Somos un grupo de sobrevivientes de abuso de poder, conciencia y/o sexual en ámbitos de la Compañía de Jesús y nos reúne el haber sido víctimas o testigos de diversos abusos cometidos por parte de sacerdotes o profesores de la congregación.

Desde hace más de un año hemos estado dando seguimiento a las nuevas denuncias de abuso sexual, de poder y conciencia que han ido surgiendo y a las entrevistas y comunicados que ha publicado la Compañía de Jesús, en respuesta a estas denuncias.

Una de nuestras principales constataciones es que la Compañía solo ha reaccionado cuando las denuncias ya han sido de conocimiento público, pudiendo y debiendo haber actuado con mucha mayor firmeza cuando se presentaron las primeras señales o testimonios. En todos los casos denunciados la Compañía hizo caso omiso a estas señales o testimonios durante años o incluso décadas, lo que consideramos un acto grave de encubrimiento que generó nuevos abusos que podrían haberse evitado.

También hemos podido ver a través de diversos comunicados su “compromiso con los menores de edad”, dejando en silencio el abuso por parte de miembros de su congregación a hombres y mujeres mayores de edad donde se estableció una relación de poder totalmente asimétrica, quienes en muchos casos han sido dejados de lado por la Congregación, llevándolos a una revictimización por su actitud indolente.

Consideramos que la Compañía de Jesús, tal como otras congregaciones, ha tenido una directa responsabilidad institucional en estos casos, que es incluso más grave que los delitos individuales de algunos de sus miembros.

Frente a esto consideramos urgente que la congregación publique los nombres de todos sacerdotes y profesores acusados de abusos, el tipo de abusos cometidos y el estado actual del proceso de investigación o condena aplicada.

Además exigimos que se abra una investigación complementaria e independiente para determinar la responsabilidad de la Compañía respecto a negligencia culposa, acciones de encubrimiento y ocultamiento de información.

La Compañía tiene hoy el deber y la gran oportunidad de apuntar a la total transparencia, corregir el rumbo, reconocer sus errores, pedir perdón como institución, cerrar bien los procesos en curso y proponer acciones concretas de Verdad, Justicia y Reparación a las decenas de víctimas que han dado el difícil paso de denunciar a quienes deberían haber sido protectores y jamás abusadores.

A través de esta carta abierta a la Compañía de Jesús, queremos aprovechar de saludar la valentía de Marcela Aranda y de las otras denunciantes de Renato Poblete, como también al nuevo denunciante de Eugenio Valenzuela, ambos casos marcados no solo por las denuncias de abuso sino que también por fuertes acusaciones de encubrimiento.

Finalmente, invitamos a todas las víctimas de abusos de jesuitas a tomar contacto con nuestro grupo para unir fuerzas y velar para que estas situaciones nunca más ocurran en la Compañía y en Chile en general.

Si los sobrevivientes no hablamos se mantiene el manto de protección y silencio.

Grupo de Denunciantes de Abusos Jesuitas

Mail de contacto: procesojesuitas@gmail.com

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