Recientemente el gobierno chileno presentó un proyecto de reforma laboral que permitiría a los trabajadores disponer de más tiempo de descanso y para estar en familia, sobre la base de una flexibilización en sus horarios de trabajo.

A primera hora de hoy me han remitido una carta firmada por cuatro personeros vinculados a la centroizquierda y que el gobierno saca a relucir como apoyo a su iniciativa. Se hace mención a que el proyecto abre opciones que hoy no existen para organizar la jornada laboral; se posibilita mayor flexibilidad, lo que permitiría incrementar la productividad.

No obstante, desde la oposición no pocos sectores se apresuraron a rechazar la iniciativa invitando a leer el proyecto completo, sobre todo la letra chica. Estamos ante un gobierno experto en esta materia, razón por lo cual lo más probable es que sus oponentes arisquen la nariz pensando que un proyecto presentado por la derecha difícilmente tenga como propósito favorecer a los trabajadores.

Uno de los problemas centrales de la actualidad es la desconfianza. Se desconfía de todos, no solo de la derecha, también de la izquierda. Pero siendo este gobierno de una derecha proempresarial, conformado esencialmente por esa casta de ilustres apellidos que se repiten una y otra vez, resulta casi inevitable pensar que la intención sea legislar a favor del empresariado.

Mientras la relación trabajo-capital siga siendo tan desigual y la negociación dominante sea entre la empresa y cada uno de los trabajadores individuales, difícilmente la negociación difiera de una imposición: lo acepta o se le despide. Así de simple. Otro gallo cantaría si hubiese mayor equilibrio entre el factor trabajo y el capital.

De hecho, los firmantes de la carta que respalda al proyecto se cuidan afirmando que deben adoptarse los debidos resguardos respecto de la distribución de los beneficios para que no signifique una precarización del trabajo. Dada la desigualdad de fuerzas de quienes se sientan a conversar, veo difícil que ello no ocurra.

Ahí reside el meollo del asunto.