El camino emprendido por el presidente de Colombia, Iván Duque, no hace más que reivindicar el mandato de quien obtuviera el premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos. Y es que Duque canceló la mesa de negociaciones de paz con el ELN que tenían lugar en La Habana, Cuba y no contento con eso, ordenó que se lance la orden de captura para todos los miembros de la guerrilla.

Si bien el grupo insurgente no indicó su autoría en el ataque contra la Escuela de Cadetes de Policía General Santander en la que murieron 21 personas y dejó decenas de heridos, desde el gobierno aseguran que fueron quienes están detrás del atentado.

Las investigaciones llevan menos de 48 horas, sin embargo, la acción reactiva del Ejecutivo, deja en pasmo a la sociedad colombiana, ya en shock por el sangriento atentado en sí mismo. “Basta ya, señores del ELN. Basta ya de muertes, de secuestros y atentados. Colombia les dice basta”, expresó Duque.

Las circulares rojas de Interpol contra los miembros del ELN pasan de pasivas y activas y conmino a la organización a aceptar las nuevas condiciones de su gobierno para dialogar para la paz.

Duque aprovechó la comunicación por los medios nacionales para repasar el pasado criminal de la guerrilla y usarlos de excusa para revertir un proceso de años de construcción de la paz en Colombia.

Desde el partido político de las FARC también se condena, denuncia y lamenta este atentado que sirve de justificación al uribismo para volver a las políticas de “Guerra contra el Terrorismo”, que volverá a abrir la Caja de Pandora de los falsos positivos y la persecución en los territorios a las organizaciones de base.

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