La ciudad de Mogadiscio actualmente alberga a más de 600,000 desplazados internos, un tercio de la cifra total en la nación del este de África. Esta fotografía fechada muestra uno de los muchos campamentos de refugiados que se encuentran en las afueras de la capital de Somalia. Aquí se acogió a casi 400.000 refugiados de la hambruna que huyeron a Mogadiscio en busca de ayuda en el apogeo de la hambruna del año 2011.  Un año después seguían viviendo en campos para refugiados y ocho años más tarde, aún hay quienes permanecen ahí.

Por Tharanga Yakupitiyage

Naciones Unidas, febrero 14 del 2019 (IPS) – Si bien los impactos del desplazamiento en el bienestar son bastante conocidos, un grupo ha señalado los costos económicos igual de pesados para las personas desplazadas y para las comunidades de acogida.

En un nuevo informe, el Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos (IDMC, por sus siglas en inglés) examina los costos financieros de los desplazamientos internos en las principales crisis de todo el mundo, creando conciencia sobre la importancia de prevenir futuros desplazamientos y responder a tales situaciones de manera diferente.

«Hace tiempo que comprendimos el impacto devastador que puede tener el desplazamiento interno en la seguridad y el bienestar de las personas afectadas por conflictos, violencia, desastres y proyectos de desarrollo», dijo la Directora de IDMC, Alexandra Bilak.

«Pero el desplazamiento interno también impone una pesada carga a la economía, al limitar la capacidad de trabajo de las personas y generar necesidades específicas que deben ser pagadas por los afectados, sus anfitriones, los gobiernos o los proveedores de ayuda», agregó.

Al observar los costos económicos de las consecuencias del desplazamiento interno en necesidades y servicios clave como salud, vivienda e ingresos en ocho países, IDMC encontró que el costo promedio por persona desplazada era de 310 dólares.

Con 40 millones de desplazados en todo el mundo, el impacto financiero global del desplazamiento alcanza los 13 mil millones de dólares anuales.

El informe también señala que los impactos del desplazamiento interno son mucho mayores en los países de bajos ingresos, en parte debido a la falta de capacidad para minimizar los impactos de las crisis.

La República Centroafricana (RCA) es uno de esos países de bajos ingresos, con más o menos el 70%  del país viviendo en la pobreza.

La RCA ha vivido décadas de inestabilidad y violencia, y su conflicto más reciente ha resultado en una crisis humanitaria grave y continua, y en el desplazamiento de más de 1 millón de personas, más de la mitad de las cuales se han mantenido dentro de las fronteras del país.

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), uno de cada cuatro niños es desplazado o refugiado.

IDMC calculó que los impactos económicos del desplazamiento interno en este país centroafricano entre 2013 y 2017 llegan a los 950 millones de dólares. Esto representa 230 millones de dólares anuales, equivalente al 11 por ciento del producto interno bruto (PIB) anterior a la crisis del país.

Casi el 40 por ciento del costo total proviene de los impactos del desplazamiento en la nutrición y la seguridad alimentaria.

Aproximadamente dos millones de personas padecen inseguridad alimentaria grave en el país, mientras que UNICEF proyecta que más de 43,000 niños menores de cinco años enfrentarán desnutrición aguda severa que, si no se trata, es fatal.

Combinado con los costos adicionales asociados con la provisión de atención médica a los desplazados internos en situaciones de emergencia, la salud representa la mitad del impacto económico de la crisis de desplazamiento de la República Centroafricana.

En Somalia, solo la sequía le costó al país 500 millones de dólares anuales entre 2017 y 2018, lo que representa casi el cinco por ciento del PIB del país antes de la crisis. La sequía en todo el país provocó 892,000 nuevos desplazamientos en el país en 2017.

Como la sequía dejó a las comunidades rurales sin poder cultivar y vivir de sus tierras, el mayor impacto económico está asociado a la provisión de asistencia alimentaria a los desplazados internos.

El IDMC también encontró un gran impacto en la vivienda y la infraestructura, ya que la sequía llevó a muchos somalíes a las zonas urbanas y periurbanas en busca de nuevas fuentes de ingresos. Sin embargo, esto forzó aún más la capacidad ya limitada de los municipios para proporcionar servicios básicos como agua y saneamiento.

La ciudad de Mogadiscio ahora alberga a más de 600,000 desplazados internos, un tercio de la cifra total de desplazados internos en la nación del este de África.

«Esta nueva investigación muestra claramente el riesgo que representa el desplazamiento interno, no solo para los derechos humanos y la seguridad, sino también para el desarrollo nacional», dijo Bilak.

El informe señala que al identificar las áreas en las cuales el desplazamiento interno tiene el costo más alto, se puede ayudar a los gobiernos y a los proveedores de asistencia a orientar sus intervenciones.

Sin embargo, se necesitan más y mejores datos.

«Se necesitan más datos y análisis para identificar con mayor precisión dónde están las pérdidas financieras más grandes y ayudar a los gobiernos y proveedores de ayuda a prevenir futuros desplazamientos, así como a responder de manera más eficiente a las crisis existentes», concluyó Bilak.


Traducción del inglés de: Antonella Ayala

El artículo original se puede leer aquí