Los días 13 y 14 de junio pasados se llevó a cabo en las instalaciones del Centro Internacional de Estudios Superiores de la Comunicación para América Latina (CIESPAL) el II Seminario Internacional “Impacto de las Mujeres en la Ciencia», organizado conjuntamente por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), la Red Ecuatoriana de Mujeres en la Ciencia (REMCI), la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología e Innovación (SENESCYT), la Escuela Politécnica Nacional y el Programa de Colaboración para la Investigación orientada a la aplicación sobre la Diversidad y Cambio Climático.

La primera edición de este evento tuvo lugar en el año 2018 y permitió abrir un intenso debate sobre el tema, no solo en Ecuador sino también en Iberoamérica, además de poder recopilar resúmenes de más de noventa investigadoras. En 2019 se recibieron 500 inscripciones, un número que según Sara Jaramillo, directora de OEI, es una señal del impacto positivo que provocan este tipo de espacios y alianzas.

El Seminario contó con la presencia de panelistas desde México, Argentina, República Dominicana España, Chile óVenezuela y Ecuador. Gisella Dávila Cobo, Directora General de CIESPAL, resaltó la importancia de abrir espacios y crear alianzas que permitan a las mujeres ser escuchadas y exponer los avances que logran en cada campo social y profesional y enfatizó la importancia de la comunicación en este camino.

Claudia Segovia, representante de la Red de Mujeres Científicas, señaló los retos que las mujeres deben superar a diario y la importancia de generar espacios que ayuden conocer los aportes que las mujeres han dado a los diferentes campos de la ciencia y tecnología, también se puede analizar cómo están las condiciones de trabajo de las mujeres en este campo, qué áreas se deben trabajar más para garantizar la inclusión de más mujeres y analizar los datos de producción y académica de las mujeres.

Por eso es importante la educación e influencia que las mujeres pueden ejercer, para hacer efectivos esos cambios, refuerza la Dra. Florinela Muñoz, quien es la primera mujer rectora de la Escuela Politécnica Nacional. Desde sus funciones ha comprobado que el ejemplo de empoderamiento de unas mujeres motiva a otras mujeres, sobre todo de edades tempranas a aspirar a mejores condiciones de educación y a involucrarse en el campo de la ciencia y tecnología, que se ha considerado por años como exclusiva de los hombres. Es así como se lograrán las grandes transformaciones sociales.

Magaly Ramos, Sub- Secretaria de Fortalecimiento del Conocimiento y representante del SENESCYT, considera necesario repensar la estructura del sistema actual, donde el 50% de las matrículas universitarias corresponde a mujeres, pero conforme avanza el escalafón docente, esta cifra se reduce; en las carreras tecnológicas o ingenierías solo el 25% de profesionales son mujeres y en cuanto a investigadores acreditados, las mujeres representan el 26%.

Esta información muestra que la paridad de género debe ser prioridad en la política pública y hay que empezar con cambios en la estructura de la educación inicial y media, con el fin de que a futuro los espacios abiertos cuenten con más mujeres involucradas en la investigación y avances científicos, además de dirigir los centros de docencia superior dedicados a la ciencia; es necesario terminar con las brechas de género y generacionale, enfatizó Ramos.