Entrevista a Rodrigo dos Anjos, con maestría en historia y miembro de la Iglesia presbiteriana Independiente de Brasil, sobre el actual escenario político y del papel del voto evangélico en estas elecciones de 2018.

Pressenza – ¿Cuáles son los motivos de estar contra las propuestas del candidato del PSL?

Rodrigo – Independiente de ser evangélico, creo que el discurso de odio y el proyecto liberal presentado por Bolsonaro no se configura como la solución a los problemas del país. Dentro de eso, entonces, no veo con buenos ojos la liberación de las armas y la «exclusión de ilicitud», defendido en su plan de gobierno, desde mi punto de vista, creo que estas medidas aumentarán el índice de muerte y violencia en nuestro país. Como dije, tampoco estoy a favor del discurso de privatización. En su esencia, la empresa estatal busca el bienestar de la nación, mientras que el capital privado, el beneficio del dueño de la empresa. Esto, en gran medida, explica por qué los servicios presentados por empresas privatizadas empeoraron. Este discurso liberal también me deja, como mínimo, desanimado en relación al proyecto de educación. Al leer el plan de gobierno de Bolsonaro para la educación, la tónica es emprendimiento, es decir, la educación para la competencia, para el lucro. La idea de altruismo y respeto no tiene espacio en su plan de gobierno.

Pressenza – La religión y la política se interconectan constantemente en la Historia de Brasil. En este contexto, los derechos civiles son severamente despreciados, como el de la libertad religiosa. ¿Cuáles son los peligros que un estado teocrático, como en el caso de Irán, puede traer a la población?

Rodrigo – Creo que, a diferencia de Irán, Brasil es un país multirreligioso. Siendo así, otorgar una práctica religiosa para toda una nación es herir los principios básicos de nuestra constitución, la cual resguarda el derecho a todo ciudadano de libertad. En este sentido, creo que poner dentro de un cerco otras religiones profundizará en nuestro país aún más el odio y el prejuicio para lo que es diferente, como hemos visto con las religiones de raíces africanas.

Pressenza – Una parte considerable del electorado evangélico declara apoyo a Bolsonaro. ¿Cómo evalúa esta situación?

Rodrigo – Veo esa situación con mucha tristeza, esto porque el discurso inflamado de la campaña del candidato Jair Bolsonaro, desde mi punto de vista, está totalmente en contra de los principios defendidos por la iglesia evangélica en su esencia. Cuando el candidato, por ejemplo, dice que el inmigrante que llega a Brasil es la escoria del mundo o cuando desea el fin del mandato de la presidenta Dilma por medio de un infarto o de un cáncer, queda muy claro su discurso de odio, lo que, como dije, es contrario a las enseñanzas de amor al prójimo como hizo Jesús. En este sentido, ver «evangélicos» coadyuvando a este discurso de odio es muy triste.

Presencia – ¿Hay evangélicos que están contra Bolsonaro?

Rodrigo – Sí, sin duda. Hoy hay varios evangélicos que se posicionan contra el discurso de odio de Jair Bolsonaro. En el caso de los evangélicos progresistas, sin embargo, veo a los evangélicos lectores de la Biblia, que, aunque conservadores, logran distinguir el discurso de odio del Bolsonaro de las palabras de la Biblia, además, otro punto importante es que esos evangélicos no se dejan llevar por el habla del, pastor(a) o del líder de su iglesia, sino que buscan tejer sus propias interpretaciones.

*Fin de la entrevista

Entre los diversos grupos evangélicos progresistas tenemos los Evangélicos por la Igualdad de Género y el Frente de Evangélicos por el Estado de Derecho.