Tras seis meses de trabajo y muchos encuentros entre las regiones de la Araucanía y el Biobío, el Jefe de Estado anunció el Acuerdo Nacional por el Desarrollo y la Paz en la Araucanía, diciendo: «“Este Plan parte con una voluntad, una decisión, un sentido de urgencia y una necesidad de eficacia para lograr empezar a cambiar una historia que, todos sabemos, ha estado plagada de desencuentros, de dolores y de sufrimientos, pero que también tiene cosas maravillosas, que tenemos que recoger y aprender de ellas”.

El Acuerdo está fundado en tres principios esenciales: El Primero es la voluntad de diálogo, colaboración, la búsqueda de acuerdos y la paz; el segundo es el reconocimiento, la valoración, el aprecio, el apoyo y el compromiso de preservar la cultura, las tradiciones, la lengua, las costumbres, la educación, la salud y la cosmovisión de nuestros pueblos originarios; y el tercero es hacerlo de manera oportuna, lo antes posible, sin perder más tiempo.

“El norte, el objetivo, la misión que tenemos nosotros es avanzar en la búsqueda y encuentro de ese gran Acuerdo que va a significar diálogo, colaboración y paz, que son tres fines en sí mismos, pero también son poderosos instrumentos para lograr que La Araucanía experimente un verdadero renacimiento”, señaló Piñera.

Por su parte, Aucán Huilcamán, vocero del Consejo de Todas las Tierras, rechazó el anuncio pues considera que “prevalece la visión empresarial de la ocupación del territorio mapuche”. Según el dirigente, busca “anular las instituciones mapuches y su cultura mediante el maquillaje de la política pública. Es un incentivo para el sector empresarial y no para el pueblo mapuche”.

Por ello, anunció que “nos autoconvaremos para realizar un ‘Plan Araucanía’ en vista que los anuncios no van a resolver las tensiones y controversias que subsisten”.