Por Ana María Mahserd

En el día de ayer 9 de diciembre y enmarcado dentro de las normas constitucionales se llevaron a cabo en Armenia, desde la Revolución de Terciopelo, las primeras elecciones parlamentarias con una participación de casi el 50% de los electores.

Concurrieron 11 alianzas y partidos políticos entre ellos el anterior y predominante Partido Republicano que con una escasa adhesión, menor al 5%, no logro sacar ningún escaño.

Los tres grupos que conformaran el Parlamento serán el ampliamente ganador, la alianza Mi paso (Im kayle) encabezada por el mentor de la Revolución de Terciopelo Nikol Pashinian, y lo acompañarán el partido Armenia Prospera y el muy joven partido Luminosa Armenia.

El Presidente de la Nación, Armen Sargsyan, envió un mensaje destacando el buen tono en la elección y por sobre todo la transparencia que desde hacía 25 años no se veía en Armenia.

Está claro que, aunque muchos critiquen la falta de programa de la mayoría de los partidos, la población de Armenia quería seguir “limpiando” a los corruptos de los lugares de poder. Nikol Pashinian, quien ha prometido desde la revolución una Armenia en paz y feliz, ha logrado el voto de apoyo de la mayoría para poder tener un parlamento afín y no bloqueador de sus ideas.

Aun con todo el Parlamento a favor, no tendrá una tarea fácil la alianza Mi Paso para revitalizar la economía, lograr fuentes de trabajo, mejorar los ingresos de los trabajadores, tratar de solucionar los conflictos pendientes, principalmente los vigentes con Azerbaijan por Artsaj (Nagorno Karabaj), y seguir despidiendo a los corruptos, todos temas candentes y que afectan a los ciudadanos.

Hoy Armenia vive un periodo de esperanza, puesta en este cambio parlamentario que permita trabajar en pro del pueblo, de la gente, sin manos negras que se inmiscuyan en el futuro tanto del país como de su hermano Artsaj (Nagorno Karabaj).