En la noche de ayer la comisión electoral nigeriana anunció que Muhammadu Buhari volvió a ser elegido como presidente del país y enlazará un segundo mandato de cuatro años con el 56 % de los votos.

El país más poblado de África con casi 200 millones de habitantes, tuvo una elección dividida, pero con una preferencia muy clara por Buhari en el norte del país, de donde es originario.

Importante también es el resultado obtenido en la ciudad más poblada del país, Lagos, con casi 14 millones de habitantes, donde la publicidad para la reelección del presidente contó con el apoyo de un hombre de negocios, Bola Tinubu.

El sur y el sudeste han sido los territorios más hostiles a la administración de Buhari, que deberá continuar su lucha contra los terroristas de Boko Haram y resolver una problemática esencial, la de los campesinos y los dueños de la tierra.

El discurso del ganador de las elecciones se basó en una férrea lucha contra la corrupción y aseguró que esta no será solo contra los rivales políticos; además de prometer la dinamización y diversificación de la economía nigeriana, que se apoyará en la explotación agrícola y petrolera.

15 millones de puestos de trabajo fueron prometidos y la rehabilitación de 10 mil escuelas en todo el país para que puedan enseñarse ciencias, tecnologías, artes plásticas y matemáticas.

Los 76 años de Buhari generan suspicacias en algunos analistas, pero todos admiten que su fama de “inflexible” y de “incorruptible” no han perdido vigencia y sigue siendo la Fortaleza electoral del exgeneral del ejército.

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