Autores: Ángelo Isaac Ledesma Araujo, Brayan Torres Paniagua, Diego Zegarra Medina, Eduardo Requena Romero, Manuel Rua Alvarez y Oscar Cerna Loli (*).

 

Desde épocas prehispánicas el Perú ha sido territorio de múltiples culturas; además, la población cuenta con rastros europeos, africanos y asiáticos debido a su historia reciente.

Todos los peruanos tenemos eso en común: orígenes y costumbres diferentes. Entonces, ¿por qué existe discriminación étnica en un país que tiene como característica más relevante ser el hogar de varias culturas? ¿A qué obedece la discriminación de cierto grupo de personas sobre otras?

Según el antropólogo Manuel Raez Retamozo, docente del departamento de Ciencias Sociales, sección de Antropología  de la Pontificia Universidad Católica del Perú, al hablar de la discriminación étnica nos referimos a la violencia verbal y sentimiento de superioridad intelectual respecto de los demás. Raez menciona que además está    relacionada a la raza, el género, la economía, e incluso, a la edad de una persona; porque todas estas cuestiones son rasgos característicos de una cultura.

Nuestra sociedad pone en jerarquía rasgos estéticos y sociales, lo que ocasiona una valoración y trato desigual entre las personas. Al describir la discriminación étnica de esta manera, se evidencia que no es un problema moderno, sino que ha existido desde la época colonial, donde coexistían clases estratificadas. Incluso en el Perú prehispánico se evidenciaba este problema, en la sumisión de culturas diferentes a la Inca; por ejemplo, las personas que pertenecían a la nobleza inca estaban en una mayor jerarquía que los de la nobleza Chimú. Es decir, juzgar a una persona por su origen y costumbres era una práctica naturalizada. Las personas eran clasificadas por su origen y recibían un trato distinto debido a ello.

Actualmente, la iglesia, la escuela y el Estado proclaman la igualdad de razas y se reconoce la discriminación como políticamente incorrecta. Sin embargo, aún existe una formación discriminatoria encubierta. Se enseña que se debe preferir personas con ciertos rasgos y costumbres para relacionarse en los diferentes roles (amical, romántico, etc.); que hay personas inferiores a uno; y, por extensión, también habrá personas que son superiores.

En la sociedad peruana, debido a la influencia de los medios de comunicación que nos imponen preferencias por los estereotipos occidentales (tipo físico de persona joven, con rasgos caucásicos, de piel blanca, alta, ojos azules), la discriminación étnica se ha normalizado.

Afortunadamente, los medios de comunicación también y la internet muestran e informan sobre los distintos modos de vida de los diferentes grupos humanos, lo que permite conocer y valorarlos más allá de las aparentes diferencias.

A continuación, se listan las medidas que el antropólogo Raez menciona que deben ser tomadas en cuenta para ir superando este tipo de discriminación:

  • La creación de una instancia estatal que regule los mensajes de los medios de comunicación con respecto a la práctica de la discriminación.
  • Al igual que en otros países, incluir en todos los documentos del Estado peruano una cláusula que recuerde que está prohibido discriminar y el derecho a no ser discriminado.
  • Generar espacios tanto en universidades como en colegios, desde el nivel Inicial, donde se discutan abiertamente temas de igualdad social y donde se pueda denunciar con seguridad actos discriminatorios.
  • Identificar el tipo de discriminación que hay en los colegios y centros laborales. Esto con el objetivo de poder discutirlo al menos una vez al mes o dos con los padres de familia y trabajadores para poder orientarlos de la mejor manera.
  • La creación de una ley que exija que los trabajadores de una empresa, al menos una hora a la semana, tomen talleres donde se discuta el problema de la discriminación.
  • Generar espacios en los medios de comunicación donde se pueda identificar la discriminación, promoviendo la participación de personas para hallar modos de enfrentarla.

Finalmente, hay que recordar que la discriminación ha estado presente en los años de formación de las personas, por lo tanto, se ha naturalizado y, aunque se sabe que es políticamente incorrecto discriminar, en cada uno persisten aún los rasgos de una formación discriminatoria por más que se desee encubrir.

Invitamos a los lectores de este artículo a reflexionar sobre la discriminación de la que pudieran ser objetos y de la que pudieran ejercer; con el fin de promover el cambio de mirada, actitudes y acciones dentro de su hogar, centro de estudios, de trabajo y donde les sea posible.

 

(*) Este artículo fue realizado por estudiantes del curso de Ética profesional de la Facultad de Ciencia e Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica del Perú, en el semestre de Verano de 2019. En el curso se solicitó analizar un problema ético social poniendo al ser humano como valor central y realizar acciones que enfrenten el problema.