El 9 de agosto hubo una mayor convocatoria, la puerta principal se cerró y la policía redirigió el tránsito. Desde la mañana de este día de conmemoración de Nagasaki se fueron reuniendo alrededor de la rotonda las personas del campamento por la paz, así como otras que llegaban de Cochem y los alrededores de Büchel.

La protesta en forma de misa fue celebrada a las 11:05 por el párroco Engelke y su esposa la señora Punkt, e incluyó la lectura de un listado de las víctimas de la bomba atómica en Hiroshima; quizás otra, correspondiente a la tragedia de Nagasaki, se le añada pronto, “de ser necesario”, ya que se está en contacto con ciudadanos japoneses que participan cada año en las conmemoraciones internacionales.

Entretanto, Gerd Schinkel se encargó de la música. Hacia mediodía ya había acabado el bloqueo del campamento de armas nucleares, los participantes rompieron el ayuno con una sopa, y solo quedaban el desmantelamiento del campamento de la paz 2018 y la despedida.

Los ganadores del Nobel de la Paz de este año dieron cierto impulso al movimiento por la paz, pero en Alemania la prohibición y eliminación de las armas nucleares sigue siendo un gran desafío, en especial cuando los presidentes no dudan en amenazar con destrucciones masivas y abundan las inversiones militares (de empresas tales como Lockheed Martin) para modernizar las armas nucleares.

¡Por ello, levantémonos y recordemos una vez más el año próximo el peligro de una guerra nuclear, estimulando el pensamiento crítico y la resistencia pacífica, en todo el planeta!

En abril siete personas de la organización Kings Bay Plowshares en Estados Unidos intentaron inutilizar un número de armas atómicas en la base naval de Kings Bay mediante la acción directa con martillos, porque su sola existencia mata. Quienes quieran activarse o volver a estarlo pueden difundir artículos como este o tal vez enviar una postal a quienes se atreven a actuar (Kings Bay Plowshares), en lugar de esperar a que sea demasiado tarde.

Yo, al menos, me saco el sombrero por ellos. Hasta entonces, pienso en la ICAN… ¡nos vemos pronto!

De la base aérea a la pradera de la paz I.

De la base aérea a la pradera de la paz II.

 

Traducido del alemán por David Meléndez Tormen