Palestina (UNRWA) y James Heenan, jefe de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en el área.

«Además», continuó la declaración, «da lugar a que se produzcan desalojos forzosos y contribuye al riesgo de que muchos palestinos en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, se vean obligados a realizar desplazamientos forzosos».

La declaración decía que las fuerzas israelíes entraron en la comunidad el lunes por la mañana temprano, cuando aún estaba oscuro.  La operación a gran escala obligó a las familias a abandonar sus hogares y demolió varios edificios residenciales en el lado este de la barrera de Jerusalén.

«Entre los que han sufrido desplazamientos forzosos o cualquier otro tipo de afectación se encuentran los refugiados palestinos, algunos de los cuales se enfrentan hoy a la realidad de un segundo desplazamiento en la historia», señalaron los funcionarios de las Naciones Unidas.

Afirmaron que, si bien los asociados humanitarios están en condiciones de dar una respuesta de emergencia a las personas desplazadas o afectadas por la destrucción de sus propiedades privadas, «ninguna cantidad de asistencia humanitaria puede sustituir a una vivienda ni cubrir las enormes pérdidas financieras que sufren hoy los propietarios».

Varias de las personas afectadas afirman haber invertido los ahorros de toda su vida en las propiedades, después de haber obtenido de la Autoridad Palestina los permisos de construcción necesarios.

«Lo que ha ocurrido hoy en Sur Bahir es aún más importante, ya que muchos otros hogares y estructuras se arriesgan ahora a correr la misma suerte», dijeron los altos funcionarios de las Naciones Unidas.

Contra el derecho internacional

En 2004, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) rechazó la construcción de la barrera israelí y determinó que las zonas que se encuentran dentro de Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental -también las casas de Sur Bahir- «no pueden justificarse por exigencias militares y, por lo tanto, violan las obligaciones de Israel en virtud del derecho internacional», dice la declaración.

Además, en una resolución del 20 de julio de 2004, la Asamblea General de las Naciones Unidas exigió que Israel cumpliera con sus obligaciones legales, tal como se establece en el dictamen de la Corte Internacional de Justicia.

«Si se hubieran tomado medidas concretas para garantizar el respeto de estos principios y del derecho internacional humanitario y las normas internacionales de derechos humanos en general, el pueblo del Sur de Bahir no estaría sufriendo el trauma que sufre hoy en día, y no se estarían violando sus derechos», concluye la declaración.


Traducción del inglés por Soledad Imbago