El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha solicitado redistribuir cerca de 12,6 mil millones de dólares del presupuesto del país, para poder llevar adelante las promesas de campaña, que formarán parte del esqueleto programático de su gobierno.

El primer programa que quiere implementar es el de la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, consideradas las más vulnerables por la administración. Allí se derivarán 5 mil millones de dólares.

Al tratarse de un segmento poblacional que no ahorra, todo ese dinero se volcará en el resto de la economía mexicana.

También está el programa Jóvenes Construyendo Futuro, donde se destinarán más de 2,2 mil millones de dólares para ofrecer becas a los jóvenes para que estudien. La mensualidad está calculada en unos 180 dólares por persona.

Pero también el dinero se destinará a obras como el Tren Maya, el Corredor transísimico y la realización de caminos rurales, acercando colonias marginadas, ofreciendo internet para todos y rehabilitando la infraestructura aeroportuaria y de conectividad.

El Tren Maya es una obra controversial y que exige conseguir muchos consensos al atravesar los Estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo y la friolera de más de mil millones de dólares para realizarlo.

Falta el aval del Congreso mexicano para que se aprueben los 18 proyectos de obras, con un aumento de la inversión estatal del 6,1 % respecto del presupuesto 2018. Pero en términos reales, al realizarse el balance de gasto definitivo de este año, solo se incrementaría un 0,2 %, ya que se utilizaron más fondos que los previstos, indicó el secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa.