Por Martha Andrés Román
Washington, 25 nov (PL) Una icónica figura de la música norteamericana e internacional mira al caminante con su rostro dibujado en tres tiempos en la esquina de la Avenida Hannepin y la calle Quinta, en la ciudad estadounidense de Minneapolis.
Fruto de la obra del afamado artista brasileño Eduardo Kobra y sobresaliente entre el sobrio color de las construcciones circundantes, un mural dedicado al cantante, compositor y poeta Bob Dylan llama la atención de quienes visitan la principal urbe del estado de Minnesota.

La obra, que toma su título de una de las canciones más conocidas del músico, The Times They Are A-Changin, lleva el sello caleidoscópico de los trabajos de Kobra, quien el pasado año hizo historia al crear en Sao Paulo, Brasil, el mural más grande del mundo, de casi seis mil metros cuadrados.

En el caso del dedicado a Dylan, quien nació como Robert Zimmerman el 24 de mayo de 1941, se trata de una pieza de 28 metros de alto y 45 de ancho, en la que el rostro del primer compositor en ganar el Premio Nobel de Literatura (2016) aparece representado en tres etapas de su vida.

De izquierda a derecha se observa al cantautor en su juventud. Probablemente es la imagen del músico lozano que salió de su Minnesota natal y llegó a la ciudad de Nueva York en 1961, o que solo un año después publicó su primer álbum, Bob Dylan, con la discográfica Columbia Records.

Puede ser, incluso, la del artista convertido en una de las figuras prominentes del movimiento por los derechos civiles y que el 28 de agosto de 1963 cantó en la Marcha sobre Washington encabezada por el reverendo Martin Luther King Jr.; o la del que lanzó en 1965 el sencillo Like a Rolling Stone, considerado uno de los mejores temas del siglo XX.

Luego aparece el creador aún joven, pero más maduro, quizás en la década de 1970, el momento de álbumes como Planet Waves, en el cual incluyó dos versiones de su Forever Young, y Blood on the Tracks.

El tríptico de imágenes del compositor lo completa un Dylan más contemporáneo, con el paso del tiempo marcado en las pronunciadas arrugas, y que luce su icónico sombrero blanco.

Como complemento enriquecedor de la obra aparecen las mitades de dos guitarras: de un lado, una acústica; del otro, una eléctrica, referencia a la transición que hizo el intérprete de uno a otro instrumento, y que levantó gran polémica entre muchos de sus seguidores en 1965.

La pieza, que se magnifica con el empleo de coloridos patrones geométricos propios del estilo de Kobra, se ubica en la pared lateral de un edificio de oficinas de estilo Art Decó, y fue realizada en 2015 con el fin de contribuir a revitalizar el distrito cultural del centro de Minneapolis.

En su momento fue el mural de mayor tamaño pintado fuera de su país por el artista brasileño, quien el verano pasado completó un trabajo parecido en Nueva York, en ese caso dedicado a otro gran símbolo de la cultura popular norteamericana, el fallecido cantante Michael Jackson.

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